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Prácticas corporales de resistencia: consideraciones epistemológicas


Enviado por   •  6 de Diciembre de 2018  •  Ensayos  •  1.348 Palabras (6 Páginas)  •  138 Visitas

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Prácticas corporales de resistencia: consideraciones epistemológicas

Para poder construir la categoría de prácticas corporales de resistencia fue necesario recurrir a dos autoras, por una parte, Elsa Muñiz, quien ofrece el concepto de prácticas corporales, y por el otro, a Margarita Zárate, con su categoría de resistencia enmarcada en un ámbito político[1]. Al final estas dos fueron unidas para dar pauta a la categoría mencionada al inicio.

El concepto de prácticas corporales que ofrece Elsa Muñiz es amplio y complejo. Sus bases epistemológicas se sustentan en la teoría de las prácticas y en la teoría de la performatividad. De ahí que retome a autores como David Le Breton, Marcel Mauss, Michel De Certeau, Pierre Bourdieu, Michel Foucault y Judith Butler.

        De manera concisa, el sustento más fuerte que ofrece Elsa Muñiz para hablar de las prácticas corporales es con Bourdieu, retomando la teoría practicista y con Judith Butler, con la teoría de la performatividad, ambas teorías generalizadoras que, sin embargo, se adscriben al paradigma hermenéutico.

Prácticas corporales

Teoría practicista

Lo que se ha escrito sobre la práctica es variado, no obstante, muchos autores concuerdan en la complejidad de éstas, “las prácticas no solamente remiten a la interconexión de actividades, sino a su papel como herramientas o conocimientos implícitos que subyacen a las propias actividades” (Muñiz, 2014, pp. 12-13), es decir, la práctica no sólo es acción física, también es un saber o saberes, un conocimiento o herramienta que permite desenvolvernos en el mundo.

La apuesta más significativa de la noción de práctica es su capacidad de agencia, de encarnarse o materializarse en el cuerpo. Para Bourdieu lo que se hace con el cuerpo, es decir las prácticas, juegan un papel importante, él afirma: “...lo que se ha aprendido con el cuerpo no es algo que uno tiene, como un saber que se puede sostener ante sí, sino algo que uno es” (Muñiz, 2014, p. 17).  

La propuesta de Bourdieu toma gran relevancia para las prácticas corporales ya que su noción de práctica “…recupera la acción de los sujetos, tiene la virtud de mostrar que dicha acción se transmite y reproduce teniendo un efecto constructor de la realidad” (Muñiz, 2014, p. 19). La práctica construye al mundo y a los sujetos, estos no sólo se piensan, se hacen y hacen en un devenir sociohistórico determinado. La práctica (significada y materializada) es lo que define lo humano, ya que a partir de ésta es que el mundo se transforma, se vive o experimenta, se construye. A partir de esto es razonable afirmar que uno es lo que hace.

Teoría de la performatividad

Es necesario dejar en claro la performatividad y el performance no son lo mismo, si bien se necesita del primero para explicar al segundo, sería un error tomarlos como sinónimos.

        La performatividad es la manera en que los sujetos se construyen, se encarnan, se materializan, aunque Butler lo proponga desde un aspecto lingüístico, ya que ella niega la posibilidad de un cuerpo pre-discursivo, ya que el cuerpo se materializa cuando se nombra. En este momento es donde se da relación entre practicas corporales y materialización.

         Ya que Butler orienta su propuesta teórica en mayor medida para explicar el género, es pertinente utilizar este para ejemplificar la relación ya establecida. Para ella “… las mujeres no nacieron ni se hicieron, ellas solamente se apropiaron de las prescripciones sociales y culturales sobre el sexo” (Muñiz, 2014, p. 29). Es decir, la sociedad emite discursos los cuales son el instructivo a seguir para ser la mujer o el hombre tal y como lo dicta la matriz heterosexual, a su vez, estos discursos son materializados a partir de la práctica.

        Ahora la pregunta es ¿cómo se materializan? Si bien la práctica es parte del proceso, “…la materialidad deberá concebirse como el efecto del poder, como el efecto más productivo del poder” (Butler, 2002, citada en Muñiz, 2014, p. 30) el poder es necesario para formas a los sujetos, ya que es la directriz que dirige los discursos y las prácticas entorno a la heteronormatividad a partir de la repetición.

        No obstante, hay que entender a la materia no como una superficie, sino como “… el producto de un proceso de materialización que se estabiliza a través del tiempo para producir el efecto de frontera, de permanencia, de superficie que llamamos materia” (Butler, 2002, citada en Muñiz,2014, p. 30). La materia no es materia porque sí, se necesita de un proceso para ser llamado materia, el cual esta mediado por el poder y el contexto.

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