Química De La Vela

Despertar la curiosidad, fomentar la observación y propiciar la reflexión son las tres condiciones que Michael Faraday (1791-1867) se fijó a la hora de escribir las seis conferencias. A nuestro parecer sólo faltó nombrar una última: ejercitar la imaginación. Y es que al adentrarnos en la construcción de explicaciones a partir de un acercamiento a la vela encendida, ejemplo cotidiano y concreto, es indispensable hacer uso de ella. Complejizando nuestras explicaciones

A menudo utilizamos formas ordenadas y sistemáticas para alcanzar un fin determinado, la ciencia emplea un conjunto de pasos rigurosos para poder lograr obtener conocimiento válido sobre algún aspecto de la realidad, una explicación verdadera de algún fenómeno o una situación en específico. Uno de los pasos fundamentales en los cuales se basa la ciencia es la “observación”, que resulta trascendental en cualquier experimento que se desee realizar.

Todo el mundo puede mirar, pero observar cuesta un poco, y es justamente este poco, el que hace la diferencia. Es precisamente esta manera de ver detalladamente el mundo la que le proporciona al sujeto los hechos que desea investigar y reunir una cierta cantidad de datos e información, para posteriormente plantearse una hipótesis.

En la combustión de una vela, podremos aplicar dicha observación y plantear, a raíz de esta, diversas posibles explicaciones, con la posterior realización de diferentes experimentos que nos permitan probar la validez de nuestras hipótesis en tantas formas como sea posible.

En ese sentido se plantean dos eventos problemáticos que permitan definir la ruta explicativa de ¿cuáles son las condiciones para que una vela se mantenga encendida? y ¿cuáles son las relaciones e interacciones que podemos señalar en este proceso. Nada puede parecernos más obvio y, al mismo tiempo, más lejano de la enseñanza que se imparte en nuestras instituciones educativas. Pero el problema no se reduce a una receta metodológica. Al contrario, La química de una vela es un buen ejemplo de esa razón ilustrada que Faraday buscaba ante todo democratizar el saber sin caer en su banalización.

De esta forma nos adentramos en la experimentación tratando de dar respuestas a nuestros interrogantes partiendo de que hay unos componentes fundamentales en la vela encendida como la parafina, medio (aire), pabilo y llama.

Seguimiento en el proceso de la quema de una vela:

Luego de suministrar una fuente de calor el pabilo arde(produciendo precisamente calor y luz que nos permiten hablar de esa afinidad química a la que hace referencia Faraday cuando dice que cuando los cuerpos arden emiten calor, pero lo curioso del caso es que dicho calor no es continuo; desaparece en cuanto cesa la acción química,) el pabilo alcanzar la temperatura mínima para este proceso. Se considera que los vapores desprendidos de la parafina interactúan con el medio (aire) presente y permitan la quema de la vela al formarse una especie de “piscina” de cera.

Estos componentes (pabilo, parafina y medio) rompen sus organizaciones al ser alteradas térmicamente. Se inicia la reconfiguración de los elementos del material, del medio y del pabilo, como lo afirma Faraday desde el momento del encendido se forma en la vela concavidad a modo de copa pues el aire que la rodea va subiendo, debido a la corriente producida por el calor de la llama, se funde la cera por la acción de la llama (calor derritiendo la cera pues este disminuye la fuerza de atracción entre las partículas que la conforman) q desciende por la mecha.

Se observan algunas coloraciones y movimiento en la llama estos últimos atribuidos a la interacción con la parafina derretida, por el calor la mezcla de vapores que constituye características el medio y modifica la forma, amplitud y presencia de la llama, donde esta como lo explica Faraday y comprobado con nuestra experiencia puede variar de forma y tamaño por la perturbaciones del medio.

En ese sentido abordamos la problemática de ¿cómo influye el medio (aire) en el proceso de la vela encendida? Evidenciando que:

Medio limitado por un recipiente

Hay elementos en el medio circundante que se distribuyen desigualmente en él, respecto a la altura del recipiente con el cual se limita el medio.

Dichos elementos son fundamentales en el proceso, se consumen, pues una vez limitado el medio circundante no es inmediata la interrupción del proceso, en este sentido, el medio circundante se modifica.

Sin la presencia del aire, o por lo menos algunos de sus componentes (considerando

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