Ventaja Absoluta
pradomtz27 de Abril de 2013
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EL MODELO DE LA VENTAJA ABSOLUTA DEL COMERCIO INTERNACIONAL DE ADAM SMITH:
UNA NOTA DIDÁCTICA
Martín Carlos Ramales Osorio*
mramales@nuyoo.utm.mx
RESUMEN: Para la economía clásica, expresada por Adam Smith y David Ricardo, el libre comercio internacional es benéfico para los países en dos sentidos: conduce a la especialización y amplía las posibilidades de consumo. Además, y como dice Smith, “es máxima de todo jefe de familia prudente no tratar de producir en casa lo que cuesta más producir que comprar”. En el modelo expuesto, a los norteamericanos les resulta más barato importar la tela de México que producirla ellos mismos, y a los mexicanos les resulta más barato importar el alimento de Estados Unidos que producirlo por su propia cuenta. Para Smith, al igual que para toda la economía convencional, los mecanismos del mercado (la ley de la oferta y la demanda) restablecen de manera automática los equilibrios comerciales internos e internacionales.
INTRODUCCIÓN
He enseñado la teoría del comercio internacional como parte de los cursos de economía internacional y de teoría económica en la Universidad Tecnológica de la Mixteca y en la Facultad de Economía de la UNAM. Y he encontrado que a la mayoría de los estudiantes les resulta demasiado difícil comprender los diversos aspectos de la teoría económica, que si bien no es sencilla tampoco resulta demasiado compleja. Como cualquier otra disciplina científica, la economía tiene su propio lenguaje, sus propios términos, su propia jerga para describir, a través de modelos,1 el mundo económico real. Al estudiante le resulta difícil entender el lenguaje de la ciencia económica. ¿Cuáles son entonces los requisitos para comprender de bien a bien el “complicado” mundo de la teoría económica? En primer lugar, ganas de aprender, entusiasmo, y, en segundo lugar, una mente lógica, analítica e intuitiva.
En esta ocasión es mi intención exponer, espero que de manera didáctica, los fundamentos de la teoría moderna del comercio internacional; teoría a menudo mal entendida y peor aplicada. No obstante, una buena exposición de la misma puede reducir de manera considerable esos malos entendidos y esos equívocos. Al final de cuentas, y parafraseando a Paul Samuelson, la economía es cuestión de sentido común, pero de sentido común educado en la más estricta y rigurosa lógica: “Para apreciar los encantos de la física cuántica, deben dominarse primero sofisticadas técnicas matemáticas; sin embargo, para apreciar la estructura estética del análisis económico sólo es necesario tener un cierto sentido de la lógica y una cierta capacidad para ver que las leyes empíricas y el aparato teórico tienen realmente una importancia vital para miles de millones de seres humanos” (Samuelson 1988: 6). O sea, que actividad y teoría económica están íntimamente relacionadas.
DEFINICIONES E IDEAS
Para todos nosotros resulta evidente que el dólar es la moneda de curso legal en las transacciones internacionales de bienes y servicios. Si usted importa un automóvil de los Estados Unidos debe pagarlo en dólares, tomando como referencia el tipo de cambio prevaleciente en el momento de la operación. Luego entonces, ¿qué es el tipo de cambio? Pues simple y sencillamente “es el precio de una moneda extranjera (el dólar americano, la libra esterlina, el dólar canadiense, el yen japonés, la lira italiana, el marco alemán, la peseta española, el franco francés, o cualquier otra) en términos de la moneda nacional”. Por ejemplo, 10 pesos por un dólar americano o 14 pesos por una libra esterlina.
Ahora bien, cabe distinguir entre dos esquemas de tipos de cambio: 1) Tipos de cambio fijos, y 2) tipos de cambio flexibles.2 Y ahora la pregunta es: ¿En qué consiste cada uno ¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬de los dos esquemas cambiarios? “En el sistema de tipos de cambio fijos, los bancos centrales tienen que suministrar la cantidad de divisas necesarias para financiar los desequilibrios de la balanza de pagos.3 En un sistema de tipos flexibles, en cambio, los bancos centrales permiten que el tipo se ajuste para igualar la oferta y la demanda de divisas” (Dornbusch et al. 1994: 173). O dicho de otra manera, bajo tipos de cambio fijos los bancos centrales intervienen comprando o vendiendo divisas. Y bajo tipos de cambio flexibles el precio de cualquier moneda extranjera se determina de acuerdo a la ley de la oferta y la demanda, es decir, los bancos centrales no intervienen para nada.
