Curriculum Vitae
ricky314 de Agosto de 2013
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Autoridad.
Con origen en el vocablo latino auctorĭtas, el concepto de autoridad hace referencia a una potestad que logra alguien, a un líder legítimo y a alguien que obtiene poderes o facultades sobre un grupo de personas. Por lo general, permite nombrar a quienes gobiernan un país o región y tienen, por imposición o voluntad popular, voz de mando.
La autoridad, según se desprende de sus definiciones teóricas, describe además el prestigio que ha cosechado, a través de los años, un individuo u organización a raíz de su calidad, su preparación o a la importancia alcanzada en un determinado plano: “El Dr. Segovia es una autoridad en el campo de la cardiología”, “Una autoridad en estas cuestiones, como lo es la Fundación de Investigación Aplicada, ha ratificado la denuncia de los vecinos”.
Cabe resaltar también que la idea de autoridad suele vincularse al poder que acumulan los Estados. Los funcionarios de la esfera estatal están habilitados para dar órdenes y decretar ciertas medidas, las cuales deben implementarse y respetarse siempre y cuando no infrinjan ninguna ley ni se opongan a las reglas que se encuentren vigentes.
La autoridad, entonces, puede ser considerada como una modalidad de dominación debido a que implica obediencia por parte de otros. Sin alguien que obedezca y cumpla órdenes, no hay autoridad posible. Por citar un ejemplo hipotético que puede llegar a apreciarse en la vida cotidiana: si la maestra ordena a los alumnos que guarden silencio y ellos no cumplen, la docente no está ejerciendo la autoridad que, formalmente, trae aparejada su rol.
Esto significa que, más allá de los títulos, los cargos y los nombramientos oficiales, la autoridad es algo que se ejerce y no que se ostenta. Puede darse la paradoja de que exista una autoridad sin autoridad, como podría ser el caso del jefe de una compañía cuyos empleados no le obedecen. En cambio, hay gente que carece de cargos formales pero, sin embargo, ejerce la autoridad (como un amigo que tiene poder e influencia sobre las decisiones de otro).
Poder.
Este es un concepto capital dentro de la obra de Foucault. Quizás sea el que ocupara mayor espacio en su reflexión aún cuando desarrollara temáticas particulares, constituyéndose en una suerte de factor común. A pesar de ello es significativo el hecho de que encontramos una serie de "huecos" de importancia en su análisis.
Quizás la principal ruptura introducida por Foucault lo constituya el abandono de la línea tradicional de análisis del problema del poder. La reflexión sobre el poder es un área que surge a partir del siglo XVI, en donde se sistematiza la temática del buen gobierno. Anteriormente se encuentran consejos sobre el comportamiento del príncipe. Incluso un papiro del Antiguo Egipto, atribuido a Ptah-hotep visir del Alto Egipto, registra una serie de recomendaciones a su hijo sobre cómo ejercer el poder.
" Para exponer las cosas muy esquemáticamente, el arte de gobernar se encuentra a finales del siglo XVI y comienzos del XVII una primera forma de cristalización, forma que se organiza en torno al tema de la razón de Estado entendida no en el sentido negativo y peyorativo que se le da hoy (infringir los principios del derecho, de la equidad o de la humanidad por el solo interés del Estado) sino en un sentido positivo y pleno..." (7) Foucault en la cita nos acota la construcción de la serie histórica, marcando un quiebre significativo producido en el pasaje del siglo XVI al XVII.
El tema, en su desarrollo, es sacado del exclusivo campo político para ser instalado en la cotidianidad. Sin dejar de reconocer que los intereses hegemónicos de diferente grupos sociales se encuentran detrás de situaciones de poder generalizadas, considera que no es la única manifestación de aquel. Del mismo modo considera situaciones como las planteadas por obras como "El Miedo a la Libertad" de E. Fromm, que buscan explicar comportamientos sociales a partir de pulsiones del inconsciente.
En ambos casos no tenemos ante nosotros sino una parte del problema. El poder es mucho más complejo que lo derivado de las posiciones marxistas o freudianas. Es en esencia un personaje que atraviesa todos los escenarios en los que se despliega la vida humana. "Quiero decir esto: en una sociedad como la nuestra, pero en el fondo de cualquier sociedad, relaciones de poder múltiples atraviesan, caracterizan, constituyen el cuerpo social; y estas relaciones de poder no pueden disociarse, ni funcionar sin una producción, una acumulación, una circulación, un funcionamiento del discurso. No hay ejercicio de poder posible sin una cierta economía de los discursos de verdad que funcionen en, y a partir de esta pareja." (8)
Su naturaleza última no puede ser aprehendida sino allí donde su intención está totalmente investida; en el interior de prácticas reales y efectivas y en relación directa con su blanco y campo de aplicación. Resulta lógico entonces no tomar el nivel macro como punto de partida para su análisis sino la multitud de actos que a diario son protagonizados por el individuo. No es algo que se precipita sobre el individuo y que se encuentra institucionalizado en formaciones sociales. No importa la legitimidad del mismo, si emana de los intereses de un grupo hegemónico o si es producto de la voluntad de la mayoría.
