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Obesidad En Estados Unidos


Enviado por   •  10 de Septiembre de 2012  •  2.123 Palabras (9 Páginas)  •  632 Visitas

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La Obesidad en Estados Unidos

Como es conocido por todos desde hace tiempo, la obesidad representa uno de los problemas más preocupantes de las sociedades occidentales, y en concreto en Estados Unidos tiene un carácter alarmante. Lo es porque la obesidad afecta a la salud de los individuos de una forma directa.

Los hábitos de vida y alimenticios están en la base de muchos de los problemas de obesidad en este país y de otros, que ven cómo la obesidad gana terreno de forma incesante. Es especialmente preocupante su incidencia en la infancia y adolescencia, ya que condena a millones de niños y niñas a ser adultos gordos, con consecuencias fatales para su salud.

A menudo los responsables políticos y de salud pública relegan esta problemática para enfocarse en otros asuntos. Cuando hablamos de educación y valores, la obesidad queda al margen demasiadas veces, a pesar de los muchos problemas que provoca, incluidos enormes gastos médicos derivados de la atención por problemas de salud relacionados con la obesidad.

Estados Unidos necesita afrontar con seriedad este problema, partiendo de una educación firme desde la infancia en los hábitos de vida, que deberían contemplar ejercicio regular y una dieta sana y equilibrada, basada en el consuno de verduras, frutas y pescado. Unos hábitos que se deberían extender también a la población adulta, y que entran dentro de la responsabilidad individual de cada uno.

Según las estadísticas gubernamentales, el índice de obesidad en Estados Unidos se ha mantenido estable durante unos cinco años, entre el período 2000 y 2008. Las campañas de concienciación y fomento de hábitos de vida saludables son sin duda responsables de ello. Sin embargo, de acuerdo a las estadísticas más recientes, dos tercios de los adultos y casi un tercio de los niños padecen exceso de peso, sin mejoras significativas.

Los datos nos señalan que estamos a un paso de lograr el control sobre el problema de la obesidad, pero aún no hemos llegado a ese punto de inflexión. Conseguirlo también debe ser una prioridad nacional y un objetivo de primer orden en todas las sociedades occidentales. Aunque no sea una cuestión que acapare titulares de prensa ni espacio en los informativos de TV, estamos ante un problema que afecta muy directamente a la salud de las personas y con consecuencias sociales evidentes, que podemos y debemos controlar. Los datos nos sirven para ver la realidad: un 34 por ciento de los adultos son obesos, el 17 por ciento de los niños son obesos también, y un 10 por ciento de los bebés están gordos y rollizos.

Las estadísticas de la CDC, basados en sondeos de salud que se realizan cada dos años, publicadas en el Journal of the American Medical Association, no dejan lugar a dudas. Estados Unidos, paradigma de las sociedades avanzadas, es también paradigma de las sociedades con más gordos. Pero no es un problema exclusivo de este país. Cada vez más en otros países la gente engorda sin control, un proceso que aumenta con el acceso a comida de baja calidad, con la adopción de hábitos de vida sedentarios, poco regulares, y mala alimentación. Un problema que se incrementa con la costumbre de ir a comer a restaurantes con frecuencia, donde se pierde el control y se suele comer más, y la pereza para hacer ejercicio físico.

Las estadísticas publicadas señalan que un 68% de los adultos son excesivamente gordos y han arrojado prácticamente el mismo peso en los últimos tres sondeos realizados.

Por razas, los adultos negros tienen los mayores índices de obesidad, seguidos por los hispanos y los blancos. Posiblemente influidos por factores como los hábitos alimenticios y el escaso acceso a alimentación de calidad, por ejemplo en los comedores de las escuelas o en casas donde no está presente la madre por razones de trabajo u otras. Aquí vemos claramente la importancia de la presencia materna. También porque la gastronomía rica en calorías ocupa un papel importante en la cultura negra e hispana.

Entre los niños de 2 a 19 años, un 32 por ciento eran demasiado pesados, un índice que casi no ha variado. Pero hay un dato preocupante: la mayoría de los niños obesos eran extremadamente obesos y la proporción de niños extremadamente obesos de 6 a 19 años ha aumentado paulatinamente, del 9 por ciento al 15% en el período 1999-2000. Es muy preocupante comprobar que no disminuyan los muchachos obesos, y que en cambio parecen haber engordado aún más. Porque esto puede reflejar una preocupante tendencia futura.

Los hábitos sedentarios, los refrescos, los videojuegos, la TV, la alimentación de mala calidad, la bollería industrial, una deficiente educación gastronómica y alimenticia, y no hacer ejercicio regularmente, son algunas de las principales causas que están detrás de la obesidad y que nos alertan sobre la necesidad de seguir trabajando en la promoción de hábitos de vida saludables que eviten la expansión de la obesidad.

Actualmente, este problema típico de las sociedades avanzadas, se extiende por numerosos países y entre capas de la población más joven, de forma que cada vez más a menudo podemos ver niños y niñas con exceso de peso y problemas de salud relacionados. Así como una población adulta más gorda y fondona. Lo negativo de ello no es el aspecto estético sino los problemas de salud que la obesidad ocasiona y su incidencia en los sistemas y costes de salud públicos, al adquirir características de epidemia.

Afrontar la obesidad debe ser una cuestión de tanto interés como cualquier otra de las que se encuentra en el centro de la atención ciudadana o gubernamental. Por esta razón, toda campaña contra la obesidad, ya sea desde el gobierno o desde iniciativas privadas, debe ser acogida con entusiasmo y apoyo. Campañas que deben incidir en consejos saludables, como hábitos de alimentación basados en frutas y verduras, programas de educación física en escuelas y para adultos, y hábitos de compra en mercados orgánicos y ecológicos, o bien en supermercados de calidad, en particular en ciudades y barrios de bajos ingresos, o en áreas suburbanas de alto nivel adquisitivo, donde a veces la calidad deseable tampoco llega, y ni siquiera los consumidores son conscientes de ello porque creen que los altos costes implican calidad.

La obesidad, esa “epidemia” que afecta a las sociedades modernas, debe ser erradicada, y Estados Unidos, con su inmensa capacidad para liderar y crear ejemplo, debe ponerse a la

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