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PASTEUR Y EL PERRO RABIOSO


Enviado por   •  31 de Marzo de 2013  •  1.861 Palabras (8 Páginas)  •  4.876 Visitas

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PASTEUR Y EL PERRO RABIOSO

INTRODUCCION

En general lo que buscaba Louis Pasteur y su equipo en todos sus experimentos, era lograr descubrir como detener la actividad destructiva de estos organismos tan pequeños, los cuales eran tan mortíferos para los animales y las personas.

Es por esto que deciden no detenerse y seguir la incansable búsqueda de una cura. Claro que sin dejar de tomar riesgos, ya que la intención de estos hombres era sacrificar el menor numero animales para el desarrollo de una vacuna capaz de hacer que un microrganismo de alguna forma fuera la cura para el mismo.

Es aquí donde empieza la cuenta regresiva hasta el momento en el que se descubre una vacuna contra la rabia. En este ensayo se narran los sucesos durante la vida de Louis Pasteur para que algún día encontrase la cura de dicho virus.

DESARROLLO DEL TEMA

Desde nuestra perspectiva, teniendo como base unos conocimientos previos sobre el tema, desde el principio los experimentos Pasteur parecían muy lógicos, debido a su procedimiento; el cual era inyectar algún tipo de virus en pequeñas cantidades para que así este causara la reacción del sistema inmunológico de los animales o las personas. Al ser pequeñas cantidades del virus, este no representaba un mayor riesgo por el contrario permitía que reaccionara la respuesta inmune adaptativa. Lo que él lograba era que el sistema inmune al tener memoria ya estaría preparado para el ataque de un virus con las mismas características.

Es en 1870 cuando Koch impresiono a los médicos alemanes con su descubrimiento de las esporas del carbunco. El austriaco Semmelweis, había demostrado que la fiebre puerperal era contagiosa. De cada diecinueve mujeres desgraciadamente moría una. Un día un famoso medico estaba dando una especie de charla sobre la causa de la muerte puerperal cuando fue interrumpido por Pasteur y dijo que la verdadera causa de la fiebre puerperal era una especie de bacterias trasmitidas por los mismos doctores de una mujer a otra; el doctor le dijo que de pronto tenia la razón pero que no sabía que bacteria era esa causante de la fiebre puerperal. Enseguida se levanto Pasteur y dibujo en el pizarrón una cadena de pequeños círculos indicando que esa era la bacteria causante de la enfermedad.

Pasteur fue químico experto en la fermentación del azúcar de remolacha, había enseñado a los vinicultores cómo evitar que sus vinos se deterioraran, se ocupo de la salvación de los gusanos de seda enfermos y consiguió mejorar la mejor cerveza de Francia. Nombró, como ayudantes suyos, primero a Joubert y después a Roux y a Chamberland, tres médicos jóvenes y rebeldes frente a las anticuadas teorías médicas.

Pasteur al iniciar su caza de microbios reventó un furúnculo que uno de sus ayudantes tenía en el cuello y por consiguiente cultivo el microbio y concluyo que dicho microbio era el causante de lo furúnculos, luego corrió al hospital a buscar el microbio causante de la muerte de las mujeres por fiebre puerperal, después salió al campo y demostró que las lombrices de tierra llevan a la superficie los bacilos del carbunco que existen en los cadáveres de las reses enterradas.

Un día encontró que microbios procedentes del aire habían exterminado con bacilos de carbunco que él había sembrado en un matraz de orina hervida; y se le ocurrió la idea de que si los microbios del aire exterminan bacilos de un matraz también lo harán dentro del cuerpo humano. Puso a roux y a chamberland a inyectar bacilos de carbunco a unos conejillos de indias y billones de microbios inofensivos, gérmenes benéficos que se suponía cazarían y devorarían a los del carbunco; pero este experimento no fue exitoso y fracaso. En ese tiempo, tuvo gran resonancia la curación del carbunco inventada por el veterinario Louvrier, en el este de Francia. Su cura consistía en dar unas friegas vigorosas a las vacas para que entraran en calor, después les hacían cortes de piel donde se vertía aguarrás y las cubrían de estiércol con vinagre caliente. Pero no se sabía si en verdad louvrier las curaba o las vacas se sanaban por si solas.

Pasteur aplico dosis de carbunco a 4 vacas sanas y al otro día estas presentaban fuertes hinchazones con fiebre incluida. Le dijo a louvrier que escogiera dos para aplicarles su tratamiento y las otras dos dejarlas sin tratamiento; una de las que fueron sometidas a tratamiento murió y la otra no; y una de las que no fueron sometidas a tratamiento murió y la otra no.

A las dos vacas que quedaron sanas Pasteur les aplico una dosis de carbunco más fuerte (100 gotas) pero al otro día a las vacas no les pasaba nada.

Por este misterio tan grande Pasteur hizo un cultivo de un microbio pequeñísimo descubierto por el doctor peroncito, dejo caer una gota de este cultivo en un pan y se lo dio a comer a una gallina que al otro día murió.

Tenían un cultivo antiguo de microbios y se lo aplicaron a unas gallinas pero al otro día estaban felices y sanas.

Quedaba una pareja de gallinas nuevas y otra pareja de gallinas que se habían salvado del cólera; a estas dos parejas de gallinas les aplicaron caldo conteniendo miríadas de microbios. Las gallinas nuevas murieron pero las gallinas que superaron el cólera se salvaron. Pasteur hizo sus hipótesis y concluyo que Cuando los microbios envejecen se, Vuelven menos feroces; hacen enfermar a las gallinas pero sólo levemente, y al Curarse éstas pueden entonces soportar todos los microbios del mundo, por virulentos que sean.

