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Tabaquismo


Enviado por   •  6 de Mayo de 2013  •  5.512 Palabras (23 Páginas)  •  267 Visitas

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MARCO TEORICO

HISTORIA DEL TABAQUISMO

DESCUBRIMIENTO

La entrada de tabaco en Europa tuvo lugar con el descubrimiento de América, a pesar de que se ha encontrado nicotina en muestras pulverizadas de pelo, tejidos blandos y hueso de 7 momias egipcias fechadas entre los años 1070 a.C. y 395 a.C2, y se ha documentado la existencia de pipas para fumar en las civilizaciones griega y romana. La explicación de los dos hallazgos aparentemente incongruentes puede ser la siguiente: en primer lugar, la presencia de pipas no garantiza que se fumase tabaco, podría haberse consumido una amplia gama de hierbas en su lugar; en cuanto a la nicotina encontrada en las momias, puede deberse a que algunas plantas del Viejo Mundo, como la belladona y la Nicotiana africana, contienen trazas de nicotina. Así pues, para el Viejo Mundo el tabaco sigue teniendo su origen en América.

El cultivo del tabaco en América se remonta al año 6000 a.C., y su uso en forma de enemas o fumado, al siglo I a.C.3. Se le atribuían tanto propiedades terapéuticas como mágicas. El diario de a bordo de los viajes a América de Cristóbal Colón se perdió. Hoy día perdura la versión de fray Bartolomé de las Casas, que incluía abundantes párrafos textuales del diario de Colón. En él podemos leer cómo, tan sólo 3 días después de llegar al nuevo continente (el 15 de octubre de 1492), Colón recibe de un nativo las hojas de una planta que bien pudiera ser tabaco.

Y el 6 de noviembre, relatando los hallazgos que Rodrigo de Xerez y Luis de Torres, enviados por Colón días antes, traían del interior de la isla de Cuba: La primera descripción de la planta del tabaco en Europa se atribuye a Gonzalo Fernández de Oviedo. En su Historia general y natural de las Indias comenta detalladamente sus Características.

Monardes recoge 65 usos médicinales diferentes del tabaco. A continuación describe sus virtudes como antídoto frente al veneno:

En Venenos, y heridas venenosas tiene grande excelencia nuestro tabaco: lo Cual se ha sabido de poco tiempo a esta parte. Que como los Indios Caribes, que comen carne humana, tiran sus flechas con una yerba, o composición hecha de muchos venenos con la cual tiran a todas las cosas que quieren matar y es tan malo y tan pernicioso este Veneno, que mata sin ningún remedio, y los heridos mueren con grandes dolores. También el boticario cordobés Juan de Castro lo recomienda para tratar heridas, y Francisco Hernández afirma que fumar tabaco: ...aprovecha a la asma, corrige la dificultad de aliento, mitiga la aflicción y angustia que de ella suele proceder, y no solamente es útil este vapor y humo tomado de esta manera a las enfermedades sobredichas, sino que también aprovecha extremadamente à las indisposiciones de la madre, conforta la cabeza este remedio, provoca el sueño, mitiga el dolor, corrobora el estomago y sana el romadizo. Félix Palacios recomienda la aplicación de tabaco en jarabe para tratar el vómito, el asma, purgar la cabeza y el estómago, quitar la obstrucción del bazo y limpiar sin dolor las úlceras antiguas . En forma de emplasto, afirma que es: «Un excelente resolutivo, ablanda y resuelve los tumores escirrosos del Hígado, vientre y Bazo, resuelve las escrófulas y otros semejantes tumores». Tal fue el prestigio que alcanzó el tabaco como tratamiento para numerosísimos males que en el siglo XVI se le llamaba comúnmente «hierba panacea».

Amediados del siglo XVI, Demaio de Goes, archivero del rey portugués, ya cultivaba tabaco en los jardines reales de Lisboa. Por mediación de Demiao de Goes, Nicot obtuvo muestras de la planta y en 1560 envió tabaco a su soberana, Catalina de Médicis, quien lo consumía para tratar sus migrañas y en honor a quien el tabaco recibió el sobrenombre popular de «hierba de la reina». Jean Liébault bautizó la planta del tabaco con el nombre de Nicotina, en honor a Nicot. No obstante, parece haber sido realmente el cosmógrafo real André Thevet (1502-1590) el primero en introducir y cultivar tabaco en Francia, al regreso de la expedición del almirante francés Villegaignon a Brasil, en 1555.

El cardenal Próspero se encargó de introducir el tabaco en la península italiana en 1561. Un capitán de la Armada Real Inglesa, sir John Dawkins, fue quien llevó el tabaco a Inglaterra en 1564. Además tuvo el dudoso honor de ser el primer inglés en comerciar con esclavos. A finales del siglo XVI el consumo se había extendido por toda Europa. De mano de los portugueses el tabaco llegó a la India, China y Japón. Y siguió extendiéndose. Para hacer frente al monopolio español del tabaco, en 1612 John Rolfe comenzó a cultivarlo en Jamestown (Virginia) para la corona inglesa. Su producción igualó en pocos años la española.

La nicotina fue descubierta por el químico alemán Karl Luis Reimann en 1828, y fue su compatriota y también químico Adolf Pinner quien, en 1893, determinó su estructura.

Sa producción en Sevilla del siglo XVI los pordioseros recogían las colillas del suelo para aprovechar el tabaco picándolo y liándolo en un papelillo, inventando así los «cigarrillos».

En el siglo XVIII se dignificó su uso, pero hasta que el joven de 18 años John A. Bonsack patentó en 1880 la primera máquina para enrollar cigarrillos, éstos habían sido una forma de consumo relativamente menor, y sin la elegancia de los cigarros puros. El invento de Bonsack permitió que la producción de cigarrillos, antes manual, se disparara de manera exponencial. La publicidad tuvo como consecuencia que hacia 1920 fumar cigarrillos fuese ya inmensamente popular.

En Europa, además de las primeras críticas vertidas por González de Oviedo y Bartolomé de las Casas, el tabaco cosechaba antipatías en cada reino en el que se instalaba. Jaime I de Inglaterra le achacaba ser: «Una costumbre repugnante para la vista, odiosa para la nariz, dañina para el cerebro, peligrosa para los pulmones.

El papa Urbano VIII prohibió en 1642, bajo pena de excomunión, el consumo de tabaco en todas las iglesias de la diócesis de Sevilla, ante el escándalo que constituía su usopor parte de los sacerdotes incluso al oficiar la misa. En 1650, su sucesor Inocencio X (1572-1655) prohibió también su uso en la basílica del Vaticano. En 1725 revocó la prohibición Benedicto XIII.

El riguroso trabajo epidemiológico publicado por Richard Doll y Bradford Hill16 en 1950 es la primera prueba concluyente que demuestra una asociación entre el tabaco y el cáncer de pulmón. Algunos estudios con un volumen de pacientes mucho menor y un diseño mucho menos sólido ya relacionaban ambos sucesos, como el trabajo de Schrek y Baker, también publicado en 1950, pero comentado en el artículo de Doll

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