Principios de la Bioética

Como bien se sabe, aquella que se encarga de los conflictos éticos relacionados con la vida, estableciendo así valores y principios que rigen las conductas humanas en relación con la biología, es la bioética. Y la que se ocupa a lo referente a la manipulación de la biología y naturaleza del ser humano, es la bioética médica.

Existen cuatro principios básicos en la bioética, los cuales son la beneficencia, no maleficencia, autonomía y justicia. La beneficencia rige la moral médica de hacer el bien, curar, quitar el sufrimiento y promover le bienestar, para así obtener el máximo beneficio posible a la persona. La no maleficencia se encarga que las acciones no produzcan daño alguno, que no conlleven riesgos innecesarios y la prevención de efectos negativos. La autonomía dice que el individuo es un elemento moral fundamental en el acto médico, con los derechos y dignidad que merece como persona, con la capacidad de deliberar y decidir sobre su persona. Por último, la justicia determina que los beneficios y las cargas que produzcan las actuaciones medicas sean distribuidas de manera equitativa para todos aquellos que lo necesiten.

La autonomía en la relación médico-paciente, hace referencia a una interacción privada, de confianza y de respeto entre un profesional con los conocimientos necesarios y apto, dirigido a una persona que se presenta por algún problema de salud, que solicita voluntariamente respuestas y soluciones a sus quejas.

La autonomía en las epidemias se ve limitada parcialmente en aspectos como en la libertad de movimiento, el cumplimiento de las pautas de diagnóstico y tratamiento, pero esto siempre y cuando garantizando que las acciones tomadas por los expertos en la salud brinden beneficencia y no maleficencia al paciente.

Las restricciones del derecho de la libertad de movimiento que toda persona posee, incluye a las medidas de aislamiento, cuarentena, limitaciones de viajes, así como medidas comunitarias como el cierre de escuelas, fábricas, comercios y la prohibición de reuniones, se ven justificadas por la meta de proteger a la comunidad; sin embargo éstas medidas tienen impactos negativos en las personas, familias y en las comunidades, además de consecuencias financieras y sociales, incluso devastadoras y con mayor impacto que la misma enfermedad que se trata de contener y erradicar.

Es preferible que los pacientes sean aislados en sus domicilios, siempre y cuando su vivienda sea segura y se haya verificada para que se le pueda brindar atención médica a distancia, así como el que pueda satisfacer las necesidades básicas del paciente; por otro lado, al paciente que se le haya confinado en una instalación sanitaria, se le debe asegurar las condiciones mínimas, satisfacer las necesidades de alimento, agua potable, ropa, seguridad, espacio que le permita el movimiento, evitar factores de exposiciones a otras enfermedades, posibilidad de comunicación con familiares

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