Pasteur tenía 58 años cuando hizo otro experimento a cerca de la inmunización de las gallinas; primero aplico una dosis de virus del cólera a las gallinas; luego les aplico dosis de carbunco y las gallinas no se murieron. Pasteur le hizo pasar la noticia a Dumas, su antiguo maestro diciéndole que la nueva vacuna anticolérica podría ser un maravilloso medio de protección contra toda clase de enfermedades infecciosas.

Hasta ahora Pasteur, ingeniosamente, había logrado oponer los microbios a los microbios, para que se atacaran con los de su misma especie; pero no tardó mucho en convencerse de que una vacuna constituida por una sola clase de microbios no era capaz de proteger a un animal contra todas las enfermedades, sino, y esto no es seguro del todo, contra la única enfermedad causada por el microbio que forma la vacuna.

Pasteur decidió vacunar veinticuatro ovejas, una cabra y varias vacas, ante la Sociedad Agrícola de Melum, y en la granja de Pouilly-le-Fort, las cuales recibieron una dosis, casi mortal, de virulentos microbios de carbunco; dos días después ni una sola de las veinticuatro ovejas vacunadas, bajo cuyas pieles habían tomado alojamiento, millones de microbios, tenía fiebre; En cambio los veintidós animales de los no vacunados yacían en una fila trágica, y los otros estaban moribundos.

Roux y chamberland llevaron al laboratorio un perro rabioso y lo metieron en una jaula con perros sanos con el fin de que los mordiese, luego extrajeron baba de dicho perro y esta era inyectada a los conejos; este experimento no siempre tuvo éxito, de cada cuatro perros sanos mordidos, dos amanecieron, seis semanas después, recorriendo furiosos la jaula, y, en cambio, transcurrieron meses sin que los otros dos presentaran el menor síntoma.

Un día Pasteur le comunico a Roux que el virus de la rabia se fija en el cerebro y en la médula espinal, en pocas palabras ataca al sistema nervioso. Luego de esto Pasteur le plantea a Roux que quizá podrían emplear el cerebro de un animal vivo en vez de un matraz con caldo de cultivo para comprobar la teoría; Roux propone hacerle un pequeño agujero en el cráneo a un perro, esto sin causarle daño alguno y Pasteur le dice que le podría estropear el cerebro, o dejarlo paralitico, que lo mejor era no hacerlo. Roux fue desobediente, Pocos días después, aprovechando una ocasión en que Pasteur tuvo que salir del laboratorio e ir a una reunión, cogió un perro sano, sin dificultad alguna lo anestesió con cloroformo, y haciéndole un pequeño agujero en la cabeza, dejó al descubierto la masa encefálica viva. Puso en una jeringa una pequeña cantidad de cerebro machacado de un perro recién muerto de rabia, y por el agujero practicado en el cráneo del perro metió la aguja de la jeringa e inyectó la substancia rábica.

Como era de esperar, aún no habían transcurrido dos semanas, y el perro no dejaba de rasguñar y aullar en la jaula, luego de esto el perro murió.

Uno de los perros inoculados con la substancia procedente del cerebro virulento de un conejo, dejó de ladrar, de temblar, y milagrosamente se puso bien por completo. Semanas más tarde, inyectaron en el cerebro a este mismo animal, una dosis del virus, La pequeña herida de en la cabeza del perro sanó rápidamente y el perro siguió viviendo, juguetón, en su jaula.

Luego de esto Pasteur y su equipo descubrieron un procedimiento poniendo a secar durante catorce días, en un matraz especial a prueba de microbios, un pequeño fragmento de médula espinal de un conejo muerto de rabia; inyectaron después este fragmento de tejido nervioso arrugado, en el cerebro de perros sanos, y estos no murieron.

Cuando la vacuna era casi completamente efectiva y segura, Pasteur le escribió una carta a su amigo Jules Vercel:” Me siento muy inclinado a empezar conmigo mismo, a inocularme la rabia y tener después las consecuencias, porque empiezo a tener mucha confianza en los resultados”

Entonces una mujer (madame Meister), llegó llorando al laboratorio, llevaba de la mano a su hijo José, de nueve años, al que, dos días antes, un perro rabioso había mordido en catorce sitios diferentes de su cuerpo, el niño casi no podía caminar. Pasteur le dijo a la mujer que volviera en la tarde, luego de haberse visto con dos médicos (Vulpian y Grancher) fueron al laboratorio para examinar al niño mordido, y al ver Vulpian las sangrientas mordeduras, autorizo a Pasteur para que iniciara la inoculación.

Y en aquella tarde del 6 de julio de 1885, fue hecha a un ser humano la primera Inyección de microbios atenuados, de hidrofobia: después, día tras día, el niño Meister soportó sin tropiezo las restantes inyecciones, meras picaduras de la aguja hipodérmica, luego de esto jamás presentó el menor síntoma de la enfermedad.

CONCLUSIONES

 Se puede concluir que, lo que realmente impulso a Pasteur a continuar con dicha búsqueda fue que a uno de los conejos a los cuales se les había inyectado la baba del perro rabioso, se le extrajo parte de la substancia virulenta del cerebro y se le inyecto a un perro sano luego este se enfermo y se volvió a sanar.

 Pasteur y su equipo lograron descubrir que cuando el virus se deja madurar o envejecer es menos dañino o menos funcional. a base de esto descubren un nuevo procedimiento para que el virus atenuado no sea tan fatal al inyectarlo en el cuerpo.

 En conclusión Pasteur luego de su incansable búsqueda logra descubrir el procedimiento adecuado para la cura de la rabia con la inyección de microbios atenuados, de hidrofobia en humanos.

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