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12 relatos de la Iliada y la Odisea, resumen

myriamrebeca3 de Noviembre de 2014

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RESUMEN : 12 RELATOS DE LA ILIADA Y LA ODISEA

(Homero adaptado por Michel Laporte)

INTRODUCCIÓN

Todo comienza cuando en un concurso de belleza del olimpo en la que concursaban las diosas Atenas, Hera y Afrodita, el Juez el príncipe de Troya Paris Alejandro. A Afrodita, la diosa del amor fue entregada la manzana de la victoria. Ella le había prometido a Paris el amor de la mujer más bella del mundo, Helena, el problema es que esta estaba casa con Menelao, rey de Esparta. Helena huyo con Paris y se desencadena una alianza entre espartanos y griegos para ir a recuperarla.

CAPITULO 1: LA IRA DE AQUILES

Un anciano llamado Crises, el sacerdote de Apolo, llora suplicando a los jefes griegos que le devuelvan a su hija Criseida, a quien los griegos han llevado cautiva y en un sorteo resulta ser botín de Agamenón.

Crises les dice a los griegos que le pedirá a los dioses del Olimpo que puedan tomar Troya a cambio de que le entreguen a su hija. Los griegos se disponen a hacerlo cuando Agamenón se entera, se enoja y echa del lugar a Crises. El anciano se asusta y se va triste, pero tan pronto se aleja del rey griego invoca al dios Apolo, recordándole todo lo que ha hecho para él como sacerdote y le pide que los griegos paguen con sus flechas las lágrimas que han derramado.

Apolo escucha su plegaria y desciende la Olimpo a cumplir el deseo de Crises. Durante 9 días sus saetas lleven sobre el ejército enfermando y matando a los hombres uno tras otro.

Al décimo día Aquiles comenta a sus tropas y jefes que, tal vez hay que retirarse porque son pocas las personas que quedan para la batalla, así que le van a consultar a un adivino, Calcante, para que les explique el por qué el dios Apolo está irritado con ellos.

Calcante les dice que Apolos está enojado porque Agamenón ha ofendido a su sacerdote y no cesará la calamidad, hasta que sea devuelta la joven Criseida a su padre, sin condiciones y rescate.

Agamenón, se enoja mucho con el adivino, porque se siente ofendido debido a que Calcante sugirió que los griegos sufren por su culpa.

Agamenón se dirige a los griegos y les dice que devolverá a Criseida, siempre y cuando lo compensen, porque no quiere ser el único que se quede sin botín. Le insisten que deje partir a la muchacha y que le triplicaran el botín cuando saqueen Troya.

Aquiles reconoce que no combate por los troyanos, porque nunca le han hecho nada malo, si no que combate para seguirlo y que se irá del lugar para no enriquecerlo.

Sin embargo Agamenón insiste que le quitará a la muchacha Briseida y la enviará a su hogar. Aquiles se enoja y desenvaina su espada cuando llega la diosa Atenea para calmarlo.

Nestor toma la palabra y les dice que dejen la rencilla, porque Príamo el rey de Troya, le gustaría ver como ellos se pelean, los convence de dejar la disputa que encuentra ridícula.

Agamenón en un barco con veinte remeros y con Ulises en calidad de patrón, embarcan a Criseida y se la llevan a su hogar. Apenas se pierde de vista Agamenón pide que saquen a Briseida, quien pertenece a Aquiles, como parte del botín. Aquiles sabe que esto pasaría por lo que no se opone a que se lleven a la muchacha de las hermosas mejillas.

Llorando, Aquiles llama e implora a Tetis su madre que interceda por él con Zeus, para que apoye a los troyanos y haga retroceder a los griegos para que Agamenón comprenda la estupidez que ha hecho.

Mientras el barco que lleva a Criseida llega a Tierra y el padre de la muchacha, feliz, le implora a Apolo que aleje de los griegos la calamidad de que ha enviado. Apolo responde y en el campamento deja de morir gente.

Por otro lado Tetis le suplica a Zeus por su hijo para que los troyanos ganen. Zeus cree que si le concede el deseo se meterá en ´problemas con Hera.

Efesto, pide que no vale la pena discutir a causa de los mortales y que dejará hacer a Zeus hacer lo que pretende.

CAPITULO 2. LA MUERTE DE PATROCLO

Si bien han pasado diez años ninguno de los dos bandos troyano o griegos ha ganado la batalla y Héctor se yergue al frente a los troyanos y acorralan en su campamento cerca del mar a los griegos, amenazando con incendiar sus barcos.

