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Competencias y habilidades para la adquisición de la Lectoescritura Velocidad Lectora


Enviado por   •  30 de Mayo de 2022  •  Informes  •  3.002 Palabras (13 Páginas)  •  89 Visitas

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[pic 1]Competencias y habilidades para la adquisición de la
Lectoescritura

Velocidad Lectora

        

Introducción

La lectura ha sido objeto de una extensa investigación en diversas formas en la comunidad científica, porque es un proceso que involucra más de una habilidad y requiere un esfuerzo cognitivo considerable.

En los últimos años se ha visto un interés creciente en la investigación sobre la fluidez lectora y todos los procesos que componen esta habilidad, y se ha destacado como uno de los factores determinantes para el desarrollo de las competencias de lectura. El estudio de este tema a recibido un renovado interés puesto que se ha observado que, si bien muchos niños aprenden a leer en los primeros grados, leen lentamente y tienen dificultades para comprender los textos.

No existe consenso entre los investigadores con respecto a los mecanismos cognitivos y los procesos involucrados en la fluidez, hecho que se refleja en la diversidad de definiciones de este fenómeno (Kame’enui & Simmons, 2001). A menudo, se ha tomado como referencia la teoría de la automaticidad en el proceso de reconocimiento de palabras o de nivel inferior (LaBerge & Samuels, 1974; Posner & Snyder, 1975) para explicar la fluidez, pues se ha observado que los niños que han automatizado estos procesos de reconocimiento de palabras pueden destinar mayores recursos atencionales a la comprensión (proceso de nivel superior). Existe evidencia empírica que sustenta este planteo (Gough, 1996; Perfetti & Hogaboam, 1975). Desde esta perspectiva, se ha puesto el foco en la precisión y velocidad en la lectura de palabras como los rasgos centrales de la fluidez (Logan, 1997; Shinn, Good, Knutson, Tilly, & Collins, 1992). Los trabajos recientes muestran que la relación entre las habilidades para reconocer palabras y comprender (relación que incide en la fluidez) es más compleja de lo que reflejaban los resultados de los primeros estudios sobre este tema. Si bien la fluidez lectora está en auge a nivel mundial, aún existen posiciones divergentes sobre su importancia y cómo se desarrolla a lo largo del proceso de aprendizaje de la lectura.

Este informe tiene por objetivo estudiar la importancia y aspectos fundamentales de la fluidez lectora específicamente en una de sus habilidades, que es la VELOCIDAD y como esta puede influenciar, conociendo diferentes perspectivas de aplicación de las teorías relacionadas a su funcionamiento en el proceso de lectoescritura de niños y niñas.

Competencias y habilidades para la adquisición de la
Lectoescritura

La habilidad para leer y escribir es crucial para niños y adultos. Con el inicio de la adquisición de estas dos habilidades, comienza una nueva etapa en sus vidas.

Leer es un recurso cognitivo de gran importancia, pues no solo es capaz de proporcionarnos información, sino también nos ayudará a ir creando hábitos y a obtener con mayor facilidad técnicas que nos permitan expresarnos de una forma más adecuada oralmente y por escrito. La lectura es una herramienta intelectual única, pone en marcha nuestras funciones cognitivas, agudizando la inteligencia, desarrollando la creatividad y la fantasía, promueve el esfuerzo y estimula la capacidad atencional y concentración, lo que se puede ver reflejado especialmente en un mejor rendimiento académico.

 La escritura, por su parte, nos permite organizar y estructurar nuestro pensamiento, y en ocasiones, incluso, nuestros propios sentimientos, llegando a niveles de expresión más complejos y elaborados.

Marco Teórico

La fluidez lectora  según las diversas investigaciones es el paso fundamental para llegar a la comprensión lectora, combina los componentes precisión, velocidad (automaticidad) y prosodia, facilitando la construcción del significado y se demuestra con la facilidad del reconocimiento de palabras, el ritmo y la entonación apropiada durante la lectura (Kuhn et al. 2010). En otras palabras, si hay buena fluidez el lector tendrá toda la atención dirigida a la comprensión del texto, que es el propósito último del acto de lectura y los buenos lectores ejecutan de manera simultánea las habilidades relacionadas con la conciencia fonológica, decodificación y vocabulario, Campos & Gaspar (2003). Debido a ello, desde hace algunos años diversos investigadores han identificado que existe una correlación positiva entre fluidez y comprensión de la lectura (Kuhn, et al, 2010; Pinnell, Pikulski, Wixson, Campbell, Gough, & Beatty, 1995). La fluidez es un aspecto central en el aprendizaje de la lectura. Cada uno de los aspectos de la fluidez lectora: velocidad, precisión y prosodia, tiene una implicación e importancia diferente en el desarrollo de las habilidades de lectura, dependiendo de la etapa lectora en la que se encuentre el niño. En una primera etapa, la precisión con que se decodifiquen las palabras tiene una gran importancia, puesto que de esto depende leer palabras de forma correcta y evitar errores (intercambio de fonemas, eliminación de fonemas, etc.). Superando los errores de decodificación, la velocidad adquiere mayor importancia, ya que, es necesaria para que los lectores automaticen el reconocimiento de palabras y así puedan utilizar sus recursos cognitivos en la comprensión del texto. La prosodia, por su parte, ayuda a expresar el sentido al texto. Un lector no fluido debe redoblar sus esfuerzos y los recursos que utiliza durante la lectura para lograr comprenderla. Al contrario de esto, un lector fluido puede adquirir y perfeccionar la comprensión de textos más tempranamente.[pic 2]

Epistemología

Como todos los procesos de aprendizaje ya sean técnicos o de la vida diaria, la lectura rápida se convierte también en nuevo paradigma. En los años sesenta estudios e investigaciones descubrieron que con un entrenamiento adecuado los ojos aprenden a moverse más rápido, con lo cual aumenta la cantidad de palabras que es posible decodificar cada hora.

La velocidad lectora puede ser definida como la rapidez de lectura que presentan los sujetos, en este caso niños y niñas, durante un determinado período de tiempo (Fry, 1975).  Y es por eso que Nuttall (1996) describe la frustración que produce el leer lentamente, en su descripción del círculo vicioso del lector débil. Los lectores que no entienden un material a menudo disminuyen la tasa de lectura y entonces no les gusta leer porque les toma mucho tiempo. Como resultado, ellos leen poco y así continúa el círculo vicioso. Nuttall sugiere que, aumentando las proporciones de lectura, el lector pueda entrar en el círculo del buen lector. Al leer más rápidamente se anima, y con más lecturas la comprensión mejora. Este concepto de Nuttall se apoya en la propuesta de Stanovich (1980), quien alude a un fenómeno identificado por Merton (1968, en Bermejo, 1994) como el “efecto de Matthew”, el cual sugiere que los estudiantes que más leen, aumentan sus habilidades de lectura. Para Stanovich (1980), los lectores que están leyendo bien y que tienen un buen vocabulario leerán más, y aprenderán más significados. Por el contrario, los lectores con vocabularios inadecuados que leen despacio, tienden a leer menos, lo cual da como resultado que ellos tengan un desarrollo más lento de su vocabulario, lo que a su vez inhibe el desarrollo de la habilidad lectora. [pic 3]

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