El planteo parte de que el poder se genera y materializa en una extensa gama de relaciones interpersonales desde las cuales se eleva hasta constituir estructuras impersonales.
En este punto encontramos uno de los "huecos" teóricos a que hacíamos referencia. Preguntas tales como el modo en que se relacionan entre sí diferentes formas de poder, cómo unas pueden ser apropiadas por sectores sociales o cómo pueden cambiar o ser abandonadas no es respondido con claridad. Si como vimos al analizar el discurso existen normas que rigen nuestra percepción, debe existir, a su vez, mecanismos que posibiliten que se estructuren y se reproduzcan. A la vez su permanencia implica una determinada materialización en las prácticas cotidianas. ¿Cuáles son los elementos legitimadores, cuáles los que permiten su sustitución circunstancial o permanente? Parece faltar la respuesta y sólo es posible alcanzarla a través de caminos laterales. Por otra parte no podemos dejar de reconocer la presencia de por lo menos dos grandes planos donde se agrupan las diferentes manifestaciones de poder tomando como criterio la extensión de las mismas. Uno estaría constituido por las relaciones interpersonales que no alcanzan a la totalidad de integrantes de un grupo y otro caracterizado por formas institucionalizadas que operan como espacios cerrados. En estos ya no es el poder de un individuo sobre otro sino de un grupo sobre otro, con las características que sus integrantes quiéranlo o no, quedan presos de su ejercicio. Los dos planos en los que habría que considerar el Poder, tienen dinámicas diferentes y generan formas de perpetuación y defensa diferentes.
Consideramos, el planteo de Foucault resulta posible si es viable relacionar dialécticamente las categorías de lo individual, lo particular y lo general, para conformar una imagen del punto. Mas ello supone ir más allá de lo expresamente establecido por el autor. Se debe admitir entre las categorías apuntadas, incluso, recorridos disimiles en el corto plazo. Hemos de admitir, así mismo, que deben existir relaciones entre las mismas y sus componentes, dado que las mismas son parte de una misma realidad. ¿Cómo formas generalizadas de poder se combinan con otras de menor alcance social? He aquí una de las interrogantes que no responde acabadamente el autor. No es la única. Si admitimos que el poder está presente en todas las acciones, bajo diferentes formas y dinámicas, qué sucede cuando encontramos una constelación de fuerzas contradictorias? La conclusión sería que el conflicto sería lo permanente dependiendo de su extensión e intensidad, la importancia que cobrará dentro del conjunto social. A pesar de ello nada nos aporta sobre posibles caminos de superación. ¿Puede ser que determinadas formas de poder sean como la luz de esas estrellas que ya extinguidas, nos sigue llegando y puebla nuestro cielo? La pregunta anterior nos conduce directamente a una interrogante clave. ¿Puede sustentarse una relación de poder, alejada de la situación que le diera origen? En caso de respuesta positiva, cuánto más puede sostenerse por una suerte de inercia histórica?
Dos esferas donde se construye y reproduce el poder.
Foucault parte de la base de que existen dos esferas donde se consolidan las prácticas, cada una de ellas tiene sus propios mecanismos de legitimación, actúan como "centros" de poder y elaboran su discurso y su legitimación.
Una de dichas esferas está constituida por la ciencia, la otra por el contrario está conformada por todos los demás elementos que pueden definirse como integrantes de la cultura. Lo ideológico, las diferenciaciones de género, las prácticas discriminatorias, las normas y los criterios de normalidad, están dentro de esta segunda esfera. Tanto una como otra con una referencia notoria a un tiempo y un espacio determinado.
En medio de las dos esferas referidas queda una zona intermedia que es donde la cultura puede desprenderse de sus códigos primarios y mostrar lo consolidado como un "posible" entre otros.
Utilizando la genealogía como sistema Foucault llega a la conclusión de que la instauración de la sociedad moderna supuso una transformación sustantiva en la consagración de nuevos instrumentos a través de los cuales canalizar el poder. De manera paralela se construyó un conjunto extenso de discursos
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