Manejo del dolor.

Manejo del Dolor.

Todas las personas experimentamos algún tipo de dolor a lo largo de la vida, afortunadamente la mayoría de estas experiencias no son de dolor severo ni evolucionan hacia la cronicidad.

El dolor es una experiencia sensorial y emocional desagradable asociada a una lesión en los tejidos real o potencial y cada persona, cada organismo lo percibe de forma diferente, desde la magnitud del dolor, hasta cómo afrontarlo, es por eso que el manejo del dolor es muy importante, ya que este puede afectar la calidad de vida de la persona que lo padece y si logramos erradicar el dolor, su calidad de vida será mejor, ya que vivir con dolor, no es vivir, si no sobrevivir.

El dolor se clasifica según su duración, patogenia y su severidad.

Según su duración.

Agudo: Limitado en el tiempo, con escaso componente psicológico. Ejemplos lo constituyen la perforación de víscera hueca, el dolor neuropático y el dolor musculo esquelético en relación a fracturas patológicas.

Crónico: Ilimitado en su duración, se acompaña de componente psicológico. Es el dolor típico del paciente con cáncer.

Según su patogenia

Neuropático: Está producido por estímulo directo del sistema nervioso central o por lesión de vías nerviosas periféricas. Se describe como punzante, quemante, acompañado de parestesias y disestesias, hiperalgesia, hiperestesia y alodinia. Son ejemplos de dolor neuropático la plexopatía braquial o lumbo-sacra post-irradiación, la neuropatía periférica post-quimioterapia y/o post-radioterapia y la compresión medular.

Nocioceptivo: Este tipo de dolor es el más frecuente y se divide en somático; Dolor que se presenta cuando se afectan estructuras somáticas superficiales o profundas, como la piel, fascias, tendones, huesos, periostio y  visceral que detallaremos a continuación.

Psicógeno: Interviene el ambiente psico-social que rodea al individuo. Es típico la necesidad de un aumento constante de las dosis de analgésicos con escasa eficacia.

Y ¿Por qué conocer los tipos de dolores?, pues bien, esto nos ayudara a valorar y elegir el tipo de fármaco más efectivo y así un manejo del dolor más adecuado.

Para una buena valoración siempre debemos de observar y evaluar; el inicio, la Intensidad,  duración, ubicación, características somatosensoriales y las emociones.

La intensidad del dolor condicionada: fisiológicos psicológicos conductuales medioambientales Difícil medición y evaluación y existen algunas escalas de valoración del dolor, tanto para adultos, como para pacientes pediátricos, que nos facilitan y ayudan mucho para lograr una buena valoración, por lo que nosotros como personal de enfermería elegiremos la más adecuada a nuestro paciente. Y en cuanto a su manejo o tratamiento farmacológico, se pueden tratar con analgésicos antiinflamatorios, opioides débiles y potentes, anestésicos locales y coadyuvantes, que empezaremos siempre a manejar el dolor de la persona empezando por el primer escalón de la escalera analgésica de la OMS, nunca saltarnos un escalón, ya que esto generaría resistencia al fármaco, y avanzaríamos más rápido a la sedación si se procede.

Siempre debemos de recordar que nuestro objetivo principal será: asegurar el confort del paciente, disminuir la morbi-mortalidad y evitar las secuelas psicológicas por mal manejo del dolor.

El dolor es un síntoma complejo que no puede ser evaluado de forma sencilla. Vale la pena dedicar tiempo a esta evaluación y conocer las herramientas que pueden realizarla. Solo así podremos ayudar a eliminar el dolor en nuestros pacientes. Un privilegio que los enfermeros nunca deberíamos olvidar.

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