DETERMINACION DE LA PENA

DETERMINACION DE LA PENA

En nuestro ordenamiento jurídico peruano se entiende como determinación de la pena a establecer un tiempo en el cual un sentenciado va a pasar un encierro fuera de la sociedad donde habitualmente estaba acostumbrado, a esto lo denominamos pena privativa de la libertad, además este tiempo de encierro o de limitación a su derecho a la libertad ambulatoria es para cumplir un fin de reeducación, resocialización, para que cuando cumpla este tiempo de encierro, pueda integrarse nuevamente a la sociedad donde antes estuvo suelto en plaza, sin embargo, esta persona destinada a pasar encierro, dentro de estos establecimientos no se reeducan, debido a que están rodeados de personas con malas actitudes y de ellos solo puede aprender a perfeccionar técnicas delincuenciales, no se puede resocializar dado que las personas de su entorno guardan un resentimiento repulsivo por la sociedad, y menos se va poder reinsertar a la sociedad, dado que solo va a salir a dañar bienes jurídicos.

Ahora bien, no cabe duda que se evidencia una gran contradicción entre los fines de la pena y la finalidad en estricto que cumple o los resultados que se espera del condenado. Siendo ello así, la finalidad que se espera constitucionalmente no está siendo reflejados en la imposición de penas mas graves, sino que se debe crear otro método para reformar a una persona arrepentida por sus actos criminales.

Respecto al proceso de una correcta determinación de la pena el ordenamiento nos da muchas herramientas, de agravación y de atenuación, en la cual el operador de justicia debe actuar, al momento de determinar una pena concreta, dado que si bien el código penal sustantivo establece que si concurren agravantes y atenuantes se debe establecer una pena desde el tercio intermedio, en el tercio intermedio hay una pena como máximo y mínimo, y es ahí donde el legislador deja un vacío, ya que se debe entender que así sea un solo día en prisión es un infierno y la persona se hace menos humana, siendo ellos asi, el juez debe partir del mínimo para al menos cumplir mínimamente con los fines de la pena, ya que si no lo voy a reeducar, no lo voy a resocializar, al menos no lo volvamos menos humano, no lo desocialicemos más (postura compartida con el Dr. Celis Mendoza).

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