Origen De Los Fósiles
Armando72 de Junio de 2013
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PALEONTOLOGÍA
Cap. 1: GEOLOGÍA HISTÓRICA
ORIGEN DE LOS FÓSILES
El término fósil (latín fossilis, desenterrado) fue introducido por el naturalista sajón Agricola, en el Siglo XVI, y designaba objetos de naturaleza muy diversa encontrados en el interior de la tierra, que iban desde cristales de minerales, piedras que por azar tuvieran formas curiosas, hallazgos arqueológicos hasta restos de seres vivos antiguos. En aquel momento se le consideraba que los fósiles no eran más que caprichos de la naturaleza, el resultado de extrañas fuerzas que sólo se explicaban con teorías disparatadas.
Entre otros autores cabe destacar, en el Siglo V a.C., al filósofo griego Jenófanes, quien indicó que el mar había ocupado en épocas anteriores otros lugares, como evidenciaba la presencia de restos de conchas marinas en áreas elevadas situadas a gran distancia de la costa. Leonardo Da Vinci también pensó que los fósiles eran restos de seres vivos y dedujo que los océanos habían variado su posición con respecto a los continentes.
Cuvier, considerado el fundado de la Paleontología, defendía a principios del Siglo XIX que en la Tierra había habido a lo largo de su historia diversas catástrofes, de las cuales el Diluvio Universal habría sido la última. Cada catástrofe habría supuesto la desaparición de la vida y posteriormente una nueva creación.
Para Cuvier los fósiles eran restos de seres muertos y enterrados entre los sedimentos en cada exterminio. Sin embargo, las ideas catastrofistas de Cuvier no perduraron durante mucho tiempo: el evolucionismo, primero con Lamarck y definitivamente con Darwin, explicó por qué gran parte de los fósiles son diferentes de los seres vivos actuales: la historia de la vida conlleva un lento proceso de evolución, que explica que las especies actuales derivan de otras anteriores diferentes.
PROCESOS DE FOSILIZACIÓN
El término es mucho más amplio, puesto que son fósiles los restos de seres vivos antiguos, sea cual sea el mecanismo de conservación; por ello, abarca otros restos, que han llegado hasta nosotros por procesos distintos.
CONSERVACIÓN EN ÁMBAR
El ámbar es una sustancia transparente y de color caramelo, su origen se conoce perfectamente: se trata de resina fósil. Algunos troncos de ámbar contienen pequeños organismos, principalmente insectos incluidos en su interior. Se trata de pequeños animales que quedaron atrapados sobre la superficie pegajosa de la resina que manaba del tronco de las coníferas cuando sufrían cualquier herida, cuando fueron totalmente cubiertos quedaron aislados del exterior y, por lo tanto, preservados de la acción de las bacterias descomoponedoras y del ataque mecánico de la intemperie. Al transformarse la resina en ámbar el resto orgánico permaneció visible en su interior.
Los fósiles conservados en ámbar no son muy frecuentes, y siempre se trata de invertebrados de pequeño tamaño. Proporcionan información sobre grupos escasamente conservados por otros mecanismos, pues su posibilidad de fosilización es mínima, tanto por la delicadeza de sus estructuras como por el medio donde vivían, además de que ofrecen datos muy precisos: el color, las nerviaciones de las alas en los insectos, etc.
CONSERVACIÓN EN ASFALTO
El petróleo, desde el lugar donde se forma, emigra siguiendo un camino ascendente y, si en su recorrido encuentra una estructura geológica que le impida seguir progresando, se acumula y se forma un yacimiento que puede ser explotable. Pero cuando logra alcanzar la superficie los componentes volátiles escapan a la atmósfera, y sólo permanecen componentes sólidos, como los asfaltos. Como el ámbar, el asfalto representa un ambiente aséptico donde la descomposición es difícil; además, los organismos incluidos en asfalto también se hallan protegidos de la agresión de la intemperie. Los ejemplares encontrados en asfalto son escasos, pero de enorme interés, pues así se han hallado momificados algunos vertebrados de los que de otra manera sólo habrían perdurado los huesos.
CONSERVACIÓN EN HIELO
En zonas donde la temperatura media anual no es superior a los 0 °C, bajo una capa de suela que se hiela y deshiela estacionalmente, se halla otro nivel, que puede tener gran espesor (400m) y que se encuentra permanentemente helado. Es conocido el hallazgo de mamuts y rinocerontes lanudos conservados íntegramente en la capa helada del suelo de la tundra en Siberia y Alaska.
