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Ejercicios de asimilación


Enviado por   •  13 de Febrero de 2014  •  Prácticas o problemas  •  1.599 Palabras (7 Páginas)  •  410 Visitas

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El ensayo

Ejercicios de asimilación

I- Desarrolla las cuestiones siguientes:

1.- ¿Qué es un ensayo?

El ensayo consiste en la interpretación o explicación de un determinado tema humanístico, filosófico, político, social, cultural, deportivo, por mencionar algunos ejemplos, sin que sea necesariamente obligado usar un aparataje documental, es decir, desarrollado de manera libre, asistemática, y con voluntad de estilo.

Un ensayo es una obra literaria relativamente breve, de reflexión subjetiva, en la que el autor trata de una manera personal, no exhaustiva, y en la que muestra de forma más o menos explícita cierta voluntad de estilo. Esto último propone crear una obra literaria, no simplemente informativa. Puede tratar sobre temas de literatura, filosofía, arte, ciencias y política, entre otros.

2.- Describe el papel de las funciones denotativa y connotativa del lenguaje en el ámbito del ensayo.

El Lenguaje Denotativo, es cuando el texto es totalmente objetivo. En este tipo de textos no se aplican los recursos de la poesía por ejemplo: La personificación, la comparación, la metáfora, etc.

El Lenguaje Connotativo, cuando un texto está escrito de manera connotativa, significa que es subjetivo. Por ejemplo los poemas normalmente son connotativos ya que tienen el uso de la metáfora, la hipérbole, la personificación. Estos elementos hacen que el texto no sea directo y no este escrito tal como algo estaría escrito en un diccionario.

3.- El ensayo es una reflexión personal del autor. Sin embargo, se recomienda hacer una documentación del tema antes de empezar a escribir. ¿Por qué?

4.- ¿Cuáles son las características del ensayo?

• Es un escrito serio y fundamentado que sintetiza un tema significativo.

• Posee un carácter preliminar, introductorio, de carácter propedéutico.

• Se expresa en un estilo denso y no se acostumbra la aplicación detallada.

II.- Lee detenidamente el siguiente ensayo. Responde las interrogantes que aparecen al pie del mismo:

Para un arte de escribir

Jorge Mañach

Cubano (1898 – 1961)

Evidentemente, escribir es sólo cuestión de tener algo que decir y de decirlo lo mejor posible. Por lo tanto, de substancia y de forma.

Prescindamos por el momento de lo que resulta anterior aún a eso, que es la preparación general, el fondo de cultura y de adiestramiento específico indispensable para tener algún depósito contra el cual girar. Sobre eso vendremos luego, aunque sea previo. Asumamos que ese fondo existe en mayor o menor medida, y que nuestro escritor en ciernes experimenta unas ganas irresistibles de expresarse literariamente. Lo primero, repito, en ese trámite, es lo que se quiere decir: la substancia.

La substancia puede ser de índole muy variada; substancia de pensamiento, substancia de cosas o substancia de emoción. En otras palabras: el escritor se pone ante la cuartilla como un meditador, como un “reportador” o como un poeta…aunque sea en prosa. Obviamente, el trance menos severo es el del que llamo “reportador”. Tiene éste el mundo, o una parcela de él, frente a sí. Las cosas que se propone entresacar de él y revelar o destacar al lector están ahí: es sólo cuestión de elegirlas con acierto, por lo que tienen de insólitas o, al contrario, de características; por lo que tienen en todo caso, de significativas. Si no ve eso, no vale la pena que escriba. El escritor es por definición, un señor que cree ver más o mejor que los demás. No hay modo de quitarle al oficio esa vanidad. Y ya el ver claras las cosas significativas, el verlas con su propio perfil, no es poca substancia. De los buenos informadores, entran pocos en libra.

Otro modo de substancia es la emoción que se experimenta ante las cosas o por la ausencia y nostalgia de ellas. Es la materia del poeta; del escritor de sensibilidad o el escritor de fantasía. El primero es el que se conmueve con presencias; el segundo, el que se emociona con ausencias. Aquél podrá informar primero de las cosas que le impresionan, como en el caso del cronista o del narrador, pero lo más importante de su materia será siempre la herida que ellas hacen en su sensibilidad, y su acierto expresivo consiste en respirar por esa herida. El segundo se crea un mundo a su gusto o su angustia. Tendrá que ser un mundo interesante, un mundo en que el aleteo de su fantasía sea bastante vigoroso para despertar la fantasía que los demás hombres llevan dormida.

Y

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