Relación Medico Paciente en el Sistema Nacional de Salud

ENSAYO 

Noviembre, 2015

Se puede afirmar que a lo largo de su vida, el ser humano establece diferentes relaciones interpersonales, las cuales contribuyen a su desarrollo general, favoreciendo su integración y adaptación al entorno donde se desenvuelve. Sin embargo, una de estas relaciones que requiere una mención aparte y juega un papel fundamental en el bienestar general de las personas es la relación médico paciente. Cabe destacar que al querer abordar la relación médico paciente, se pueden considerar además de los aspectos éticos y legales, los aspectos médicos-administrativos y psicológicos, este último se puede señalar como el más relevante en la prestación del servicio médico, sin menospreciar el resto de los aspectos mencionados. Ahora bien, dentro del estudio y la práctica de la medicina, esta relación se considera básica para el logro de una asistencia médica adecuada, obviamente si no existe empatía entre un médico y un paciente, será difícil que este último relate en forma abierta y en confianza, sus padecimientos y malestares. Debe surgir entre ambos un flujo comunicacional de sentimientos de cordialidad, animosidad, tolerancia, que permitan que el paciente sienta seguridad y pueda cumplir correctamente las indicaciones del tratamiento y el medico actúe con honestidad tanto en las consultas como en las recomendaciones de los tratamientos. Obviamente, la responsabilidad de lograr esta adecuada relación recae principalmente sobre el profesional de la medicina, teniendo la ardua tarea de vencer en primer lugar los sentimientos negativos que pudiese llevar el paciente a la consulta. De manera inconsciente muchas personas son presa fácil del miedo, desconcierto o desconfianza ante los problemas de salud, lo cual influye negativamente en su recuperación, por ello es esencial en un primer escenario que el medico rompa con ese clima de negatividad del paciente, logrando entablar una conversación amena, apacible y sincera que le permita consolidar el éxito terapéutico. Cabe destacar que, a diferencia de otras profesiones, el ejercicio de los profesionales de la salud está estrechamente ligado a la persona que solicita de sus servicios, y un poco más allá a la comunidad donde ejerce sus actividades, por lo cual siempre está inserto en una realidad que reclama su atención y su capacidad de dar respuestas a los problemas de salud que puedan surgir. De allí el compromiso que debe establecer el médico, no solo consigo mismo, sino con sus pacientes y con la comunidad de su entorno, para ejercer su profesión apegado a los valores morales. Entendiendo así, que los valores morales permiten al médico actuar de una forma determinada y responder correctamente en ciertas situaciones concretas. Particularmente el ejercicio profesional de la medicina ha contribuido a la construcción de la deontología médica, la cual es definida como el conjunto de principios y reglas éticas que han de inspirar y guiar la conducta profesional, el medico es un ser humano como cualquier otro, no debe sentir superioridad ante sus pacientes, la actitud del médico se ha de caracterizar por un especial respeto hacia el paciente y siempre realizando una labor integra destinada a la prestación del servicio de salud. Es importante señalar que en el caso de las enfermedades crónicas, la calidad de la relación entre el médico y su paciente es fundamental en el primer encuentro, por una parte el paciente asiste a la consulta en búsqueda de ayuda para recuperar la salud pero generalmente se encuentra en un estado de ansiedad o de temor; y el médico debe estar consciente de esta situación, por lo tanto, además de ser respetuoso y escuchar con atención, su comportamiento debe reflejar amabilidad y confianza, y entablar una comunicación armoniosa. De igual modo, el médico debe estar ganado a traducir literalmente los términos científicos y obviar las palabras utilizadas en el mundo profesional para no crear una barrera comunicacional con el paciente. Es así como, el médico desde un inicio logrará captar la atención del paciente y así poder comprender toda la información que sea necesaria para diagnosticar, prescribir el tratamiento adecuado y lograr el éxito del mismo. Desde este punto de vista, en estos nuevos tiempos, se considera que para ser un buen profesional se requiere tener unas cualidades mínimas como persona, sobre todo cuando se refiere a una profesión tan importante como lo es el encargado de la gestión de la salud. El médico es el profesional, a quien el paciente le confía su salud y su vida, en muchas ocasiones además de relatar los síntomas de su enfermedad, el paciente le relata problemas familiares o psicológicos, lo cual exige del profesional cualidades morales que le permitan actuar de manera idónea, sin herir susceptibilidades y respetando su derecho de confidencialidad. Es por ello que la valía social del médico radica no solo en la honradez, sino en su capacidad de entregarse completamente a la prestación de un servicio destinado a la salud y atención de las personas dentro de su comunidad. Estas cualidades contribuyen favorablemente a enaltecer su ejercicio profesional, y optimizar la relación médico paciente con un alto sentido de responsabilidad para velar por la salud del enfermo, para atenderlo adecuadamente y usar el tratamiento acorde a la enfermedad diagnosticada, así como también consolar y orientar a sus familiares. Innumerables disertaciones acerca la relación médico paciente han llegado a conclusiones muy parecidas: “la actitud del médico frente al paciente influye en que éste se recupere más rápido o, que se agrave su enfermedad”, entendiendo que su actitud y el trato hacia el enfermo ayuda a generar confianza y beneficio, o generar un fuerte rechazo, empeorando su cuadro clínico. Es por ello, que los pacientes desean ser atendidos por un médico con conocimientos teóricos y prácticos pero con características personales muy definidas como: honestidad, manejo de un lenguaje adecuado, humildad, capacidad de entendimiento, dominio y valía personal, que le permita crear un ambiente adecuado para comunicarse en confianza con el enfermo. De nada sirve adquirir nuevos y excelentes conocimientos, doctorarse o lograr esa meta deseada en procura de mejoras académicas sino reconstruirse como persona, buscando a través del estudio y la práctica de la medicina crecer, ser, actuar, y convivir cada día mejor desempeñando un rol curativo, educativo y preventivo para beneficio de la  persona y la sociedad. Una de las profesiones con mayor exigencia, por su alto compromiso en la protección de la salud, es la del médico, por lo tanto es necesario recuperar y optimizar la relación médico paciente, en procura de lograr un cuidado particular a cada paciente.

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