CONSERVACIÓN EN TURBA
Las turberas son lugares pantanosos, principalmente frecuentes en las regiones frías, en las que crecen musgos. El metabolismo de las plantas de la turbera hace el agua demasiado ácida para que puedan vivir las bacterias de la putrefacción y en consecuencia en el fondo se acumulan espesores considerables de musgos. Diversos animales, como alces gigantes, e incluso cadáveres de seres humanos, se han hallado en Irlanda, Dinamarca, entre otro.
CONSERVACIÓN DE ÓRGANOS ESQUELÉTICOS
El registro fósil se nutre fundamentalmente de los órganos esqueléticos, con mayor o menor sustitución de sus moléculas iniciales por componentes minerales del medio, o de moldes externos o internos de dichos órganos.
El porcentaje de seres que llegan a fosilizar es una cifra casi despreciable. La mayoría de los organismos una vez muertos son destruidos, mecánicamente, por la intemperie o el ataque de animales carroñeros y por la acción de las bacterias que producen la putrefacción de los tejidos blandos. Sólo aquellos que estén en condiciones descritas anteriormente y los que son prontamente cubiertos por sedimentos tienen la posibilidad de conservarse. En este último caso, las conchas y órganos esqueléticos en general tienen posibilidad de prevalecer.
POSIBILIDAD DE FOSILIZACIÓN
La probabilidad de fosilización es baja, puesto que para un órgano esquelético se pueda conservar tienen que concurrir muchas circunstancias favorables; pero, dado el número elevado de individuos de cada especie que han poblado el planeta a los largo de los tiempos geológicos, un bajo porcentaje de fosilización justifica hallar un elevado número de ejemplares fosilizados.
La presencia de fósiles es muy variable en función de las características del grupo, y mientras algunas familias y géneros se encuentran ampliamente representadas, los ejemplares de otras son muy escasos y no se tiene constancia de la existencia de otros grupos ya que sus características o hábitats hicieron imposible la preservación de sus restos.
ICNOFÓSILES
En ocasiones las rocas pueden contener estructuras que corresponden a diversas actividades vitales de los organismos: Paleoicnología.
Los icnofósiles más conocidos son los que corresponden a rastros del desplazamiento de diversos animales sobre sedimentos blandos; si el material es cubierto pronto por un material de distinta naturaleza la transformación del sedimento en roca permite la conservación de la pista. Se han hallado huellas de diversos dinosaurios que han permitido formular conjeturas sobre su tamaño, peso, características de desplazamiento, etc.
Son más frecuentes los rastros del desplazamiento de invertebrados, y entre ellos cabe destacar las cruzianas, producidas por la marcha de trilobites sobre un fondo marino fangoso; presentan un trazado doble más o menos serpenteante.
Los burrows son huellas dejadas por animales que perforaban el sedimento, para alimentarse buscando la comida en el depósito o excavando galerías como morada; aparecen como una diferencia en la roca sedimentaria, muchas veces apreciables por el color, y su longitud y forma son variables, en función del organismo que produjo galerías.
Los coprolitos son excrementos fósiles, generalmente de peces, mamíferos y reptiles; es difícil determinar el género al que correspondían.
También se han hallado huevos de dinosaurios; probablemente los enterraban en arena para que fueran incubados por el calor del sol. El primer hallazgo lo realizó en el año 1922 una expedición estadounidense, en el desierto de Gobi.
UTILIDAD DE LOS FÓSILES
Los fósiles guías deben reunir determinadas características:
a) Corresponder al mismo organismo que vivieran en un período corto de tiempo geológico, y su utilidad será mayor cuanto menor fuera dicho período. Un organismo que pueda encontrarse en rocas del Paleozoico y que persista en la actualidad.
b) Tener una distribución geográfica amplia, puesto que así permitirán efectuar dataciones en múltiples localidades alejadas geográficamente.
c) Ser abundantes, puesto que sólo se podrán emplear habitualmente en dataciones si su hallazgo es frecuente, además de que los individuos de ese género debieran ser numerosos, tuvo que presentar características apropiadas para la fosilización.
d) Permiten reconstruir los paleoambientes: conociendo el hábitat de los diferentes organismos que poblaron en un período geológico determinado una zona; por ejemplo; el clima, la profundidad,
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