EN LONDRES Y A 38 PASOS DEL OLVIDO

BASTA DECIR PARIS CON LONDRES PARA QUE SE VENGA A LA MENTE LO ESTÉTICO, LO EUROPEO, LO BRILLANTE. EN NINGÚN CASO SE ASIMILARÍA A MUERTE Y TORTURA. LA MEMORÍA ES FRÁGIL Y EL OLVIDO GIGANTE AQUÍ DONDE EN ALGÚN TIEMPO TODO FUE OSCURO

A las 10 de la mañana el centro de Santiago tiene poco que ofrecer más allá de grandes edificios y multitiendas. Un poco más hacia el sur, en San Francisco con la Alameda está la Iglesia de San Francisco. Bella y antigua, pero cerrada. A su lado un museo. Interesante, pero muy cara su entrada. Para completar la manzana basta con caminar unos pasos para encontrarse con una callejuela de adoquines, con canaletas en el suelo y con hojas pequeñas y rojas dispuestas en el suelo como si estuviesen pintadas.

Este es el barrio europeo y es único en el centro de Santiago. Consta de dos calles cruzadas entre sí. Una de ellas es Paris, la otra se llama Londres. Aquí casi no hay diferencia entre caminar en la calle o en la vereda, todo es adoquín. No pasan autos ni mucho menos vehículos de gran escala. La calzada es muy pequeña porque es un barrio al mas puro estilo de la antigua Europa. Se cuenta que Napoleón ideó esa arquitectura de las ciudades para evitar las aglomeraciones masivas de gente. Ya se había desatado una revolución y no permitiría otra.

Son las 10.30 y en la calle Paris algunos muchachos comen completos italianos, otros reacios a la palta solo se comen un especial tomate. Los menos pudientes picotean una sopaipilla y los viciosos besan un cigarro tal como si fuera un amante. Se ve poca gente mayor de 30 años, uno que otro que llega caminando rápido y entra a unos de los hoteles del lugar o a una de las sedes de los partidos políticos cercanos. El Partido Socialista situado en Paris 873 y el Partido Radical en Londres 57.

Con el estómago lleno y los placeres cumplidos, los jóvenes caminan en dirección a su casa de estudios, el Instituto Profesional Carlos Casanueva, ubicado muy cerca en Londres 46. Bromean, sonríen y caminan. Uno de los muchachos, al parecer el más observador, pregunta: “Por qué los adoquines aquí tienen como varios colores”. Otro joven poco interesado responde: “No sé, da lo mismo en todo caso”. “Parece un tablero de ajedrez”, comenta una muchacha que va junto a ellos.

Repartidos entre los adoquines grises se observan otros de colores blanco y negro. Parece un tablero de ajedrez, sin duda, pero destrozado, tal como se destrozó un sinnúmero de vidas a pocos pasos de ahí. Específicamente en Londres 38, reconocida casa de tortura en los comienzos de la dictadura.

Antes del golpe de Estado este edificio pertenecía al Partido Socialista de Chile, pero al llegar la dictadura de la manera que lo hizo, expropió el inmueble a José Gutiérrez y a otros que la habían adquirido en representación del partido. Es así como desde 1973 y durante varios años el local fue ocupado por los aparatos represivos de los golpistas: en primera instancia la Comisión DINA, luego la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA) y finalmente la CNI.

En 1975, el Estado de Chile confiscó formalmente la propiedad a sus antiguos dueños y posteriormente, mediante el Decreto Supremo Nº964 con fecha 28 de diciembre de 1978, transfirió gratuitamente el lugar al Instituto O’Higginiano.

El 11 de octubre del año 2005, Londres 38 es declarado Monumento Histórico por el Consejo de Monumentos Nacionales estableciendo que “no puede aceptar que el inmueble de Londres 38, que fue centro de prisión, tortura y muerte, sólo sea conocido y recordado como

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