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Don Segundo Sombra


Enviado por   •  6 de Junio de 2013  •  2.891 Palabras (12 Páginas)  •  454 Visitas

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Los amigos, abusos y homosocialidad encontrada en la novela Don Segundo Sombra

Durante nuestras vidas existen varias circunstancias de las cuales ayudan a nuestro desarrollo de la vida. En nuestra juventud, en la que vivimos una gran variedad de experiencias nos ha ayudado en conocer a muchas personas y entender cualidades y consejos que después nos han ayudado en nuestra propia madurez. Esta misma idea está reflejada en la novela Don Segundo Sombra en la cual el narrador cuenta sus experiencias durante las etapas de niñez, juventud y madurez. En este ensayo me doy la oportunidad de evaluar tres aspectos relacionados con la novela, la madurez de Fabio a través de amigos, el abuso de la s mujeres como etapa de hombría y la hombría homosocial del hombre gaucho.

Desde el principio de la novela observamos que la vida de Fabio, el protagonista, comienza de manera desastrosa “¿seis, siete, ocho años? ¿Qué edad tenia a lo justo cuando me separaron de la que siempre llame <<mamá>>” (16). Se puede observar que se siente agobiado por la soledad, huérfano, sin familia, ni historia. Se puede decir que a los siete años el joven Fabio fue llevado a vivir a la casa de sus tías Mercedes y Asunción, pero aun así el protagonista desconoce de que si son en realidad familia o simplemente cuidanderas de niños “la casa de mis presuntas tías, mi prisión” (15). Esta misma cita nos muestra como él tomaba este lugar como su prisión ya que sus tías aparentemente lo maltrataban y abusaban de él. “Me encontraba en la situación de un preso entre vigilantes, cuyas advertencias poco a poco fueron reduciendo a un simple coscorrón” (16). Durante la novela podemos observar que es debido a que el joven Fabio madure con rapidez para así poder sobrevivir no solo en un mundo nuevo con las tías sino que en las sobrevivencias de la calle.

De tantos abusos Fabio busca la libertad y la encuentra en la calle con amigos viciosos. Al encontrarse solo y sin ninguna identidad, Fabio es requerido en dejar los estudios y ayudar con mandados de las tías. Esto sin duda para Fabio representa la libertad añorada por él. Pero de tanta libertad tiene puntos negativos “me hice ladino” (17) como representación que prefería estar afuera de la casa y deambular por el pueblo. Dice que “la calle fue mi paraíso, la casa mi tortura” (17). De los tantos mandados que hacía el joven Fabio se hacía más inteligente en la sobrevivencia de las calles. La novela nos cuenta que los mandados lo llevaron a distintas partes del pueblo, tales como el correo y el almacén entre otros, conociendo nuevas localidades y personas. Dicha libertad lo indujo en pasos peligrosos de lo cual lo llevaron a conocer amigos que no eran de buena influencia para él. Vemos en la novela, que Estos amigos lo hacían en hacer cosas que no eran apropiadas para su edad. El nota "me llevo a los boliches convidándome con licores y sangrías, a fin de hacerme perder la cabeza; pero una desconfianza natural me preservó de sus malas jugadas"(19).

De tantos desasosiegos el joven Fabio llegó a encontrar amigos de malos pasos pero también amigos que llegaron a preocuparse por su vida y su educación mientras al mismo tiempo dándole el amor y los consejos que él tanto necesitaba, para así llegar a ser un hombre de bien, una persona respetada, de trabajo ejemplar, un gran gaucho. Entre los amigos ejemplares que conoció se puede hablar de Goyo López. Se observa que Goyo ayuda al joven Fabio en un aprieto en donde los reseros encargan a Fabio "el más macho de los oficios" (54) del cual era de cuidar que los borregos no se escapen. Con tal ayuda Fabio puede demostrar a los otros reseros que es un chico que puede madurar y servir como debe de ser. Esta cita también nos demuestra la confianza que le tenían hacia Fabio desde temprana edad.

En otro momento de apoyo de parte de Goyo hacia Fabio es sin duda cuando Goyo le pide a Fabio la ayuda en carnear un borrego, de tal ayuda pedida Fabio le responde que "no sirvo, hermano, pa'ese trabajo"(16) de lo cual Goyo en ningún momento se ofende ni hace comentarios de reproche por su inexperiencia sino simplemente amable le dice que poco a poco va a aprender. Esto nos demuestra el compañerismo, lo buen compañero que es Goyo con Fabio, en animarlo para poder aprender los conocimientos que algún día lo harán un gran gaucho.

La amistad que Fabio encuentra con los hombres gauchos fue inspirada en una relación de hermandad, en donde cada uno se preocupa por el otro y lo protege como un hermano de pura sangre. Hubo una ocasión en donde Fabio intenta en domar a su potrillo por segunda vez, por lo cual Don Segunda Sombra se dio la tarea de ayudarlo y aconsejarlo con los pasos más importantes. Al terminar se dio cuenta "que por haberme excedido en los tirones tenia desgarradas las manos, de las cuales me sangraba abundantemente"(72). La verdadera amistad es encontrada aquí debido a que después de tal accidente, Horacio le ayuda a desensillar, mientras que Pedro le ayuda en envolver sus heridas con un pañuelo. Después juntos reunidos para hacer que Fabio se sintiera mejor, Goyo lo invita a tomar la bebida mate invitándolo "deja eso nomas y arrímate a tomar unos tragos de Chifle que te loh'as ganado"(73). Todo es un gesto de amabilidad y el reconocer de su labor y esfuerzos.

De todos los amigos conocidos sin duda el más importante en la historia de Fabio sería Don Segundo Sombra, lo cual no solo es visto como un gran amigo sino que también es un gran mentor, maestro, padre y un ejemplar gaucho. Una vez conocido a Don Segundo, su historia y personalidad se irá construyendo con los principios y valores virtuales de un buen gaucho tales como valentía, trabajador, dedicado, honorable y leal. Fabio adopta a Don Segundo como su amigo, padrino y padre que él nunca tuvo. La relación entre ellos desde el principio es buena y mejora a como transcurre el tiempo. Fabio recuerda que"me enseño los sabores del resero, las artimañas del domador, el manejo del lazo y las boleadoras, la difícil ciencia de formar un buen caballo para el aparte y las pechadas, el entablar una tropilla y hacerla parar a mano en el campo, hasta poder agarrar los animales donde y como quiera" (82). Podemos ver por medio de esta cita la dedicación que ha puesto Don Segundo en enseñarle a Fabio los aspectos y cualidades de un buen gaucho y nos muestra el aprecio que le tenia a Fabio.

A mediados de su educación de gaucho, Fabio, tuvo que ser puesto en orden debido a que todavía era muy joven e inquieto. Muchas veces Don Segundo tenía que intervenir para corregir y para que Fabio viera sus errores. Don Segundo hacía tal corrección de una forma de padre-amigo y se vasa en el terror que Fabio

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