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Asedios A Insularismo De Antonio S. Pedreira, La Luz De La Esperanza

Ester0825 de Enero de 2013

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Asedios a Insularismo de Antonio S. Pedreira: La luz de la esperanza

V. La luz de la esperanza

C. Juventud, divino tesoro.

1. El título Juventud, divino tesoro proviene del poema Canción de Otoño en Primavera de Rubén Darío. En él, Darío describe lo que siente el ser humano hacia la juventud; cuando es niño, ansía poder llegar a ella; y cuando es adulto hace todo lo posible por volver atrás y no perderla. Pedreira utiliza este verso como titulo para que la juventud se dé cuenta de lo valiosa que es, para que pueda aprovecharla al máximo y ayude a forjar la identidad indefinida del puertorriqueño.

2. “La historia—ha dicho Spengler— es el acontecimiento actual disparado hacia el futuro y con la vista al pasado”. (Pedreira 1934, p.161)

Oswald Spengler explica claramente en una oración lo que el puertorriqueño debe hacer para darle sentido propio a su futuro. No puede olvidarse de su pasado como colonia hispánica, ni evadir su presente como colonia de Estados Unidos para poder definirse a sí mismos. Esto no se aplica solo a la época de Pedreira, sino también a la nuestra. No podemos olvidarnos del trasfondo histórico porque si lo hacemos entonces no podremos decir que la cultura puertorriqueña está ya definida.

3. “La mayor desgracia de nuestra juventud es creerse que es solo eso y nada más que eso. La juventud no es una profesión, ni siquiera un título si solo se alcanza con amagos; y no puede ser promesa o esperanza en tanto su armario este vacío de revelaciones orientadoras, de esfuerzos disciplinarios y de una carga de energías capaces, puestas al servicio de la sensatez”. (Pedreira 1934, p. 164)

En estas oraciones, el autor deja claro que sin estas cualidades jamás podremos ser lo que debe ser la juventud para un pueblo, que debe inspirar ante todo confianza. Aunque estas palabras iban dirigidas a los jóvenes de la generación del 30, se pueden incluir los de esta generación. La mayoría de nuestros jóvenes se caracterizan por tener a su alcance la educación con la que los de la generación de Pedreira jamás soñaron y, porque a pesar de tener las facultades y los instrumentos para ser la luz de la esperanza para Puerto Rico se niegan, o simplemente no se sienten capaces de hacer algo útil con su juventud. Lo que necesitan para salir de esa pereza es algo que los motive a abandonar ese conformismo, y que no sea dinero porque si se añade a la mentalidad capitalista sirve solo para el bien individual y no el colectivo.

4. “La holgazanería intelectiva de las nuevas generaciones ayuda a fomentar el derrotismo que nace de un sentimiento pernicioso: nuestro complejo de inferioridad. El puertorriqueño no busca un equilibrio a sus facultades y suele caer en los opuestos polo de autodefinición: o se cree el centro del universo o se considera inferior al mono”. (Pedreira 1934, p.165)

Puerto Rico no es uno de los países que el mundo admira por su situación económica y social. En la actualidad no se ve lo que menciona el autor sobre los polos opuestos, hay un punto intermedio. El puertorriqueño se da cuenta de la situación del país y la comenta, pero se puede percibir en su voz el derrotismo, como si ya estuviesen determinados a ser así y no pudiesen hacer algo para evitarlo.

5. “Y en la noche triste de Puerto Rico es su juventud la llamada a encender las luces del entusiasmo”. (Pedreira 1934, p. 168)

A pesar de todo el determinismo que se ha observado en los capítulos anteriores, Pedreira cree que el aplatanamiento de Puerto Rico tiene solución, los jóvenes. Ahora les toca a ellos tomar las riendas del país para forjar la identidad del puertorriqueño. Aunque esto haya sido escrito en 1930 a Puerto Rico le falta mucho por hacer y nos cae una responsabilidad enorme sobre los hombros, el futuro de nuestro pueblo.

6. “Yo no creo que la juventud deba desatenderse de

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