La educación como acontecimiento ético

La educación como acontecimiento ético:

La educación es un acontecimiento ético por más que quiera correrme del sentido ético de la educación no podría, siempre se esta tomando posicionamiento ético porque la educación es en sí misma un acontecimiento ético dentro del cual se encuentra una relación, la presencia de otro que nos trasciende como educadores y frente a este tenemos que asumir una responsabilidad incondicional.

Otredad: se acostumbra a escuchar hay que respetar las diferencias, cuando se respeta a la diferencia se determina como diferente algo que es regla. La diversidad es una realidad, es la norma que atraviesa la realidad, hay que aceptarla más que respetarla porque es una realidad objetiva, nadie es igual a nadie, esto es planteado en el principio filosófico de identidad, que determina que A es igual si y solo si es idéntico a A, podemos ser semejantes, pero no ser idéntico a nadie más.

Nos vinculamos desde la diferencia, desde las semejanzas o desde el reconocimiento de la diversidad que día a día va de la mano del reconocimiento y valoración de la intersubjetividad.

Amor altruista: despojado de todo interés, la familia que acoge a los judíos en el holocausto sería como la forma más pura del amor posible, que según la filosofía no existe porque siempre hay un dejo de egoísmo en el amor. Sería como la muestra de amor hacía un desconocido, habla de una empatía que vaya de la mano de la alteridad, que hace alusión a un intercambio de lugar. La entrega totalmente desinteresada es un acto de amor, una situación ética. Estas personas fueron capaces de responder a lo humano por encima de los dictados de la nación, la religión y la familia. Percibieron lo humano en cada otro desconocido. El propósito de la mejor de las sociedades no reside en la justicia liberal, sino en la decencia, en la compasión y en la voluntad de hacer que el amor fuese necesario para una convivencia pacífica y permitir nacer una sociedad decente.

Hospes Hostis: tiene que ver con hospedar, cuando se recibe a otro se prepara para eso, tiene que ver con la reciprocidad, se debe hospedar al otro, pero también dejarse hospedar.

Totalitarismo moderno: son los que anulan totalmente los derechos. Hay totalitarismos que no son como un campo de concentración, pero cuando hay lavado de cerebros y mucha injerencia de los medios de comunicación en el pensamiento crítico de las personas se puede pensar que se parece mucho a una dictadura.

Debemos empezar a reflexionar en donde se ven situaciones de totalitarismo moderno, situaciones de arbitrariedad o despóticas. Se debe trabajar y analizar de que manera hoy los totalitarismos modernos tienen injerencia sobre todo el pueblo y la perdida de criticidad que generan.

Para fomentar la memoria es imprescindible narrar lo sucedido en palabras, no con deseo de venganza sino de justicia. Solo la voluntad de no olvidar puede hacer que estos crímenes no vuelvan nunca más. Según AGAMBEN el totalitarismo moderno tiene su fundamento en la identidad entre la vida y la política. Cuando vida y política se identifican, toda vida se hace sagrada y toda política se vuelve en excepción.

Totalitarismo democrático: su propósito es la gestión de la vida, su administración y puesta en circulación en el mercado bajo la temible globalización, bajo esto la política se sirve de sus propósitos y tiene como efecto el controlar la capacidad de iniciativa y de novedad de los ciudadanos. De ahí nacerá una pedagogía de la programación, de la evaluación, de la previsibilidad. Una pedagogía del poder.

Humanizar la civilidad: los niños no son solo sujetos de derecho, se debe dar una vuelta para que esa civilidad se convierta o acerque al amor en la docencia. Solo una educación estaría en condiciones de reconocer la humanidad allí donde se encuentre. Tenemos que aprender a pensar la educación y la civilidad en la hendidura del tiempo, en un punto separado del pasado y del futuro.  Es quizá posible pensar la educación como acompañamiento, hospitalidad, recibimiento del otro en su radical alteridad y es un deber pensar la educación como natalidad y creación de novedad. El hombre no se fabrica, nace. No es la ejecución de un plan previo sino el milagro de un puro inicio.

La atención al otro, la respuesta a su llamado, la responsabilidad es lo que nos permite humanizar la civilidad.

Homo sacer: es aquel ser humano que quien atente contra su vida no deberá pagar jurídicamente por ello, si lo matan no pasa nada, hay una nulidad de derechos sobre ese ser humano. Su vida acaba siendo una nuda vida.

Se debe destacar que la mirada tiene una responsabilidad. Desde la otredad se hace un recorrido que tiene que ver con el reconocimiento del rostro del otro, de lo que me diferencia del otro, para aprender a mirar y escuchar llegando así a la intersubjetividad, que tiene que ver con un conjunto de subjetividades. Hay que reconocer que uno se encuentra con otro, no querer que seamos iguales sino valorar que somos diferentes.

El maestro ignorante:

Jacolot era un profesor que creía que su tarea era transmitir conocimientos a sus alumnos tal como creen muchos hoy en día. La gran tarea del maestro es transmitir sus conocimientos a sus discípulos para llevarlos gradualmente hacia su propia inteligencia, el acto esencial del maestro era explicar. Cuando habla de elevar gradualmente Ranciere juega con el vocablo francés ELEVER qué significa elevar, educar, cultivar, nutrir o alimentar. Jacolot como profesor tradicional él no hablaba holandés y sus alumnos no hablaban francés a pesar de esto y a través de un libro bilingüe sus alumnos lograron un aprendizaje sorprendente. Ranciere lo cuenta así, él no le dio a sus alumnos ninguna explicación sobre los elementos de la lengua, no explicó ortografía ni conjugaciones, ellos buscaron por su cuenta las palabras francesas que correspondían a las palabras conocidas.  Habían aprendido solos a combinarlas para luego construir oraciones en francesas. Jacolot sabía los contenidos de su materia lo que no sabía era el idioma holandés que hablaban sus alumnos, carecía del medio para explicarles, no lo que tenía que transmitir. Al ver el éxito de su experiencia Jacolot fue incorporando nuevas experiencias a sus alumnos para que ellos aprendieran temáticas que él no sabía. En el fondo lo que Empieza a comprender es que ellos podían aprender sin las explicaciones de un maestro, “nada impedía al maestro enseñar otra cosa que su saber, enseñar lo que ignoraba”. Se puede enseñar lo que se ignora si se emancipa al alumno, si se le obliga a usar su propia inteligencia.

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