Cuadros parisinos (Los siete viejos) vs El hombre de la multitud

Universidad de Puerto Rico

Recinto de Río Piedras

Facultad de Estudios Generales

Departamento de Literatura

Reseña: Flaneur vs Bohemio en Baudelaire y Poe

Nateysha Rivera Concepción        801-16-7036

ESPA 3306-2U1

Prof. Rafael Acevedo

Flaneur y Bohemio

Texto: Cuadros parisinos (Los siete viejos) vs El hombre de la multitud

        El flâneur se define como un tipo literario en la Francia del s. XIX, inseparable de cualquier estampa de las calles de París. Llevaba aparejado un conjunto de rasgos: el personaje indolente, el explorador urbano, el individuo curtido en la calle, etc. Fue Walter Benjamin quien, a partir de la poesía de Baudelaire, le hizo objeto del interés académico, como figura emblemática de la experiencia urbana y moderna. Como bohemio es usual designar un estilo de vida desordenado y alternativo que privilegia el arte y la cultura por encima de los convencionalismos sociales; participa del dinamismo de la ciudad y se mezcla con la gente. En el poema “Los Siete Viejos” el narrador se puede denominar como flâneur comenzando por como describe a la ciudad de Paris desde una perspectiva siniestra y tenebrosa mientras camina y observa. “Donde el espectro en pleno día agarra al transeúnte!, /Los misterios rezuman por todas partes como las savias, / En los canales estrechos del coloso poderoso” ().

        Así mismo, en el cuento “El hombre de la muchedumbre” Poe introduce a un narrador el cual representa lo que es el flaneur en las calles de Londres, mientras que el personaje de edad avanzada es un bohemio. En la primera parte del cuento se encuentra el narrador ejerciendo las características del flaneur. Explorando y describiendo minuciosamente cada detalle que le llamó la atención de las personas que se encontraban en la multitud de noche. “Con la frente contra el cristal, así me hallaba inmerso en el escrutinio de la muchedumbre…” (). La segunda parte del cuento comienza cuando el rostro de este personaje misterioso y terrorífico. “Recuerdo bien que mi primer pensamiento al verlo fue que, de habérselo encontrado Retzsch, habría optado por él mucho antes que por sus propias representaciones gráficas del maligno” (). Al narrador decidir perseguir al anciano comienza a diferenciarse fuertemente en como ambos viven y ven la ciudad, como antes dicho, el narrador desde el punto de vista del flaneur y el anciano misterioso desde su manera bohemia.

        Ambas lecturas tienen varias cosas en común, entre ellas la multitud. La perspectiva de esta para el flaneur y el bohemio es completamente diferente. Para el bohemio en este caso, “el hombre de la muchedumbre” le agrada la multitud, se mezcla y se involucra entre ella. Se relata en el cuento que tenía un desencuentro cuando transitaba la ciudad y se encontraba en una calle solitaria. “Ahora caminaba más despacio y con menos decisión que antes, dudando más” ().

Lo cual muestra que este individuo oculto en la muchedumbre es capaz de revindicar el discurso reflexivo de la cotidianidad de la vida social al actuar de esa manera. “El extraño se detuvo y durante un momento pareció absorto en sus pensamientos” (). El bohemio además le pondrá muy poco interés al aspecto externo de las personas y por lo que su apariencia puede ser considerada por el resto como descuidada o desprolija, como así lo fue para el narrador del cuento. Y esto es así, porque para el bohemio hay cuestiones que tienen que ver con el espíritu, con cosas más profundas, y que son más importantes que seguir a la tendencia del momento. “Medio gritando de júbilo, el anciano fue abriéndose camino hacia el interior, volvió a adoptar de inmediato su comportamiento original y, acechante, fue de acá para allá, sin objetivo aparente, entre la multitud” ().

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