Práxis curricular universitaria en tiempos de pandemia
maestriaparadaDocumentos de Investigación24 de Marzo de 2023
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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA EXPERIMENTAL LIBERTADOR
INSTITUTO PEDAGÓGICO DE BARQUISIMETO
“LUIS BELTRAN PRIETO FIGUEROA”
COORDINACIÓN GENERAL DE POSTGRADO
MAESTRÍA EN EDUCACIÓN SUPERIOR
Autora: María Gabriela Parada Sibrian
Ponencia: Virtual
Modalidad: Cartel
PRÁXIS CURRICULAR UNIVERSITARIA EN TIEMPOS DE PANDEMIA
Barquisimeto, Diciembre de 2022
REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA EXPERIMENTAL LIBERTADOR
INSTITUTO PEDAGÓGICO DE BARQUISIMETO
“LUIS BELTRAN PRIETO FIGUEROA”
COORDINACIÓN GENERAL DE POSTGRADO
MAESTRÍA EN EDUCACIÓN SUPERIOR
Autora: María Gabriela Parada Sibrian
Correo: gaby19gps91@gmail.com
Fecha: Diciembre de 2022
PRÁXIS CURRICULAR UNIVERSITARIA EN TIEMPOS DE PANDEMIA
Resumen
Actualmente la enseñanza universitaria se desarrolla en escenarios múltiples y complejos habitados por prácticas que oscilan entre la tradición y la búsqueda de transformación. Desde mediados del siglo pasado, y con mayores implicancias institucionales en el siglo XXI, las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) irrumpen en la actividad de la enseñanza universitaria como un nuevo lenguaje que instaura y mediatiza modos de comunicación que inciden en la identidad de los futuros profesionales. Por tanto, la emergencia sanitaria, causada por la propagación del virus de la COVID-19, generó el traslado de todas las carreras de grado de las Universidades, a una modalidad de enseñanza remota mediada por tecnologías digitales. Estas circunstancias evidenciaron problemas ya existentes y provocaron eventos imprevistos. Hoy día, pensar la formación como campo complejo, en la que coexisten el orden y el desorden, interacciones, retroacciones, y determinaciones, que constituyen nuestro mundo fenoménico, llega a su máxima expresión. En consecuencia, estos eventos provocaron el traslado compulsivo y forzoso de las clases y aulas universitarias a los hogares de estudiantes y docentes mediados por tecnologías digitales generando alteraciones en el orden didáctico y pedagógico. En efecto, en el plano didáctico se replantearon los procesos de selección de los contenidos para decidir aquellos conocimientos mínimos, en términos de lo irrenunciable, importante y necesario que un futuro profesional debe aprender y, con estas decisiones, se evidenció la necesidad de reconstruir las formas de transmisión del contenido en estas circunstancias. Desde la dimensión pedagógica es clave repensar qué sujeto se pretende formar, por qué y para qué educar, qué habilidades, competencias, actitudes y valores deberían desarrollar los estudiantes para desempeñarse en escenarios y entornos profesionales que también fueron alterados.
Descriptores: Tecnología de Información y Comunicación, enseñanza universitaria, currículo, pandemia, tecnologías digitales.
INTRODUCCIÓN
En estos tiempos de emergencia sanitaria originada por la pandemia Covid-19 a nivel mundial, la participación de las instituciones de educación superior dispone de autonomía pedagógica y organizativa para el desarrollo y concreción del currículo, la adaptación a las necesidades de los estudiantes y a las características específicas de su contexto social y cultural.
En este sentido, los docentes contribuyen de manera positiva a la participación en las actividades de los estudiantes, permitiendo el avance y organización en el proceso académico, a pesar de las situaciones de verdadera incertidumbre.
Con este proceso es fundamental que los docentes realicen un trabajo colaborativo y en equipo, con el objeto de plasmar un enfoque interdisciplinario en los aprendizajes de los estudiantes, de tal forma que desarrollen sus capacidades y potencialidades de manera integral, en estos tiempos de pandemia.
Asimismo, se hace necesario pensar las condiciones que permitan garantizar el derecho a la educación, lo cual implica, generar cambios trascendentales en la forma de enseñar y aprender. Por tanto, se tendrán en cuenta las necesidades y características de los estudiantes en la elaboración de unidades didácticas con criterios de desempeño, que contribuyan al perfil de salida de forma coherente con el nivel profesional.
