Sociedad Disciplinaria y prisión

Sociedad Disciplinaria y prisión

En este escrito nosotros intentamos hacer un análisis crítico sobre dos etapas que transcurrieron principalmente a finales del siglo XVIII, la primera de estas etapas era aquella en la que el castigo era un acto público y otra posterior donde el castigo pasará a ser algo un poco más tenue, privado, racional y calculado.

Con el transcurso del tiempo y a medida que se pasaba a la nueva forma de castigar se dio la aparición de la prisión el cual era tal vez la mejor forma de castigar desde un punto más humano y a su vez castigar mejor. “castigar con una severidad atenuada, pero castigar con mas universalidad y necesidad, introducir el poder de castigar más profundamente en el cuerpo social” (Foucault, vigilar y castigar, p.86).

En Vigilar y castigar, el pensador francés Michel Foucault entra en el ámbito carcelario para estudiar el surgimiento y la extensión de las formas de disciplina, en la sociedad disciplinaria surge una economía política del cuerpo en la que se deja el castigo de las sensaciones y se pasa a un castigo del alma de los individuos donde se dan factores donde se vigila, educa y corrige, mediante procedimientos de castigo, de vigilancia y de coacción.

Nosotros personalmente creemos que el modelo que Foucault impulso fue algo muy importante y un aspecto que marco el desarrollo de la sociedad y que inclusive por esta época se mantiene, compartimos el concepto de este gran autor francés ya que a la hora de castigar por medio de sistemas inhumanos los cuales traían un perjuicio físico para el culpable que en cierta forma no era más que eso un dolor físico que con el tiempo se podía superar y es por eso que la idea que trae Foucault era más aceptada ya que el hecho de incluir la prisión a la hora de castigar marcaba mas a la persona pues al pasar determinado tiempo en un encierro y al estar alejado de la autonomía personal empezaba a ser víctima de un dolor por llamarlo de alguna forma pero no físico sino psicológico y a su vez estaba sometido al poder de los que lo custodiaban, además creemos que era un método mucho más justo.

¿Qué tiene que ver esto con la sociedad actual?

El nacimiento de la disciplina, del arte del cuerpo, forma un vínculo que en el mismo mecanismo, lo hace tanto más obediente cuanto más útil, y al revés La disciplina fábrica así cuerpos sometidos y ejercitados. La disciplina aumenta las fuerzas del cuerpo y disminuye esas fuerzas. En una palabra: desintegra el poder del cuerpo; de una parte, hace de este poder una aptitud que trata de aumentar o cambiar la energía, la potencia que de ello podría resultar y convertirla en una relación de sujeción estricta.

Quizá nos dan hoy vergüenza nuestras prisiones. El siglo XIX se sentía orgulloso de las fortalezas que construía en los límites

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