Como Leer En Voz Alta
efebo873 de Junio de 2013
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En los últimos años, la mayor parte de los mexicanos ha sido alfabetizada; es decir, ha aprendido a leer y escribir, al menos en forma rudimentaria. En la actualidad, sin embargo, unas doce o trece de cada cien personas mayores de ocho años todavía son analfabetas. Eso significa que, en principio, hay más de 60 millones de mexicanos capaces de leer y escribir.
Los lectores habituales, sin embargo, son pocos, y los lectores de libros son todavía muchos menos. Relativamente, abundan quienes leen diarios, revistas, fotonovelas, historietas… se calcula que unos doce millones de personas suelen comprar esta clase de publicaciones. En cambio, se estima que hay poco más de medio millón de compradores de libros.
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¿Es malo leer fotonovelas o historietas? No. Lo malo es que alguien no sea capaz de leer nada que vaya más allá de las fotonovelas y las historietas. Que no tengan la costumbre de leer un texto más o menos largo, de páginas completas, en lugar de las frases elementales de los globitos, donde no hay espacio para profundizar en la ideas, en la información ni en la naturaleza de los personajes. Quien está tan acostumbrado a leer sólo fotonovelas, historietas y otras publicaciones por el estilo, que no pueden leer textos más extensos y complicados en realidad nunca ha aprendido a leer de a de veras.
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Leer de a de veras es una tarea que ocupa toda la vida; siempre es posible ser un mejor lector. Cada persona hace , por decirlo así, su propia cerrera de lector: comienza con textos sencillos y poco a poco, a medida que va haciendo más lecturas, tendrá el deseo, la necesidad de ir leyendo textos más complicados, donde deberá poner más esfuerzo, mas atención.
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¿Qué es leer de a de veras? ¿Quién es un lector autentico? En primer lugar, es alguien que lee por voluntad propia, porque sabe que leyendo puede encontrar respuestas a sus necesidades de información, de capacitación, de formación, y también por el puro gusto, por el placer de leer.
¿Qué significa el gusto, el placer de leer? Significa que se ha descubierto en la lectura es una parte importante de la vida; que la lectura es una fuente de experiencias, emociones y afectos; que pueden consolarnos, darnos energías, inspirarnos. Significa que se ha descubierto el enorme poder de evocación que tiene la lectura. Que alguien lea por puro gusto, por el placer de leer, es la prueba definitiva de que real mente es un buen lector, de que tiene la afición de leer.
Hay más de catorce millones de niños en primaria que cada día tienen en las manos por lo menos el libro único de texto. Hay millón y medio de estudiantes de nivel superior. Si incluimos uno y otros extremos, hay en total más de veinte ocho millones de estudiantes que leen y consultan muchos libros de texto. Estas personas, ¿no son lectores?
En realidad, la mayoría de ellos no los son. Casi siempre los libros de texto se leen solo por obligación, y por lo mismo se leen mal, sin comprenderlos bien, sin que se cumplan con su función más importante que sería abrir nuevos horizontes. Por eso la mayoría de los estudiantes, aunque pasen muchos años en la escuela y consulten o lean muchos libros de texto, finalmente no se convierten en lectores auténticos.
Además, a salir de la primaria la mayor parte de los niños no tienen libros ni revistas en su casas, ni están acostumbrados a conseguirlos en una biblioteca, de manera que difícilmente puedan seguir leyendo.
En consecuencia, pocos estudiantes llegan a leer bien y aprovechar bien lo que estudian. Pueden repetir las palabras del texto, pueden memorizarlas; pero no pueden comprender ni sentir lo que leen. No han aprendido a relacionar la lectura con sus experiencias y sus emociones. Leen solamente de afuera asía adentro; no han aprendido a invertir el proceso y leer también de adentro asía afuera. Y esta es la segunda condición para que alguien sea un lector autentico: deben entender y sentir lo que leen. Debe estar acostumbrado a leer de tal manera que no simplemente pase los ojos por encima de las palabras si no que establezca con la pagina escrita una relación suficiente para no dejar ninguna duda, para vincularse intelectual y emotivamente con el texto
¿Cómo puede aprenderse a leer de esta manera? Hay un solo camino: se aprende a leer leyendo. Las habilidades que necesita el lector se forman con la propia lectura. La enseñanza de la lectura no puede reducirse a la simple alfabetización a la mera adquisición de la habilidad de reconocer las letras y las palabras; debe incluir el desarrollo de la capacidad de entender y sentir el texto, asi como la afición a la buena lectura.
El lector autentico se reconoce por que lee por su propia voluntad, por que comprende y siente lo que lee, porque le gusta y necesita leer.
