Reflexion Como cuando conoces a un briago

COMO CUANDO CONOCES A UN BRIARO Y ¡TE CHINGAS…!

Un cuento más el día de hoy vamos a conocer, ya saben, de aquellos típicos de caricatura que solo pasa en la inmensa y majestuosa memoria, estos tipos de cuentos que de momento se convierten en sueños que sabemos que no son de aquellos que se vuelven realidad, pues el exceso de metáforas hablan por sí solas en esta realidad actualizada en la que vivimos, cuando la tecnología solo nos hace delirar, más allá de todo aquel fármaco o compuesto químico que al ingerirlo sabemos que trabaja en beneficio de una parte del cuerpo, pero que a la ves descompone otra, en fin; después de todo, como a esto le falta un poco de hipocresía, solo me resta decir que las drogas son malas y dañinas, es muy riesgoso consumirlas sin receta médica o más bien decir, sin consentimiento o aprobación del cirujano que te acaba de operar el corazón para cortarle un pedazo y que por el momento solo quieres sanar aquel desafortunado dolor.  

Lamentablemente solo resta saber que para cuando te das cuenta de que cometes algo equivoco, es cuando ya solo te falta enfrentar las consecuencias, pues desafortunadamente aun no te recuperas de una cirugía profunda en el corazón, desconoces el motivo de la operación, si te opero el doctor que ya murió, o te opero el doctor que ya te abandonó, pero resulta que no te ha abandonado, pues en tu cara se ve esa felicidad de esperanza de saber que vendrá a seguir tratando en relación médico paciente, aunque ya no será la misma atención como al inicio.

Los medicamentos te ayudan a mejorar, pues todo aparenta ir mejor y de maravilla, regresas a los campos de la socialización con un ambiente nuevo, aun te ves demacrado, pero es por lo mismo de la terapia y los dolores de estómago, náuseas, mareos, dolores de cabeza he insomnio que te provocan aquellos medicamentos por vía oral, y nasal; mismos que te provocan irritaciones constantes en los ojos y el lagrimeo recurrente, más en los momentos cuando te encuentras solo, reposando en tu cuarto. Todo esos casos, son simples secuelas de la falta de atención medica que necesitamos, pero ya no sabemos cuál fue el medico que nos llegó tratar, todo apunta a que vamos por un rumbo nuevo y los ojos se nos están pegando y solo confiamos en los instintos del perfecto cuerpo que vamos construyendo, aquel cuerpo que la sociedad ha puesto como cuando el carnicero pone las mejores piezas y cortes sobre el mostrador para que la gente se anime a comprar algo que se antoja y muy rico para la necesidad de satisfacción corporal sin pensar en los daños a la salud que llega a provocar.

No importa cómo es que llegamos a amanecer, lo importante es vivir la vida, según es lo que la mayoría de mis amistades que he conocido en el hospital y después de sus cirugías, me llegan a comentar, después de eso yo creo que tienen razón, en fin, que puede pasar. Solo llegar a conocer aquella tableta de aspirina efervescente con un efecto inmediato, lo que provoca una tensión arterial muy alta poniendo en riesgo la efectividad de recuperación del corazón, ya que desafortunadamente no puedes olvidar los medicamentos anteriores que te recomendaron los cirujanos anteriores.

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