ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

La prevención de la higiene de la cavidad bucal


Enviado por   •  10 de Septiembre de 2014  •  Trabajos  •  1.767 Palabras (8 Páginas)  •  209 Visitas

Página 1 de 8

Además, durante en los nueve meses de embarazo suele haber un aumento en el consumo de azúcar, aparición de náuseas y vómitos o cambios en la composición de la saliva (se tiene un PH más ácido), que pueden causar trastornos en las encías y caries.

Se recomiendan una buena higiene bucodental y una alimentación equilibrada, ambas medidas son fundamentales para prevenir problemas bucales y ayuda a determinar la salud dental y general del bebé

MEDIDAS PREVENTIVAS

• Tener una correcta higiene bucodental. Es necesario limpiarse los dientes después de cada comida con un cepillo de cerdas finas para no irritar las encías, dentífricos adecuados y no olvidarse de limpiar la lengua.

Además, se aconseja completar la limpieza con hilo dental; su uso de manera regular ayuda a disminuir el sangrado de las encías y prevenir la gingivitis.

• Tener una dieta saludable y equilibrada. Comer sano es vital no sólo para la salud de la madre, sino también para la del bebé. Es básico para la formación de los huesos y los dientes del bebé que la madre ingiera vitaminas A y D y minerales como el calcio y el fósforo.

• Evitar el consumo de azúcar en la medida de lo posible. Su alto consumo hace que la placa dental sea más agresiva y produce ácidos que atacan el esmalte y provocan caries.

• Acudir a revisiones al odontólogo para evaluar y analizar si tenemos algún problema en nuestras encías y dientes. Hay que estar en alerta si las encías están inflamadas o sensibles, si sangran o si tiene la impresión de que los dientes se están moviendo, ya que puede ser síntoma de padecer algún problema periodontal.

En este caso, hay que acudir inmediatamente a su odontólogo porque estas enfermedades pueden presentar un mayor riesgo de nacimientos prematuros.

PROBLEMAS FRECUENTES Y OTROS MÁS RAROS

Las encías son un tejido muy susceptible a los cambios hormonales. A partir del primer trimestre es muy común que muestren una apariencia enrojecida y que a veces sangren tras el cepillado: se conoce como gingivitis del embarazo. El cambio del pH en la saliva (ahora más ácido) hace que ésta pierda parte de su efecto bactericida, aumentando la placa, “y en el segundo y tercer trimestres es frecuente observar gingivitis con inflamación y sangrado incluso espontáneo”, añade la doctora Estany.

Para evitar que esto vaya a más es importante que extremes las medidas higiénicas previniendo la acumulación de placa (una película blanda formada principalmente por bacterias y que si no se elimina con el cepillado se convierte en sarro pasados unos días).

Si la gingivitis no se controla puede evolucionar en una periodontitis, una infección que no sólo afecta a las encías, sino que destruye el hueso y los tejidos que sostienen los dientes;

SAL

“En principio, salvo que la futura mamá tenga antecedentes de hipertensión durante embarazos anteriores o preeclampsia en el último lapso del actual, en general, no se puntualiza acerca de la imposibilidad de consumir sal, es decir, que no es una de las recomendaciones más frecuentes como lo es evitar el cigarrillo o el alcohol. Sin embargo, la sal colabora en la retención de líquidos, situación que no es recomendable ni cómoda durante el embarazo y que también puede provocar que el bebé nazca con menos peso”

De acuerdo a estudios profesionales, que realizaron un seguimiento de mujeres embarazos y nacimientos de bebés sanos, los hijos de madres consumidoras de sal presentaron menor peso al momento del alumbramiento.

Asimismo, teniendo en cuenta las conclusiones de la investigación, que forma parte de la publicación European Journal of Clinical Nutrition, los bebés nacidos con un peso máximo de 5 libras y media (2 kilos y medio) mostraron durante los primeros seis meses de vida preferencia por las bebidas y alimentos con sal agregada.

En este sentido, la doctora Braganza explica que se recomienda disminuir el agregado de sal en las comidas de los bebés, para prevenir la posible hipertensión del niño y, para evitar el acostumbramiento. Si bien casi todas las personas sufren en algún momento de su vida problemas de hipertensión, lo más conveniente es que durante los primeros años de vida se opte por una alimentación rica en potasio, contenido en frutas y vegetales, y no en alimentos que contengan sodio.

El sodio en el organismo

El sodio es, junto con el cloro, el elemento principal de la sal. Si bien la pérdida de sodio por parte del organismo se regula a través, por ejemplo, de la transpiración y la orina, en general se recomienda no excederse en el consumo de ésta sustancia, pues contribuye a elevar los niveles de presión arterial.

Hay tres formar principales de controlar la ingesta de sal. La primera es evitar su utilización al momento de cocinar los alimentos. La segunda tiene que ver con desterrar el salero de la mesa y la última es eliminar o disminuir el consumo de ciertos alimentos como las aceitunas, los embutidos, las conservas y los frutos secos, entre otros.

Por otra parte, hay alternativas que ayudan a condimentar las comidas y pueden suplir muy bien la función de la sal. Entre las más comunes se encuentran las especias, el ajo, la cebolla, las hierbas aromáticas, el aceite de oliva y el jugo de limón.

En la actualidad, a las embarazadas no se les indica especialmente que eviten la sal, aunque sí se les recomienda limitarla. Antes, se solía prohibir su consumo, sobre todo si la madre tenía antecedentes de hipertensión, pero actualmente, inclusive teniendo un poco de presión alta, no se les quita el consumo de sal.

Para ello se debe seguir una dieta (alimentación equilibrada), variada y correcta.

La función

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (11 Kb)  
Leer 7 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com