Cuento

Llegando a un pueblo que no conozco todo es movimiento, mucho ruido y gente mucha gente…. Aquí es donde voy a vivir. Entrare a la secundaria, tendré amigos y fiestas muchas fiestas es buena época no hace frio, y sé que mis papas compraron una casa cerca del pueblo.

-¿Qué pasa por que nos alejamos?

Preguntaba Caroline cuando vio alejarse tanto de aquel lugar del camino. Primero carretera ahora se hace brecha, mucho campo alrededor un cerro por donde subían ¿ y el ruido y las personas?

¡Baja cariño! Le grito su papa ella seguía en la camioneta atónita tuvo que ir su mama por ella. La tomo de la mano y la llevo a la casa, era enorme a comparación de su departamento donde antes Vivian por amplia que fuera no se comparaba a esa casa de tres pisos, con bastante jardín y se sentía rara por primera vez no se veían casas alrededor -¿No hay vecinos? Pregunto angustiada a los padres, pero ellos comenzaron a reír, si tenemos vecinos Caroline pero están lejos de nosotros. Compramos retirado para que la tranquilidad que se respire en esta casa nos la transmita cada vez que lleguemos de trabajar y mira al costado de la casa está el taller donde trabajaremos, no vamos a estar lejos como antes, si quieres vernos solo das unos pasos fuera y llegas con nosotros. Caroline estaba desconcertada… -¿L a escala, porque la escuela que pasamos esta a 40 minutos?

-No, no vas a ir a esa escuela tu secundaria está pasando este cerrito y queda a 15 minutos caminando, en tu nueva bici llegaras en 8 minutos, le mostraron su bici, tenía un enorme moño y un globo atado que tenia Te Amo.

Caroline ese día, todo el día y fin de semana y es mas la semana de mudanza fue feliz, sus papas estaban al pendiente, le decoraron su habitación como ella quiso, en las tardes jugaban y en la noche los 3 platicaban. El lunes siguiente, ese lunes volvió a la “normalidad”.

La acompañaron a la escuela deprisa, le dijeron que por el camino que iba y que recorrieron en la semana anterior era el correcto, que no se desviara Caroline se limito a mover la cabeza diciendo sí. Los niños casi no le hablaban, se sentaba sola para desayunar y empezó a sentirse triste, camino a casa veía niños que no iban a la escuela. Ella se acercaba y con la mano extendida les regalaba caramelos y una sonrisa. Eran las únicas miradas tiernas y sonrisas de todos ellos.

Llegando a su casa, terminando su tare corría a donde trabajan sus padres –Papi me enseñaron esto en la escuela y saltaba emocionada mostrando su libreta. El papa apurado sin mirar a Caroline le dijo…Cuando llegue la noche!…

Triste caminaba con su mama seria y dejaba su tarea en la mochila…Ma hoy en el recreo unos compañeros empezaron a… Tajante el padre y la madre le dijeron ¡NO!, en casa lo comentas, estamos ocupados.

De agosto a noviembre la acompañaron a la escuela y en diciembre

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