Leer significa adquirir experiencias e información; ser activo. Se lee atribuyendo a los signos escritos o impresos un sentido; se lee organizando las palabras, las frases y la totalidad de una obra en unidades de significado. Por otra parte, este proceso contribuye enormemente al desarrollo de las facultades del intelecto las emociones y la imaginación.
Para lograr una buena lectura hace falta seguir, sentir y comprender el texto no por palabras sueltas, sino combinando una frase, los párrafos, las secciones o capítulos en unidades de significado cada vez más amplias, hasta llegar a la comprensión de una obra en su totalidad. Un lector ya formado realiza esta operación de manera inconsciente, pero los lectores que comienzan y los que todavía no son suficientemente expertos necesitan ayuda para acostumbrarse a reconocer las unidades de significado.
Se mejoran la lectura cuando se aprende a dar sentido a mas palabras y frases, a más noticias, sentimientos, emociones e ideas; es decir, cuando se aprende a recocer con mayor rapidez y profundidad unidades de significado. Esto se Consigue al hallar esas palabras y frases, esas noticias, ideas, sentimientos, y emociones muchas veces, en contextos diferentes y al reconocer en ellos cocimientos y experiencias que ya se tienen, ya se han pensado, sentido y vivido.
Solo quien lee mucho llega a ser buen lector. Los conocimientos, las expectativas y las experiencias de cada persona desempeñan un papel decisivo en esta tarea. Para cada lector, la lectura de uno mismo texto se vuelve algo personal.
Mejorar la lectura aumenta la capacidad de aprendizaje, favorece el desarrollo del lenguaje, la concentración, el raciocinio, la memoria, la personalidad, la sensibilidad y la intuición. Mejorar la lectura nos muestra la diversidad del mundo y hace más amplio nuestros horizontes. Mejorar la lectura nos ayuda a vivir mejor.
¿Cómo pueden formarse buenos lectores? Solo si las personas aprenden a leer por su gusto y voluntad; si se aficionan a leer; si logran descubrir que la lectura es, antes que nada, una actividad gozosa, un medio que nos ayuda a entendernos y a entender a los demás. Entonces leerán mejor y podrán recibir los beneficios de la lectura misma, podrán estudiar, informarse, gozar… Leerán mejor con cualquier propósito y aprovecharan plenamente sus lecturas.
¿Pueden sustituirse la lectura con otras actividades? No. Porque la lectura no es solamente una manera de adquirir conocimientos e información; la lectura es un ejercicio de muchas facultades: la concentración, la deducción, el análisis, la abstracción, la imaginación, el sentimiento. Quien no lee deja de ejercitare estas facultades, y no solamente las va perdiendo, sino que también que dejara de tener muchos buenos ratos.
La lectura voluntaria, la lectura por gusto, por placer, nos enseña como una lección, si no se transmite, se contagia como todas las aficiones.
La lectura por gusto se contagia por el ejemplo; leyendo en voz alta. Aunque leer en familia, en la escuela, en la biblioteca, en los lugares de trabajo, de reunión. Hay que leer con la gente que una quiere y aprecia, en voz alta, por el puro placer de hacerlo.
Si los padres leyeran a su hijos quince minutos de cada día; si los maestros leyeran a sus alumnos quince minutos cada día-no para estudiar, si no por gusto, por divertirse-;si lográramos fundar muchos rincones y talleres de lectura para niños, para jóvenes y adultos, en todo el país; si consiguiéramos aumentar drásticamente el número d lectores auténticos en México, produciríamos la más importante revolución educativa, cultural y social de nuestra historia.
Para leer con los hijos, con los alumnos, con los amigos, con los compañeros de trabajo, hace falta que los padres, los maestros, los bibliotecarios, los promotores de clubes centros, grupos y talleres de lectura sean ellos mismos lectores que estén interesados en comunicar su gusto por la lectura y dispuestas a dedicar ganas y tiempo a esta actividad.
Padres, maestros, bibliotecarios y promotores deben conocer la habilidades, gusto y antipatías de sus hijos, alumnos y compañeros, para saber que deben leerles; deben contar con una variedad de materiales de lectura y tener acceso a un acervo de libros o a una biblioteca apropiados; estar conscientes de sus fallas y de sus logros; trabajar intensa mente para hacerse cada vez mejores lectores. Es decir, también ellos deben leer todos los días y buscar que sus lecturas sean cada vez de mayor calidad.
Si usted tiene hijos pequeños o alumnos o pueden formar un grupo de lectura, busque un libro fascinante y comience a leer en voz alta hoy mismo. Podrá ayudarlos a convertirse en lectores. Reforzar sus lasos de afecto e interés. Tendrá una actividad íntima y amistosa con ellos tendrá un poderoso instrumento para reforzar la unidad de su familia o de su grupo. No tendrá de que arrepentirse. Lo menos que usted
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