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Sociedad disciplinaria


Enviado por   •  31 de Mayo de 2013  •  2.402 Palabras (10 Páginas)  •  469 Visitas

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Durante el siglo XVIII y comienzos del siglo XIX empezó la formación de la sociedad disciplinaria, es decir se transforma los sistemas penales. Los crímenes, la falta de moral religiosa o la infracción de la ley natural, se consideraban como una infracción penal.

El crimen no es algo emparentado por con el pecado y falta, es algo que damnifica a la sociedad es un daño social, una perturbación una incomodidad para el conjunto de la sociedad. De igual forma el criminal se vuelve un enemigo interno que rompe el pacto que teóricamente había establecido con la sociedad es una definición nueva y capital en la historia de la teoría del crimen y penalidad.

La ley penal debe reparar el mal o impedir que se cometan males semejantes contra el cuerpo social, para ello existen cuatro tipos posibles de de castigos. Primer castigo: exilian a las personas, destinarlas o deportarlas, es decir, el castigo ideal es la deportación. Segundo castigo: es a nivel de escándalo, la vergüenza, la humillación quien cometió una infracción se publica la falta y se muestra a la persona públicamente. Tercer castigo es la reparación del daño social, el trabajo forzado que obliga a las personas a realizar actividades para el estado o la sociedad de tal manera que el daño causado sea compensado. Por último es la pena que se ajusta en la medida exacta, es la pena del Talión. Se mata a quién mato, se confisca los bienes a quien robo y los que violan debe sufrir algo semejante. Estos castigos eran expuestos para asegurar el control de los individuos, es decir, llevar el comportamiento de las personas a quienes cometieron estos delitos.

Hoy en día estamos en la edad de control social, por la cual, es una sociedad de plena vigilancia y es aquí donde entra el Panóptismo, es decir, toda arquitectura que permite un tipo de poder de espíritu sobre el espíritu, una especie de institución que vale tanto para las escuelas como para los hospitales, las prisiones, los reformatorios, los hospicios o las fabricas.

Foucault, identifica, por medio de los encierros aplicados a los enfermos y leprosos y en la disciplina como exclusión de los apestados, los profundos motivos que llevaron a los europeos a establecer acciones de tan poca monta humana, y es que según el autor esta actitud hacia los enfermos conlleva de fondo una actitud de imponer límites y encierros que sustenta quien administra el poder, es decir, excluye a todo aquél que no participa de la idea unívoca y científica de verdad cartesiana.

Esta necesidad de mantener bajo control una situación, de llevar al orden un temido desorden, lleva a imponer divisiones espaciales a la persona enferma, quien no vive la experiencia de habitar o morar un espacio, antes bien, el espacio le resulta al paciente algo artificial, las divisiones en las calles, las puertas que se cierran por el exterior, las secciones especiales dentro de la ciudad o los puestos de mando para vigilar, que no tiene su punto de partida en el individuo creador, sino en un orden que se le impone de forma ‘exterior’ y más aún, de forma violenta. Así, el problema se vuelve un drama mayor en tanto que la situación de encierro no radica en el espacio físico, cuanto en el encierro que produce la mente.

Un ejemplo de esto es, si encerramos a una persona que es muy social e hiperactiva en primer lugar la privaríamos de su felicidad, libertad y a una vida creadora, confinada al diminuto espacio de las cuatro paredes de la clausura, en cambio al experimentar el destierro se vuelca en tristeza y desolación para el desterrado, quien teniendo un mundo inagotable para sí, vive el infierno del espacio, al no poder regresar y habitar el lugar donde sus potencias creadoras y de intimidad le proporcionan vida, libertad y plenitud de ser; el mayor amparo lo confiere un espacio cuando es para el hombre un campo abierto de posibilidades creado en dinámica distensión con su entorno cuando las cosas se disponen benéficamente para crear entre ellas un campo de acción humana, tenemos un ámbito. Cuando un hombre se ve instigado por el odio en todas direcciones, queda sin espacio y entra espiritualmente en trance de perecer”.

Según Foucault, hemos diseñado dos maneras de ejercer el poder y de llevar a cabo el sueño político: el exilio del leproso, por medio del encierro, y la detención de la peste, que busca el encauzamiento de la conducta mediante la disciplina, de tal suerte que una gran comunidad tiene que ser llevada mediante la disciplina a los ideales de la razón moderna que pide una igualdad que sólo cabe en las matemáticas, pero que busca imponer en la sociedad, pues aquí la sociedad se atraviesa de jerarquía, vigilancia, inspección escritura, buscando llegar a la utopía de la ciudad perfectamente gobernada.

“Individualizar a los excluidos, pero servirse de los procedimientos de individualización para marcar exclusiones –esto es lo que ha sido llevado a cabo regularmente por el poder disciplinario desde los comienzos del siglo XIX: el asilo psiquiátrico, la penitenciaría, el correccional, el establecimiento de educación vigilada, y por una parte los hospitales, de manera general todas las instancias de control individual, funcionan de doble modo, en un conjunto de técnicas y de instituciones que se atribuían la tarea de medir, controlar y corregir a los anormales; es decir, no sólo encerrarlos cuanto transformarlos.

El Panóptico, estructura arquitectónica con forma de anillo, en cuya periferia permanecen encerrados en celdas incomunicadas entre sí pero con una vista común a un centro, toda clase de hombres excluidos del mundo moderno. La maravilla y genialidad de esta estructura está en que se puede situar un vigilante en la torre central y encerrar en cada celda a un loco, enfermo, condenado, obrero o escolar, el cual se sentirá continuamente observado, sin saber siquiera si de facto hay alguien en la torre de vigilancia.

Un ejemplo de esto es el es sobre el famoso reality show “Big Brother” (Gran hermano) este proyecto se realizo en el año 2002. El programa consistía en seleccionar 12 concursantes, mitad hombres y mitad mujeres, que se mantendrían aislados por 106 días y serían vigilados las 24 horas del día por distintas cámaras de televisión. La intención de este reality show, según sus productores, era mostrar el comportamiento humano en condiciones extremas de aislamiento y convivencia. Antes del estreno, la idea de que una persona fuese aislada y vigilada por una cámara resultó controvertida e incluso se la consideró como un reflejo de crueldad humana.4 Cada semana el público iba eliminando concursantes y al final decidía quien era el ganador y aquí podemos observar como los medios está encargada en dar lo que la gente le quiere y olvidarse un poco de los problemas que hay en su entorno.

El

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