De venganza a creación

De venganza a creación

Al principio de los tiempos, los dioses establecieron su hogar en el Monte Olimpo. Entre ellos se encontraba el hijo del mismísimo Zeus, Ares, junto con su esposa Afrodita.

Un día soleado, Ares se dio cuenta de que Afrodita estaba embarazada. Todo el Olimpo se enfadó con ellos, ya que habían prometido que nunca tendrían hijos. Ares y Afrodita se vieron obligados a abandonar la ciudad de Olimpo y se fueron a un pueblo pequeño de España, pensando que allí no serían reconocidos y pasarían desapercibidos.

Nueve meses después nació su hija, Montserrat. Era una niña muy bonita, con ojos azules como el cielo y una cabellera rubia que resplandecía con el sol. Cuando tenía 16 años, todo el mundo iba detrás de Montserrat. Pero ella solo tenía ojos para una chica llamada Iraide, quien también era muy hermosa, con ojos azules y cabello rubio y rizado. La primera vez que Montserrat la vio, se enamoró perdidamente y no podía dejar de pensar en ella.

Al día siguiente, Montserrat habló por primera vez con Iraide y se puso tan roja que ella le preguntó si todo iba bien. A pesar de que no estaba bien visto que dos mujeres estuvieran juntas, Montserrat no dijo nada al respecto porque estaba enamorada de Iraide. Pero había un problema: Iraide tenía novio, y no era cualquiera, sino el mismísimo Tepeyóllotl, el dios de las montañas. Montserrat se decepcionó al enterarse, pero no se rindió y le preguntó a Iraide si quería salir con ella. Para su sorpresa, Iraide le dijo que sí, pero con la condición de que Tepeyóllotl no se enterara.

A partir de ese momento, Montserrat e Iraide comenzaron a salir juntas a escondidas. La joven diosa se sentía muy feliz cuando estaba con ella, pero siempre estaba preocupada por el secreto que guardaban. Iraide también se sentía atraída por Montserrat, pero al mismo tiempo sentía mucho miedo de que Tepeyóllotl se enterara de lo que estaba pasando entre ellas. Un día, Tepeyóllotl quería irse de vacaciones con Iraide, pero ella se negó diciendo que tenía que trabajar y estaría fuera un par de días. Tepeyóllotl no acabó de creerle y decidió seguirla para saber qué estaba pasando.

Iraide fue a la casa de Montserrat y vio a Tepeyóllotl. Después de que Tepeyóllotl descubriera el romance entre Montserrat e Iraide, su ira no se calmó. Decidió castigar a Montserrat convirtiéndola en una montaña, ya que no podía soportar que su amada hubiera encontrado la felicidad con otra persona. Él se fue todo furioso a casa para esperar a Iraide. Ella llegó a casa después de dos días, y Tepeyóllotl la recibió muy enfadado, le dijo lo que había visto, todo furioso, y también el plan que tenía para Montserrat: convertirla en una montaña.

Iraide se sintió devastada cuando se enteró de que Montserrat fue castigada convirtiéndose en una montaña por culpa de su amor con su esposa. Intentó hablar con Tepeyóllotl para intentar convencerlo de que Montserrat no merecía ese castigo, pero él estaba demasiado enfurecido para escucharla. Iraide se sintió culpable por lo sucedido e intentó convencerlo para que no hiciera nada a Montserrat, pero él no hizo caso. Desesperada, Iraide decidió buscar ayuda en los dioses del Olimpo, quienes eran más poderosos que Tepeyóllotl. Después de contarles la historia de Montserrat, ellos la escucharon y lo dejaron pasar. Al volver a Olesa, todo el mundo estaba asombrado por una grandísima montaña que estaba al lado del pueblo, ellos le pusieron el nombre de Montserrat.

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