Los Siete hábitos

LOS SIETE HÁBITOS DE LA GENTE ALTAMENTE EFECTIVA

El poder de un paradigma

Un paradigma es el modo en que vemos el mundo, en términos de percepción, comprensión e interpretación. Es una explicación, teoría o un modelo de alguna cosa.

Cuanta más conciencia tengamos de nuestros paradigmas, mapas o supuestos básicos, podemos asumir la responsabilidad de tales paradigmas, examinarlos, ponerlos a prueba de la realidad, escuchar a otros y estar abiertos a sus percepciones.

Hábito 1 – Ser proactivo

Todos los seremos humanos tenemos autoconciencia que es pensar en lo que pensamos, eso es lo que nos diferencia de las demás especies creadas.

La autoconciencia nos permite distanciarnos y examinarnos el modo en que nos vemos ver el paradigma de nosotros mismos es el más fundamental para la efectividad, esto afecta a nuestras a nuestras actitudes conductas y al modo en que vemos a otras personas. Gracias a la autoconciencia podemos examinar nuestros paradigmas para determinar si son principios basados en realidad o están en función de condicionamientos y condiciones.

Existen tres teorías que pretenden explicar la naturaleza del hombre:

1. El Determinismo Genético: Se trata sobre el ADN que nos pasaron nuestros abuelos, es la herencia que ellos nos dan. Como ejemplo es la culpa de que nosotros seamos tan alegres.

2. El Determinismo Psíquico: Ahora la culpa es de los padres todas las experiencias que vivimos y nos enseñaron establecieron lo esencial de nuestro carácter.

3. El Determinismo Ambiental: En este caso echaremos la culpa a algo o alguien cercano de nuestro ambiente. Ejemplo hermanos, padres.

Todo esto se basa en la teoría estimulo – respuesta que solemos asociar con los experimentos, ya que estamos condicionados para responder de un modo particular a un estímulo concreto.

Sin embargo gracias a nuestra capacidad humana, somos capaces de formular nuevos programas para beneficio propio totalmente independiente de nuestros instintos y adiestramientos.

La proactividad definida

No sólo significa tomar la iniciativa, si no que como seremos humanos pensantes somos responsables de nuestras propias vidas. Nuestra conducta es una función de nuestras decisiones, no de nuestras condiciones. Podemos subordinar los sentimientos o los valores. Ser responsables de nuestra conducta ya que es un producto de nuestra propia elección consciente, que se basa en valores, y no producto de las condiciones ni sentimientos.

Las personas proactivas llevan consigo su propio clima, su fuerza impulsiva depende de los valores que tenga, sin embargo también son influidas por los estímulos externos, como son físicos, sociales o psicológicos, pero la diferencia a los reactivos es que su respuesta a los estímulos está basada en sus valores.

El enfoque proactivo de un error consiste en reconocerlo instantáneamente, corregirlo y aprender de él.

Hábito 2 - Empezar con un fin en mente

Este hábito nos enseña que tenemos que comenzar con una clara comprensión de nuestro destino. Consiste en empezar con un fin en mente sobre cómo queremos que sea nuestro futuro, teniendo claro ello nos aseguramos que cada día no violemos nuestros criterios y esforzarnos por nuestro fin en mente.

Cuan distintas son nuestras vidas cuando sabemos lo que es lo que verdaderamente importante para nosotros, y manteniendo ese cuadro en mente actuamos cada día para ser y hacer lo que en realidad nos interesa. Si no el camino para el error será más cercano.

Este segundo hábito se basa en el principio de que todas las cosas se crean dos veces. Primero es la creación mental después la creación física. Al grado en que nosotros comprendamos estos dos principios y aceptemos la responsabilidad de ambas, actuaremos dentro de los límites de nuestro círculo de influencia.

Reescribir el guión: convertirse en su primer creador

Recordaremos que como seres humanos tenemos la autoconciencia. Dos privilegios humanos adicionales que nos permiten ampliar nuestra proactividad y ejercer nuestro liderazgo son la imaginación y la conciencia moral.

Con nuestra imaginación logramos visualizar los mundos potenciales que hay en nuestro interior. Y con la conciencia moral entramos en contacto con leyes o principio universales, talentos. Estas dos juntas pueden escribir nuestro propio guión.

Todo el pasado que vivimos fue trasmitido por muchos guiones de otras personas, este será un proceso de reescritura o cambio de paradigma, cuando reconocemos nuestros guiones inefectivos, paradigmas incorrectos podemos reescribir proactivamente nuestro propio guión.

Ya que somos autoconscientes y tenemos imaginación y conciencia moral, podemos examinar nuestros valores más profundos, comprender el guión en el cual estamos atravesando y si no está de acuerdo con mis valores y que mi vida no es producto de mi propio designio, sino el resultado de la primera creación que dejé en manos de las circunstancias de otras personas. Podemos tener la capacidad para cambiar, puedo usar mi imaginación y convertirme en mi propio creador de mi futuro.

Empezar con un fin en mente es ser responsable de mi propia creación, reescribir mis guiones de modo que mis paradigmas y mis actitudes sean acorde a mis valores y principios correctos. Y tenerlos siempre presente ya que es una tarea del día a día.

En el centro

Tenemos que empezar con el círculo de influencia, que está compuesto por nuestros paradigmas más básicos, es como un lente del cual a través de él vemos el mundo. Es en este círculo de influencia donde utilizamos la brújula para nuestro destino como una autoconciencia esto nos ayuda a detectar nuestros talentos y nuestra área de contribución.

Existen cuatro factores y son: la seguridad que es nuestra base emocional, nuestra identidad, nuestra autoestima, nuestra fuerza personal básica. O la ausencia de todo esto. El segundo factor es la guía que es nuestra fuente de dirección en la vida, aquí se encuentra los principios o criterios que gobiernan nuestras decisiones y acciones en el día a día. El tercer factor es la sabiduría que es nuestra perspectiva de la vida, nuestro equilibrio y comprensión en el modo en que se dan las cosas. Abarca el juicio, el discernimiento y la comprensión. Por último es el poder que es la capacidad para actuar nuestra fuerza y potencia para realizar algo.

Estos cuatro factores son interdependientes,

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