Patroclo, amigo entrañable de Aquiles, sobre la proa de un navío varado en la arena llora viendo como mueren los hombres en batalla, Aquiles lo interpela y Patroclo lo convence que le pase su armadura, y vaya con los mirmidones a la batalla, así parecerá como es el mismo Aquiles quién pelea y los troyanos temerán. Aquiles accede y le dice que no se apasione peleando porque o si no perderá la vida. (Aquiles había decidido no pelear en contra de los troyanos)

Aquiles reza a Zeús pidiéndole que los troyanos se aparten de Patroclo y que él vuelva sano y salvo a su lado. Zeus sólo responderá parte de la petición, porque a pesar de todo su poder no puede cambiar el destino de los hombres. Al verlo los troyanos piensan que es Aquiles y comienzan a buscar por donde escapar. Él termina con la vida de muchos a su paso y se entusiasma para continuar la batalla, desobedeciendo el mandato de Aquiles. Al parecer nada parece detener a Patroclo que está a punto de entrar en la ciudad, excepto Apolos quien no deja que salte la muralla durante tres intentos, la cuarta vez se le presenta y le dice que se retire y que el destino de Troya no es caer ante él. Patroclo obedece y retrocede.

Héctor por su parte furioso envía a Cebriones para ir en contra de Patroclo, pero esto lo mata, así que Héctor sólo quiere eliminar a Patroclo, sin saber que Apolo participa de esta pelea. Apolos golpea a Patroclo, el que queda con la vista nublada y atontado por lo que Héctor aprovecha la circunstancia y antes de que a Patroclo lo envuelva la muerte le dice que él será el próximo en morir. Héctor le habla al cadáver de Patroclo y le pregunta ¿por qué afirmas que yo voy a morir? Y luego apoya su pie en el cuerpo para sacar bruscamente su lanza.

CAPITULO 3, LA VENGANZA DE AQUILES.

Antíloco llega al campo de batalla con la triste noticia. Le cuenta a Aquiles que su amigo Patroclo ha muerto en manos de Héctor y que además se ha quedado con su armadura. Aquiles se sume en el dolor y la tristeza, al punto de echarse ceniza sobre su pelo en símbolo de dolor. Tetis desde el fondo del océano escucha a su hijo llorar y viene a consolarlo. Aquiles quiere vengarse, pero Tetis lo convence de que no haga nada porque ella volverá al océano para traerle una armadura nueva y más poderosa que la anterior.

Durante ese tiempo los griegos hacen todo lo posible para proteger el cuerpo de Patroclo, pero Héctor insiste en querer llevarse el cuerpo y en tres ocasiones los Ayantes lo han repelido. Pero Héctor insiste en invadir el lugar para conseguir arrastrar nuevamente el cadáver de Patroclo. En el Olimpo, Hera se conmueve y anima a Aquiles a auxiliar a Patroclo, pero el obediente a su madre dice que no puede ir porque no puede llevar ninguna arma que no sea de él. Iris (diosa que une a dioses con humanos a través de mensajes) le dice que se muestre delante de los troyanos ya que con solo verlo temerán, a lo que Aquiles obedece se sube sobre el muro y comienza a gritar, lo que surte efecto y eso basta para que los aqueos consigan apoderarse del cuerpo de Patroclo.

Tetis le pide a Hefesto (quien es cojo) que le haga una armadura nueva a su hijo quien sufre y quiere vengar la muerte de Patroclo, entonces accede y echa al fuego bronce, estaño, oro y plata, además recubre su escudo con un dibujo magnífico.

Tetis le lleva la armadura a su hijo, este la viste y le invade un furor insaciable y se va al combate, sin antes pedirle a su mamá que vele por el cuerpo de su amigo muerto, para que no se llene de moscas y gusanos a lo que su mamá accede e introduce por la nariz de Patroclo néctar y ambrosía para que no se corrompa.

Aquiles junto a otros en fila, grita y reconoce a Agamenón que hubiese sido mejor para todos que la cólera no los hubiera perdido, ya que a los únicos que ha favorecido la disputa es a Héctor por lo que renuncia a su resentimiento contra Agamenón, el cual decide darle unos presentes a cambio del daño que ha hecho. Aquiles no quiere recibir nada, pero Ulises prefiere que se reconcilien y hagan llegar los presentes y junto a ellos a Briseida quien ve el cuerpo inerte de Patroclo y llora diciéndole que él era el más querido de su corazón.

Aquiles y los demás se van al galope hacia las murallas de Troya. Los troyanos terminan de armarse entre ellos, Héctor. Aquiles lo ve desde lejos y le ordena a Automedonte que detenga el carro, baja y se dirige hacia Héctor, mientras su padre el anciano Príamo todo desde la muralla le suplica tendiéndole las manos que no se enfrente solo a ese hombre.

Héctor y Aquiles comienzan la lucha, en el Olimpo los dioses discuten y saben que no pueden interceder y que la balanza se inclina hacia la muerte de Héctor.

En la pelea lleva la ventaja Aquiles y apunto de matar a Héctor, él le suplica que no deje que su cuerpo se lo coman los perros y que acepte el rescate que le dará Príamo por su cuerpo. La muerte se lo lleva finalmente y su contrincante comienza a despojarlo de su coraza. Posteriormente ata los pies de Héctor al carro y se lo lleva arrastrándolo rumbo al mar. En Troya todos lloran su esposa se entera y entristece, se asoma por el balcón y ve como su esposo es arrastrado por el carro de Aquiles.

CAPITULO 4: LOS FUNERALES DE PATROCLO

Troya resiste todavía, ni los aqueos ni los troyanos

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