Acción en contexto: el marco narrativo

Acción en contexto: el marco narrativo

Del lugar al espacio: un lugar es la posición geográfico-topográfica en que se encuentran los agentes de la trama, una dimensión con forma física, situable, medible, predominantemente objetiva. Los sucesos siempre requieren de un lugar, cuando la dimensión espacial no está claramente exhibida en un texto, el lector elabora una, a partir de indicios o informantes que si están presentes.

La mayoría de los lugares – serie de subdivisiones del espacio general que podría moverse el hombre – están ya predeterminados en el imaginario de cualquier lector, los cuales leen en relación con un marco de presuposiciones que trata de hacer calzar en lo que ofrece el texto.

Estos lugares abstractos se cargan de valoraciones según la situación concreta y los sujetos que allí habiten o actúen, y empiezan a operar y a significar relacionalmente con ellos, volviéndose espacios culturalmente marcados. Es decir, el lugar se transforma en espacio como producto de la percepción de los sujetos y este proceso dependerá del punto de vista de un personaje, del narrador o del lector, ya que la organización y valoración que hace la sociedad real son retomadas por la narración para reproducirlas o cuestionarlas.

Esta primera clasificación necesita una mayor especificidad: el par interior/exterior, por ejemplo, incluye muchas posibilidades portadoras de una pragmática y una estimación diversas. El interior puede funcionar como casa o prisión; algunos relatos convierten este par antitético en una especie de oxímoron. 

OXÍMORON: figura del discurso que consiste en la convivencia de dos rasgos opuestos para caracterizar un elemento, un proceso, una acción (vivir muriendo), o bien en la aplicación a un sustantivo de una cualidad que le es opuesta (clara oscuridad).

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