Por consiguiente, las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) han sido el recurso para continuar con el proceso de enseñanza y aprendizaje durante la pandemia. En efecto, el aislamiento obligatorio provocado por la COVID-19, puso de manifiesto las fortalezas y debilidades del docente en cuanto a sus competencias digitales, lo cual está inevitablemente vinculado al rendimiento académico de los estudiantes, por tanto, la aplicación de las TIC dentro y fuera del aula tiene una importante incidencia en la educación superior.
PRÁXIS CURRICULAR UNIVERSITARIA EN TIEMPOS DE PANDEMIA
Como educadores, el momento que estamos viviendo nos demanda imperativamente formular respuestas curriculares con los tiempos de la pandemia. No debemos olvidar que el currículo, por definición, es el resultado de la representación que una sociedad tiene para encarnar sus estructuras de conocimiento, de relaciones sociales y de acción.
La pandemia de enfermedad por coronavirus (COVID-19) ha provocado una crisis sin precedentes en todos los ámbitos. En la esfera de la educación superior, esta emergencia ha dado lugar al cierre masivo de las actividades presenciales en más de 190 países con el fin de evitar la propagación del virus y mitigar su impacto.
Según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO, 2022), a mediados de mayo de 2020 más de 160 millones de estudiantes de todos los niveles de enseñanza, en América Latina y el Caribe, habían dejado de tener clases presenciales en las instituciones educativas.
Asimismo, el informe muestra como las instituciones de educación superior no estaban preparadas para la interrupción del COVID-19. En este caso, la administración de gestión se desarrolló abordando la flexibilidad en la comunicación; asumiendo la creación de equipos de crisis, la digitalización y el trabajo a distancia.
Además, gran parte de las medidas que los países de la región han adoptado ante la crisis, ha dado origen a tres campos de acción principales, (a) el despliegue de modalidades de aprendizaje a distancia, mediante la utilización de una diversidad de formatos y plataformas; (b) el apoyo y la movilización del personal y las comunidades educativas, y (c) la atención a la salud y el bienestar integral de los estudiantes.
Asimismo, en el marco de la suspensión de las clases presenciales, la necesidad de mantener la continuidad de los aprendizajes en la educación superior ha impuesto desafíos que han sido abordados por medios no presenciales y con diversas formas de adaptación, priorización y ajuste con énfasis en los calendarios académicos y las formas de implementar el currículo.
En este caso, se han establecido formas de continuidad de los estudios en diversas modalidades a distancia. Entre ellos, cabe destacar la implementación del aprendizaje por Internet asumiendo el uso de plataformas virtuales de aprendizaje síncrono y asincrónico, con el apoyo a su vez, de las formas de aprendizaje a la distancia fuera de línea, mediante transmisiones de programas educativos por medios de comunicación tradicionales como la radio o la televisión.
No obstante, para realizar estos ajustes se requiere tomar en cuenta las características de los currículos nacionales, los recursos y capacidades del país para generar procesos de educación a distancia, los niveles de segregación y desigualdad educativa del país y el tiempo transcurrido de las actividades académicas.
Lo anterior indica que el currículo se constituye en el puente que permite fomentar la interactividad entre la universidad y el contexto y por supuesto también, entre la teoría y la práctica. Esta idea se desprende de Kemmis (1998), quien considera que la teoría curricular enfrenta esta doble situación.
Ante este hecho, la doble situación del currículo, abriría campos de investigación en dos direcciones, (a) las prácticas pedagógicas como prácticas curriculares; y, (b) las prácticas curriculares (teoría y práctica), que viene a ser el puente, la correa de transmisión entre la sociedad y la escuela.
En todo caso, la forma teórica y práctica como la universidad enfrente esa doble situación, permitirá caracterizar la naturaleza del currículo. En ese sentido, el currículo no solamente constituye una propuesta que concreta la relación entre la sociedad y la educación, sino también, implica un quehacer, y una práctica pedagógica.
En efecto, esto nos daría la oportunidad para abrirnos a examinar cuál es el currículo educativo que responda a este tiempo incierto e inseguro producto de la pandemia. En este caso, Díaz Barriga (2000), infiere que esta sería una circunstancia ”para desescolarizar la educación, para de alguna forma invertir el currículo; esto es, en vez de pensar los contenidos desde su organización en las disciplinas, es poner éstas al servicio de lo que la realidad está reclamando. Esto sería desaprender para aprender” (p.12).
Es de hacer notar además,
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