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Boquitas Pintadas

wanimi12343 de Julio de 2013

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BOQUITAS PINTADAS

La novela Boquitas Pintadas se sirve de una multiplicidad de discursos para referir su universo narrativo; cartas, actas policiales, informes médicos, certificados de defunción, agenda, álbum de fotos, boleros y tangos, confesión, pronósticos de una gitana, revistas. A través de elementos como éstos, la novela presenta una originalidad en los modos de narrar.

El narrador, de esta manera es el que tiene el poder absoluto sobre los personajes y sobre sus acciones; se presenta mediante la transcripción de acciones y testimonios; los mismos personajes son también un testimonio con forma de ruina reconstruida. El narrador aparece enmascarado en el texto, oculto, esto hace pensar en una ausencia que no es tal, pues su rol está en la disposición más que en un juicio explícito sobre lo narrado; no obstante, dicha disposición encierra una intención, función ideológica del narrador desde Jakobson. Esta ideología puede advertirse que guarda relación con resaltar la simpleza y vacío de los personajes a la vez que se hace cargo de su herencia y su contexto social económico, histórico, estético. Por otra parte, puede decirse también que en esta función del narrador puede advertirse una cosificación de la experiencia que asumirá las categorías estéticas del kitsch considerado este principalmente desde Moles pero tambiéndesde la contaminación estética propia del kitsch y del pastiche. El pastiche, para Jameson, es una parodia vacía, en él también se encuentran las categorías de bricolage[8] y de montaje[9]; las estrategias textuales de las vanguardias como las de la posmodernidad se dan cita en esta novela.

Un ejemplo de la cosificación de la experiencia del sujeto y de la identificación de éste con su objeto se encuentra en el álbum y en la descripción de la habitación de Mabel (“Dormitorio de señorita, 1937”) donde se introducen los personajes mediante objetos. Los personajes son nombrados por lo que en esos espacios se exhibe, pero no porque sea un conocimiento del narrador; es información aportada por paneo. Lo mismo ocurre con la “Agenda 1935” de Juan Carlos y la explicitación de informaciones que sucede a la celebración de las romerías populares, por ejemplo. El narrador interviene describiendo de una manera que puede considerarse cosmética. Aporta datos a los que se agregan lo que sintieron Raba y Pancho; se indican las circunstancias, los pensamientos, los sentimientos que se generaron, descripciones de la fiesta, información sobre los bailes y la moda, etc. La descripción “cosmética” de los acontecimientos de la narración, así como la explicitación de las circunstancias en las que se producen los sucesos, establece un juego en el que el narrador se esconde a la vez que deja en estas distintas formas textuales traslucir el conocimiento que tiene de la historia. Así, no se trata tanto de un narrador que no sepa lo que en la historia acontece, sino más bien de un narrador que se esconde en la enunciación. Los mecanismos de la sintaxis que dan lugar a la narración son utilizados al vacío: como vehículo de contenidos en los que el artificio ostenta su engranaje .

La intertextualidad asume una doble forma: una en el diálogo del texto con otros textos (los epígrafes de las entregas y la relación epígrafe / entrega pero también el diálogo con los registros y los géneros),y el que se da al interior de los personajes con los textos del contexto de la diégesis, los personajes incorporan otros textos que aún siendo un lector que no conociera el texto con el que se mezcla, sin embargo advierte el “entrecomillado” que representa una apropiación y reciclaje de los géneros llamados menores.

La cosificación del sujeto y la palabra, aparece en esta dimensión del cliché la categoría estética del kitsch. Los personajes no poseen un yo articulado, coherente y racional, sino que en él coexisten una multitud de modalidades que están en permanente cambio y subdivisión; habitan un mundo artificial motivado por el deseo. Sin embargo, existe un hiato entre las ilusiones que los personajes tienen y la realidad que viven.; la ilusión kitsch se rompe en la confrontación con su propio discurso al existir una discordancia entre los personajes y los lugares comunes que orientan sus vidas. Boquitas Pintadas pone en acción la dialéctica del tiempo del deseo con la del tiempo real de los personajes. La distancia desde la que lo kitsch aparece es lo que caracteriza a este hiato como kitsch; cuando lo exhibido ya está contado y por eso se aparece como objeto. Podría decirse entonces que BP es un objeto literario. Puede interpretarse desde aquí la modalidad de entregas; partes de una historia que se presenta conteniendo a otras en su constante modalización del discurso, una objetualización de la narración. Ésta, en su cualidad de kitsch, engloba incorporando, distintas modalidades de discurso oral y escrito. Las cartas, lo que piensan los personajes mientras ejecutan una acción, la radio, configuran muchas cosas a la vez. En estas y otras dimensiones del discurso se ven incorporados géneros menores con respecto a la tradición de la literatura que se recuperan de diversos modos: la recuperación que se efectúa al interior del relato, la recuperación que debe efectuar el lector y la recuperación como acto en la novela que supone la comprensión de todas sus partes en un todo reunido. La constelación cargada de discursos y el sujeto un espacio vacío, que simula, que se modaliza, pero que son sujetos honestos consigo mismos; ahí está su dolor, ahí está su vacío, en que saben y se modalizan en sus discursos motivados por la necesidad y por el deseo. Sus discursos exhiben su vacío en la acción, su fingimiento. El kitsch, como arte del efecto, reafirma la falsedad de una situación en que realmente todo ha sido ya dicho.

