OBESIDAD Y DISLIPIDEMIAS.

OBESIDAD Y DISLIPIDEMIAS

La obesidad es un factor determinante para el desarrollo de patologías con una alta incidencia y riesgo para la sociedad; pero debemos de considerarla como consecuencia de algunas otras. Se podría creer que en el control del peso solo intervienen la ingesta calórica y la actividad física; lo que si bien no es incorrecto es solo una parte de los factores necesarios para controlar el peso y el control del metabolismo de los lípidos.  En el cuerpo humano se presentan dos tipos diferentes de grasas: la parda y blanca que si bien su objetivo principal es la reserva de energía para su uso en momentos de necesidad; podemos localizar a la grasa parda se localiza en zonas especificas como el cuello, axilas y zona inguinal, donde se utiliza como mecanismo de defensa para poder controlar la cantidad de grasa puesto que es capaz de liberar casi por completo la energía almacenada en forma de calor. La ingesta caloría además de ser determinada por factores socioculturales, es controlada por un complejo y sistema fisiológico donde los adipocitos y sustancias se encargan de regular el apatito. En el cerebro el hipotálamo aloja los centros del hambre y de la saciedad: los núcleos laterales al ser estimulados excitan el apetito, en cambio los núcleos ventromediales sirven como centro de la saciedad. Los daños en los  núcleos paraventriculares suelen determinar una alimentación exagerada, en cambio los dalos de los núcleos dorsomediales merman el apetito; mientras que en los núcleos arqueados convergen numerosas hormonas liberadas desde el tubo digestivo y el tejido adiposo - IL-6, adipsina, PAI-1, angiotensinogeno, leptina, TNF-α, -  para regular la ingestión de alimentos y el consumo energético. La leptina es el principal regulador del apetito puesto que se encarga de activar la sensación de saciedad, hay estudios que demuestran un defecto en el gen leptina como responsable del aumento de peso en ratas pero en la grupos humanos solo representan una fracción menor de la obesidad, la principal causa es debido a que un aumento de la producción de leptina por parte de los adipocitos crean una resistencia a esta misma leptina lo que produce una sensación de saciedad tardía lo que aumenta la ingesta calórica. La obesidad puede producir una dislipidemia es decir un fallo en el metabolismo de los lípidos, o en las proteínas que se encargan de su transporte. Los quilomicrones se encargan de llevar las grasas de la dieta hacia el hígado, las VLDL y las LDL se encargan de llevar las grasas del hígado a los lugares donde sean necesarias para su almacenamiento. En cambio las HDL se encargan de llevar las grasas almacenadas en los tejidos periféricos asía el hígado para su eliminación o reutilización. Las dislipidemia son patologías que como consecuencias desarrollan un sin fin de enfermedades y consecuencias tan diversas en casi todos los sistemas como; hipertensión, diabetes, IAM. Los problemas que acarrean estas patologías son problemas que pueden ser prevenidos con acciones muy sencillas que nos lleven a un estilo de vida saludable como manteniendo una dieta correcta en calidad y cantidad, y evitando el sedentarismo realizando ejercicio diariamente.

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