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Osteologia


Enviado por   •  8 de Octubre de 2013  •  5.198 Palabras (21 Páginas)  •  433 Visitas

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Osteología

DEFINICION.- Es la rama de la anatomía que se encarga del estudio de huesos, órganos blanquecinos duros y transparentes, cuyo conjunto constituye el esqueleto. El esqueleto es la armazón del cuerpo humano, formado por 206 huesos que sirven de sostén y protección. Situados en medio de partes blandas, sirven a éstas de apoyo y aún a veces presentan cavidades, más o menos profundas para alojarlas y protegerlas.

El Esqueleto

(del griego skeletos, desecado (Método antiguo de preparación de piezas esqueléticas mediante su desecación al sol o en arena caliente)) es un complejo de formaciones compactas derivadas del mesénquima v que tienen importancia mecánica. Se compone de huesos aislados, unidos entre sí con ayuda de los tejidos conjuntivo, cartilaginoso u óseo, junto con los cuales forma el aparato pasivo de la locomoción.

IMPORTANCIA DEL ESQUELETO

El sistema óseo cumple una serie de funciones, de las cuales unas tienen significación preferentemente mecánica y otras biológicas. Examinemos las funciones cuya significación es preferentemente mecánica. Para todos los vertebrados es característico el esqueleto interno, a pesar de que entre ellos se observan especies que, a la par con el esqueleto interno, disponen además de un esqueleto externo, más o menos desarrollado, originado en la piel (escamas óseas en la piel de los peces). Al iniciarse su aparición, el esqueleto sólido sirvió para proteger al organismo de las influencias exteriores nocivas (esqueleto externo de los invertebrados).

Con el desarrollo del esqueleto interno en los vertebrados, él sirvió en un principio de sostén y ayuda (armazón) para los tejidos blandos. Partes aisladas del esqueleto se convirtieron en palancas, puestas en movimiento por los músculos, con lo cual el esqueleto adquirió su función locomotriz. En resumen, las funciones mecánicas del esqueleto se manifiestan por su capacidad de protección, sostén y movimiento.

El sostén se logra por la inserción de los tejidos y órganos blandos en las diferentes partes del esqueleto. El movimiento es posible gracias a la estructura de los huesos en forma de palancas largas y cortas, unidas por articulaciones movibles y puestas en movimiento por los músculos, dirigidos por el sistema nervioso.

Finalmente, la protección se realiza mediante la formación por huesos aislados, de un canal óseo, el conducto vertebral, que protege la médula espinal; una caja ósea, el cráneo, que protege el encéfalo; otra caja ósea, la torácica, que protege los órganos vitales del tórax (el corazón, los pulmones), y un receptáculo óseo, la pelvis, que protege los órganos de reproducción, importantes para la continuación de la especie.

LA FUNCIÓN BIOLÓGICA

El sistema óseo está relacionada con la participación del esqueleto en el metabolismo, especialmente en el metabolismo mineral (el esqueleto constituye un depósito de sales minerales, fósforo, calcio, hierro, etc.). Esto hay que tenerlo en cuenta para la comprensión de las enfermedades del metabolismo (raquitismo y otras) y también para el diagnóstico con ayuda de la energía radial (rayos X, isótopos radiactivos).

Además de eso, el esqueleto cumple la función hemopoyética, puesto que en el interior de los huesos contiene la médula ósea, con la circunstancia de que el hueso no es simplemente una vaina protectora para la médula ósea, según opinión muy difundida, sino que constituye una parte orgánica de la misma (P. Korzhuev, 1958).

La función hemopoyética no corresponde exclusivamente a la médula osea, sino al hueso en su conjunto. El desarrollo y la actividad determinados de la médula ósea se reflejan en la estructura de la substancia ósea (Crompecher), y viceversa, los factores mecánicos repercuten en las funciones hemopoyéticas: el movimiento intensificado favorece la hemopoyesis; por eso, en la elaboración de los ejercicios físicos es indispensable tener presente la unidad de todas las funciones del esqueleto.

DESARROLLO DEL ESQUELETO

En los escalones inferiores de la organización animal y también en el período embrionario de todo vertebrado el primer rudimento del esqueleto interno es la notocorda o cuerda dorsal (chorda dorsalis), derivada del endodermo. Es el rasgo característico del representante inferior del tipo cordado, el Amphioxus lanceolatus, cuyo esqueleto está compuesto por una cuerda dorsal, extendida a lo largo de la parte dorsal del cuerpo y por el tejido conjuntivo que lo rodea.

En los vertebrados inferiores como son los ciclóstomos, los cetáceos (tiburones) y los ganoideos cartilaginosos, el esqueleto conjuntivo está alrededor de la notocorda, sustituido en el resto de su extensión por otro esqueleto cartilaginoso. Este último se convierte en óseo en los verebrados de organización más elevada, desde los peces espinosos a los mamíferos. El desarrollo del esqueleto óseo hace desaparecer la notocorda a excepción de vestigios insignificantes en el núcleo pulposo de los discos intervertebrales.

Las formas acuáticas pudieron sobrevivir con el esqueleto cartilaginoso porque la carga mecánica en un medio acuoso es incomparablemente inferior a la del medio aéreo. Sólo el esqueleto óseo permitió a los animales pasar del agua a la tierra, levantar su cuerpo sobre ella y asentarse firmemente en la misma. Así, pues, durante la filogenia, como expresión de la adaptación de los organismos al medio ambiente, se produce el cambio sucesivo de 3 tipos de esqueleto. Estos cambios se repiten también en la ontogenia humana, en la que se observan los 3 estadios de desarrollo del esqueleto:

• conjuntivo (membranoso),

• cartilaginoso y

• óseo.

Por estos 3 estadios de desarrollo pasan casi todos los huesos, excepto los de la calvaria, la mayoría de los huesos de la cara y una parte de las clavículas, que se originan directamente del tejido conjuntivo sin pasar por la etapa previa cartilaginosa. Estos huesos, llamados de cubierta, pueden considerarse como derivados de un exoesqueleto que existió y después se desplazó a la profundidad del mesodermo, asociándose en su ulterior evolución al endoesqueleto en calidad de complemento.

EL HUESO COMO ÓRGANO

El hueso

(os, ossis), son originados a nivel embrionario por medio de membranas. Además, en ciertos puntos del cuerpo el cartílago existente se transformará en hueso a medida que crecemos, proceso conocido como osificación.

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