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A veces las historias de otras personas pueden resultar demasiado triviales


Enviado por   •  28 de Abril de 2023  •  Apuntes  •  1.493 Palabras (6 Páginas)  •  71 Visitas

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A veces las historias de otras personas pueden resultar demasiado triviales o simples para uno, restamos importancia a lo que en verdad sucede sin darnos cuenta. Y sin darnos cuenta, corroemos más de lo que nos gustaría aceptar. Era el caso para Shery, hija única de una mujer soltera y atemorizada por el futuro que le esperaba al criar a su pequeña. La muerte de Thomas, su esposo, fue el atisbo que se necesitó para arruinar los primeros años. Bella, la madre, no era una persona que se viese comúnmente débil, o sumisa ante cualquier situación, no iba a ser la primera vez tampoco, ahora tenía que cuidar de alguien más que no fuese ella. De cierto modo eso siempre le había gustado. Incluso en el fúnebre primer mes, nunca se abstuvo de brindar una mano a quien lo necesitase, habitualmente usaba sus palabras, el aliento que de ellas salía le devolvía el fervor a todos sus compañeros de trabajo deprimidos, en aquel piso donde la oficina de siempre le esperaba para sus ocho horas diarias.

Su niña cumplió los 6 años con aparente normalidad. Y aunque la cuota de la niñera fuera un peso más que llevar sobre sus hombros, todo lo valía por ver el brillo en sus ojos, le quitaba de encima toda fatiga, todo mal recuerdo y todo mal momento. No obstante, los niños no son comprensivos en absoluto, y a falta de una figura paterna adecuada, que no solo se preocupara por darle de comer y cambiarle el pañal, la niña quiso más.

¿Dónde está mamá? ¿Cuándo llegará? Las preguntas eran su costumbre diaria. La falta de su presencia, también tuvo otros efectos colaterales. Por aquel tiempo los estudios sobre los estados mentales o emocionales no eran muy atractivos para la ciencia. Las escuelas preferían enfocarse en el rendimiento académico. Por lo que sus habilidades numéricas eran eficientes, mas su comunicación con el resto, era pésima por derecho. Sin ofender a nadie, pero si existían algún tipo de personas en las cuales se inspiraron para crear la frase de Lobo Solitario, Shery formaba parte de ese montón. Era tímida, le daba vergüenza hablar con alguien de su clase, no sabía que hacer cuando la saludaban tan si quiera, y mucho menos tenía a alguien a quien consultar por un rumbo de acciones distinto al habitual, que era ignorar a todos los demás. La niñera convivió con ella durante más de media década, pero nunca hizo algo por acercarse a la pequeña realmente, los unía el dinero, no se esperaba mucho tampoco. A fin de cuentas, prefería no ayudar por miedo al qué dirán, ignoraba a los demás olímpicamente, sin importar el asunto. A sus 16 en la adolescencia las cosas no mejoraron, ya no necesitaba una niñera, según Bella, y era correcto, pues tenía el suficiente conocimiento y la madurez para cuidarse de sí misma, como lo había hecho en el colegio, como lo había hecho en los trabajos grupales que al final sola completaba. Creía no necesitar a nadie, mamá no estuvo y no estaría, creyó que supo asumirlo.

Una tarde de verano transcurrieron las vacaciones de Bella, su tiempo favorito de cada 45 días, las dos semanas en las que podía centrarse en su hija, y no en otras personas había llegado. Pero no como esperaba, o había sido antes. Ciertamente su hija no fue muy abierta con sus sentimientos en los últimos años, tampoco era estúpida, era consciente de cierta parte de las cosas, y para cuando su hija dejó de interesarse por las muñecas y las visitas al parque, notó que el panorama no había sido visto completamente. Ahora vestía de negro y gris, como una actriz de los años 40 transmitida en el televisor. El hecho de que su piel fuera tan blanca y su cabello tan negro, hacía que la idea fuera más graciosa. Pero no era motivo de risa. Su hija estaba cambiando y no para bien, no como a ella le hubiera gustado. Ya no deseaba ser acompañada al colegio, parecía algo avergonzada de hacerlo, y eso la ponía peor. Bella aún así fue, su hija, pese a no estar muy contenta, aceptó a regañadientes. La dejó en la puerta. Shery pasó sin despedirse.

Uno de los profesores que ingresaba vio esto con curiosidad, se acercó a la madre, le preguntó cuál era su relación. Cuando Bella soltó todo, y el tipo se vio fascinado de al fin conocerla, estrechó su mano, ansioso por contarle un montón de detalles que la madre nunca se enteró. Su hija no tenía amigos, apenas unas personas que conocía, y no parecían tener buena precedencia. El detalle que más la impactó, fue oír cómo es que Shery había aprendido a golpear, usando a uno de sus compañeros de clase como saco de box por los 20 minutos que el recreo duraba.

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