En este punto es importante establecer la escritura y la palabra pronunciada como una mentira, una falsificación, también de la experiencia. Tanto el enmascaramiento del narrador como el de los sujetos se dispone de tal modo, que la falsedad se exhibe. Opera el proceso de falsificación en los personajes, que parecen definirse desde el otro. Este otro es tanto el Otro del sujeto como el Otro que dicta pautas desde la cultura y el deber ser. Desde esta perspectiva, ejercer la individualidad resulta algo imposible. Todo se transforma en frases hechas y en discursos adquiridos, que conducen inexorablemente a la insatisfacción. Desde el disimulo se establece un modo de existencia en los personajes. La mentira, de esta manera, se instala como arma, estrategia de los personajes para su supervivencia. Tal es el caso, por ejemplo, de Mabel en relación al asesinato de Pancho, los testimonios de Raba y Mabel son una mentira inventada por Mabel y aceptada por Raba; de Juan Carlos en el modo que refiere y sobrelleva su enfermedad; de Celina, en relación a las cartas de Nené que intercepta y luego falsifica, las que supuestamente eran escritas por su madre en respuesta a las de Nené ; de Nené, que renuncia a su deseo casándose con un marido al que no desea. Los personajes, escindidos respecto a su verdadero deseo, terminan, de este modo, por perder su autenticidad; actúan según pautas sociales o pautas que ellos mismos desde su imaginario y también desde el imaginario cultural se imponen. Sin embargo, vale destacar que es en esta escisión en la que se contempla, al mismo tiempo, su más pura humanidad, su simpleza, una subjetividad que, si bien puede parecer mediocre, guarda estrecha coherencia con el universo narrado en el que se insertan: la vida de un pueblo en el que los protagonistas pertenecen a la clase media y clase media baja y que aspiran a ideales que se encuentran siempre fuera de su alcance, ya sean éstos amorosos, profesionales, estéticos. El deseo, en todos ellos se presenta como frustración, y con esto, la vida que llevan habitada por la carencia. Esta carencia, sin embargo, busca en ellos ser negada. Tal es el caso de Nené. En la segunda entrega aparecen lascartas de Nené. Nené detesta su vida, se confiesa en una carta que luego destruye, a ésta le sigue una nueva carta, negadora de la anterior. El epígrafe de esta entrega: charlemos, la tarde es triste, funciona como anulador de la instancia comunicativa; del decir de la acción de los personajes, del decir de la acción que, pese a ser descrita, está vaciada por su negación. Otra mentira de la palabra se encuentra en las cartas que escribe Juan Carlos, escribe borradores de ellas que un profesor corrige. La inautenticidad se reconoce en este punto, sobre todo al ser comparadas con las de al comienzo de la novela en que se exhiben las faltas ortográficas de Juan Carlos, lo que, de paso, denuncia su nivel de educación. A través de estos ejemplos (que no son todos), se denuncia la mentira y el fingimiento que opera en los personajes.

La literatura kitsch procede por acumulación y repetición, amontona muchos estilos diferentes en un espacio; es aquí donde se encuentra la expansión del cliché antes referida en BP. Esta literatura se dirige a la clase media que vive en el confort y se construye sobre estereotipos. Es un arte literario del estereotipo. El estereotipo, en Boquitas Pintadas, más que encontrarse en personajes estereotipados, se encuentra en los modos de vida que dichos personajes mantienen en relación con el entorno en que se insertan. El lenguaje kitsch se dilata en la contigüidad, esto revela la inadecuación a la realidad; una literatura de evasión. BP, si bien concuerda con muchas características del kitsch, en otras lo subvierte. Esto, en relación con el tipo de personajes y ambientes de la novela kitsch, en el que todo está poblado de objetos que son mayormente lujosos; en cambio, en BP, la acción sucede en un pequeño pueblo, con personas que

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