“Armadura Gótica”

EJERCICIOS DE APLICACIÓN

Redacción De Párrafos

Apellidos Y Nombres:        Código:                        Sección: B

Escuela: Ingeniería Mecánica Eléctrica                Curso: Comunicación

1. Lea atentamente el siguiente texto. Luego, redacte una introducción y una conclusión.

INTRODUCCION:

Se conoce como armadura al conjunto de piezas de protección que, desde la antigüedad, el hombre ha utilizado en los enfrentamientos bélicos con la finalidad de protegerse de los ataques enemigos. Las primeras referencias que se tiene sobre ella son los camisotes de piel de búfalo guarnecidos con escamas metálicas, utilizados por los asirios. Este de cubierta fue usada por soldados y jinetes, a quienes cubría hasta las caderas o pies, según como fueran armados. De la misma época, son las primeras espinilleras, que cubrían la parte anterior de las piernas. En el antiguo Egipto, se utilizaron pieles de cocodrilo y cascos de cuero endurecido con refuerzos de bronce. Pero, además de protección del cuerpo, la cabeza se cuidó tempranamente debido a que sobresalía  del escudo. Ante este problema, apareció el casco, que, desde entonces, experimentó una rápida evolución debido al uso de metales y la proliferación de adornos, con ello, se convirtió en una pieza distintiva del guerrero ante sus aliados o enemigos. La llegada del bronce reforzó los cascos y, con otros materiales, se extendió el aspecto ornamental.

Sin embargo, fue la cultura grecolatina la que perfecciono los antecedentes. Así, los griegos introdujeron petos y espaldares de una sola pieza envolvente, hecha de planchas de metal montadas con refuerzos acolchados, además de canilleras que cubrían las piernas. La protección no incluía la parte superior de cuerpo, ni las piernas, ni el brazo derecho, partes que se suponían a salvo gracias a la habilidad del guerrero en el combate y por la protección de escudo, el cual tomaba un protagonismo parejo al de la espada o la lanza. Los soldados romanos superaron este vacío y utilizaron una longa de escamas de metal, la cual iba cocida con lienzo o cuero por medio de correas o alambres. Esta cubría el pecho, la espalda, el vientre, las caderas, y los hombros. Los soldados de caballería pesada usaban una armadura semejante que les cubría pies y manos. Durante la República, la loriga se redujo hasta prácticamente ser solo un colero sin mangas que llegaba hasta las caderas, revestida de una red de menudos y apretados anillos de hierro. Posteriormente, en la época imperial, se generalizo una coraza muy flexible formada de anchas láminas de acero que cubrían completamente el tronco, y permitían al soldado gran libertad de movimientos. Sin embargo, la pieza de armadura más conocida del imperio fue aquella que formaba por un peto y un espaldar, permitía mayor libertad en el combate y fue usada por las huestes imperiales en sus conquistas del mundo mediterráneo.

Tras la caída del imperio romano, se produjo un retroceso en el desarrollo de la industria de la armadura. Ya en época de dominio de los pueblos germánicos, aparecieron vestiduras que defendían de las armas corto-punzantes; así, los guerreros germanos y francos llevaban un  sayo sin mangas de cuero o lienzo acolchado, que solo hacia el siglo XIII se guarneció con mallas o tiras metálicas. Pero la armadura más característica fue utilizada por los caballeros europeos entre la Edad Media y comienzo de la Edad Moderna, época en la que se empleó principalmente durante combates y torneos. El siglo XV vio el periodo de máximo esplendor de la armadura de combate con la llamada “Armadura Gótica” la cual se fabricaba con superficies muy lisas y bruñidas, que tendían a converger en un punto, especialmente en los dedos de los pies y en los codos, y tan solo estaban decoradas en los bordes. Los petos, cascos y guardas de los brazos y las piernas tenían superficies estiradas, mientras que la de los dedos de los pies se hacía extraordinariamente anchas. No obstante, los escarpes se fueron sofisticando cada vez más, hasta centímetros. En Alemania, también, se fabricaron magnificas armaduras acanaladas, como la que pertenecía hacia 1530 al duque de Württemberg. Son las armaduras más impotentes jamás forjadas y, a pesar de ser ideadas atendiendo a su funcionabilidad, puesto que se utilizaba en los campos de batalla, su belleza nunca ha sido superada.

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