No obstante, ahora tenemos las siguientes preguntas: Bajo tipos de cambio fijos, ¿cuándo deben comprar o vender dólares (o cualquier otra moneda extranjera) los bancos centrales? Y bajo tipos de cambio flexibles, ¿cuándo aumenta o disminuye el precio del dólar (o de cualquier otra moneda extranjera)? Cuando un país importa más bienes y servicios de los que exporta, decimos que incurre en un déficit en cuenta corriente (si sucede lo contrario, decimos que incurre en un superávit). ¿Qué implica el déficit en cuenta corriente? Pues simple y sencillamente que la demanda de dólares es mayor que la oferta de dólares, y bajo un esquema de tipos de cambio fijos los bancos centrales venden dólares a los nacionales para que compren mercancías extranjeras o para que vayan de turistas a cualquier país del globo, y de esa manera los bancos centrales evitan que se incremente el tipo de cambio (o de manera equivalente, que se encarezca el dólar). En contrapartida, bajo tipos de cambio flexibles la mayor demanda de dólares provoca un incremento automático en el precio del mismo.
El lector alerta ya habrá notado que el banco central al comprar o vender dólares (o cualquier otra moneda extranjera) evita cualquier variación (a la alza o a la baja) en el tipo de cambio. La acción interventora de los bancos centrales mantiene fijo el tipo de cambio bajo el primer esquema cambiario a que se ha hecho alusión. Esto no sucede, por supuesto, bajo un régimen de tipos de cambio flexibles.
Por último, y antes de dar el siguiente paso, conviene anotar que cuando el banco central vende dólares recibe a cambio moneda nacional, moneda nacional que sale de la circulación. A contrario sensu, cuando el banco central compra dólares (como resultado de un superávit en cuenta corriente) otorga a los exportadores moneda nacional, moneda nacional que entra a la circulación. Es importante anotarlo, porque, bajo ciertos supuestos, la teoría cuantitativa del dinero argumenta que “todo incremento (o decremento) de la cantidad de dinero en circulación (u oferta monetaria) provoca un incremento (o decremento) proporcional sobre el nivel medio de precios (o sobre la inflación)”. Y nos será muy útil en la exposición del modelo que sigue a continuación.
EL MODELO DE ADAM SMITH4
La teoría del comercio internacional pretende dar respuesta a preguntas como las siguientes: ¿Qué es lo que explica el comercio entre las naciones? ¿Cuáles bienes se exportan y cuáles se importan por cada país comerciante? ¿A qué precios se exportan e importan los bienes que se intercambian? ¿Se benefician los países del comercio internacional?
En una primera aproximación, el comercio entre países surge por las distintas productividades del trabajo, la tierra y el capital. Además ninguna nación, ni ningún individuo, es completamente capaz de producir todos los bienes y servicios que requiere para sobrevivir. Si los norteamericanos requieren de 8 unidades de trabajo para producir una unidad de alimento mientras que los mexicanos requerimos 10, entonces a los mexicanos nos resulta más barato (en términos de unidades de trabajo) importar el alimento de Estados Unidos que producirlo internamente; pero si, por el contrario, los mexicanos requerimos dos unidades de trabajo para producir una unidad de tela mientras que los norteamericanos requieren 4, entonces a los norteamericanos les resulta más barato (en términos de trabajo) importar la tela de México que producirla ellos mismos. O como bien lo expresa Adam Smith en la Riqueza de las Naciones: “Siempre será máxima constante de cualquier prudente padre de familia no hacer en casa lo que cuesta más caro que comprarlo. El sastre, por esta razón, no hace zapatos para sí y para su familia, sino que los compra del zapatero; éste no cose sus vestidos, sino que los encomienda al sastre; el labrador no hace en su casa ni lo uno ni lo otro, pero da trabajo a esos artesanos. Interesa a todos emplear su industria siguiendo el camino que les proporciona más ventajas, comprando con una parte del producto de la propia, o con su precio, que es lo mismo, lo que la industria de otro produce y ellos necesitan” (Smith 1776: 402-403).
De esa manera, y siguiendo a Adam Smith, se configuraría el siguiente patrón de comercio entre Estados Unidos y México: Estados Unidos exportaría alimento a México, o equivalentemente México importaría alimento de los Estados Unidos; en cambio, México exportaría tela a Estados Unidos, o equivalentemente Estados Unidos importaría tela de México (Ver Figura 1). De esa manera, y en un primer momento, para Adam Smith los países exportan aquellos bienes
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