NICHO DE DESARROLLO

Desde el momento en que el niño nace comienza su vida social, incluso aun cuando está en el vientre de su madre se dice que es capaz de escuchar sonidos del mundo exterior; la relación que el niño establezca con su madre desde pequeño, es la primera influencia y la más importante para cómo se desempeñe en un futuro en sociedad. Normalmente los niños que establecen un mejor vínculo con su madre son más exitosos en sus relaciones en general.

El primer grupo social en el que se desenvuelve el niño es la familia, es aquí donde adquiere vínculos afectivos con los padres o cuidadores así como con hermanos y otras personas, es en este momento donde el niño adquiere características conductuales propias de la familia, hábitos y reglas; esto aunado al temperamento y características individuales del niño, que lo definen como una persona única.

La familia le debe brindar al niño las bases y la confianza para que pueda y sienta deseo por asistir al Jardín de niños, segundo grupo social al que se incorporará a los pocos años de vida y en donde se busca que desarrolle habilidades y adquiera conocimientos, actitudes, destrezas y valores; pero para lograr esto la Educadora deberá tener consciencia y tener tacto pedagógico para también brindarle la confianza al pequeño, pues el proceso de adaptación al jardín de niños no es un proceso sencillo.

El medio físico en el que se desenvuelva el niño, como el hogar y el jardín de niños combinado con el medio social de cuidadores y compañeros, estructura las oportunidades del niño para desarrollar conductas potenciales.

Para concluir los niños y las niñas pasan por transformaciones físicas, afectivas, cognitivas y sociales que marcan la adquisición de competencias y las formas de aprender, relacionarse, comunicarse, jugar y transformar su entorno, a través de la solución de problemas. Por ello es fundamental asegurarles un desarrollo sano, en ambientes que den respuestas integrales a sus necesidades afectivas, nutricionales, de salud y educación, siempre teniendo presentes sus derechos.

La educación preescolar no puede estar basada en actividades mecánicas y repetitivas sin sentido, sino al contrario, debe apoyarse en actividades lúdicas y expresiones que exijan a niños y niñas poner en evidencia sus capacidades.

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