Spirulina máxima

Spirulina máxima

Los antiguos habitantes de Tenochtitlán lograron mantener sana a una numerosa población a través una ingesta equilibrada, basada en el maíz, que representaba el 80% diario de la misma; a la cual agregaban frijoles, chile, chayote, jitomate, cebolla, amaranto y otros vegetales conocidos por ellos. Pero también consumían (sin saber) un alga llamada Spirulina. En cierta época del año, los aztecas recolectaban un “barro” de color azul. Luego, lo ponían a secar al sol y una vez seco, formaban pequeñas tortas que colocaban sobre hierbas frescas. Estas tortas tenían un sabor a queso y un cierto olor a barro y las comían en pequeñas cantidades con tortillas, utilizándolas además para condimentar el maíz en lugar de emplear sal. Pero, ¿cuál era la importancia de éste barro azul? En realidad éste barro estaba conformado por una serie de “algas verde-azules” del género Spirulina.

Los aztecas la identificaron como “tecuitlatl” (lodo de piedra, en náhuatl). Pasaba por un sencillo proceso de secado y posteriormente era consumida como una especie de hojuelas.

Spirulina spp (Arthrospira spp) es una cianobacteria filamentosa no diferenciada gram negativa. Sus filamentos presentan un esquema en forma de hélice abierta y llegan a medir entre 100 y 200 mili micrones. Las condiciones de esta hélice y sus medidas dependerán de las condiciones ambientales y del crecimiento del alga.

La investigación científica ha verificado la gran riqueza constitutiva de la Spirulina, ya se llevan aislados más de 60 componentes. Es una de las fuentes naturales más proteicas, casi el 70% de su peso está constituido por aminoácidos. Destacando el triptófano (antidepresivo por excelencia) y fenilalanina (otorga sensación de saciedad).

Posee también beneficios a la salud, por lo que la UNESCO lo declaro como alimento del milenio, mencionando también que la ONU y la Organización Mundial de la Salud (OMS) la recomiendan ampliamente como excelente complemento alimenticio.

La spirulina es un superalimento que ofrece proteínas más digeribles que las de la carne de vacuno y contiene una sorprendente variedad de elementos nutritivos: vitaminas (B12 y E principalmente), macrominerales, minerales, ácidos grasos esenciales, proteínas (aproximadamente el 60%), ácidos nucleicos, clorofila, y una amplia gama de fitoquímicos. Es por esto que mejora el sistema inmunológico por su contenido de beta-caroteno, ácido gama linoleico, ficocianina y vitamina E, disminuye el efecto toxico en los riñones provocado por metales pesados gracias al poder desintoxicante de la clorofila. También mejora la flora intestinal del lactobacilo que estimula la digestión; así como aminora los daños causados por estrés. Su poder antioxidante, se debe por su contenido en selenio, clorofila, retinoides, tocoferoles y ficocianina.

Es importante mencionar que,

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