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El Almacén De Las Palabras Terrible


Enviado por   •  14 de Febrero de 2013  •  3.411 Palabras (14 Páginas)  •  1.641 Visitas

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• Autora

Elia Barceló

Salió a la publicación en el 2007.

• Personajes:

1. Natalia Castro Díaz, Talia – Chica de 12 años. Vive en un tercer piso. Es decidida. Es decidida pues desea desde al principio entrar al almacén. Piensa que su padre no piensa en ella. Tiene angustia, y la necesidad de cambiar su mundo actual quiere que se desaparezca para volver a ser como había sido antes, cuando eran felices, cuando sus padres no se peleaban y se insultaban todos los días como ahora; que todo volviera a ser como cuando su madre aún estaba en casa para recibirla con un beso al volver del colegio.

2. Pablo – A los diez años los padres se estaban divorciando y para que no los viera discutir todos los días lo llevaron a un internado y ahí conoció a Jaime. Es como si fuera su hermano, es lo único que tiene, es su familia. Los padres le alquilan un piso cuando acabaron el bachiller para comenzar las carreras y deciden que vivan juntos. Piensa que estorba a sus padres. Tiene más o menos de 19 a 20 años. Alto, rubio, egoísta, “snob”, como un jugador de baloncesto, de hombros anchos y paso atlético, ojos claros y una barbita bastante birriosa. Tiene la manía de ir siempre indocumentado.

Él cree que no es bueno salir con una sola chica, porque enseguida empiezan a pensar que hay que casarse.

Le dijo de El almacén de las palabras terribles una vecina, una señora mayor que no sale nunca de la casa. Se peleó con su amigo Jaime y le ha dicho algo (es la tía del Dr. Manuel Guerrero). Tiene miedo de entrar al cuarto del almacén, -amigos hay muchos, dice.

3. Jaime – Conoce a Pedro en el internado, estaba con una beca. Es el mejor amigo de Pablo. Era como un hermano para él. Es más bajito, más feo, más pobre. Le quita la novia, Yolanda, a Pablo. Conoce a Pablo desde que tenían 10 años. Es más decidido pues era de un barrio pobre y, sabía muchos trucos de la calle. Los padres tenían más confianza que a Pablo. En el apartamento se ocupaba de todo: hacía la compra, guisaba para los dos, ponía la lavadora…

4. El viejo – Se parece un poco a la foto del abuelo, que Talia no había llegado a conocer, que tenían en la sala de estar de la casa de Talia: grande, con pelo blanco y muy fino, como de un bebé, y ojos castaños hundidos entre las arrugas. Es el que tiene una solución a su problema, le explica el camino al almacén de las palabras terribles como él le llamaba. Al final vuelve a aparecer y su descripción: “Era ya mayor, casi viejo. Tenía unos cálidos ojos color avellana y el pelo muy blanco y fino, como de bebé. Unas gafas de concha asomaban del bolsillo de su americana. (Es el Dr. Manuel Guerrero).

5. Dr. Manuel Guerrero - El médico que atiende a Talia es cariñoso con ella pues después de examinarla le acaricia la mejilla. Tiene gruesas gafas que le agrandan los ojos de color avellana. Pelo blanco que, de tan fino, se le despeinaba constantemente. Cuestiona a los padres de ella si no se trata de una niña no deseada, abandonada, maltratada incluso. Le gustaría saberlo por razones médicas. Psiquiátricas. Cuando Talia sale de coma le dice a él -He estado allí – él le hizo un guiño con los ojos y se cruzó la boca con un dedo. –No hables Talia. Tienes que descansar. Has hecho un largo viaje. – le dijo el Dr. ella le dice – Lo encontré. Estaba, donde USTED me dijo. (Es el viejo)

6. Miguel Castro – Padre de Talia. Trabaja en un banco. Casado hace más de veinte años casado con Ana Díaz. Tenía que aceptar que las cosas se acaban y, sin embargo, él mismo no estaba dispuesto a aceptarlo. Cuando habla en el móvil actúa como si fuera un corredor de bolsa imprescindible. Lo deja sonar cuatro o cinco veces para que todo el mundo se entere de que están tratando de localizarlo, contesta en voz alta mirando a todas partes y trata a patadas con quien habla. No le regaló el móvil que Talia quería para Navidad.

7. Ana Díaz - Madre de Talia. Se fue de su casa, abandonó a su familia. No tiene teléfono móvil porque no le apetecía estar siempre localizable. Además se pasaba dando clases o en una biblioteca o en la casa. Está estudiando la tesis doctoral que la abandonó cuando nació Diego. Iba a las bibliotecas con Talia. Estudiaba poesía. Su amiga es Maga y va a comer el día que se fue de su casa, a un chino es el primer viernes desde hace años en que puede hacer lo que le dé la gana y hace siglos que no come en un restaurante así.

8. Diego – Hermano de Talia. Casi tiene 20 años. Su mejor amigo es Pedro. Estudia en Barcelona

9. Elena y Fernando – Padres de Pablo se divorciaron cuando lo internaron. Los dos tienen una nueva familia y hace siglos que no se ocupan de Pablo. Le dan dinero, pero no tienen tiempo ni ganas de verlo. Ella está casada con un argentino que tiene un rancho de vacas y vive en Argentina. Él se ha buscado una chica casi de la misma edad de su hijo y vive en Nueva York. Con el accidente quieren ponerlo en una clínica suiza de las caras, para quedarse tranquilos teniendo que pagar, y el pobre ni siquiera tendrá alguien que lo visite.

10. Yolanda – La chica con que salía Pablo, ella lo quería y como no la cogía en serio comenzó a salir con Jaime, lo conoce hace como un año. Piensa que el corazón de Pablo es tan pequeño como una uña.

11. Marga – Amiga de Ana donde se quedó cuando abandonó a su familia. Es la que le presta el teléfono móvil para que llame a la casa.

12. Pedro – El mejor amigo de Diego es donde él se refugia para no ver los problemas de la casa. Lo invita a quedarse a dormir la siguiente noche que la mamá se fue pero tienen que hacer de canguros de Talia, pues Miguel tiene una cita de comida de negocio.

13. Tere – La enfermera que está de guardia que se encargará de Talia desde el primer día hasta que le den de alta. Trabaja en la parte de coma desde hace muchos años. Tiene los ojos azules. Es la que le explica a Miguel lo que es estar en coma y de cómo deben de tratar a los pacientes. Es comprensiva.

14. Voz – Es el guía en el almacén de las palabras terribles era imposible saber si era hombre o mujer, con voz agradable pero neutra,, alta, de cráneo afeitado. Iba vestida con una túnica que le llegaba hasta los pies y era de un color similar al de la sala que a veces solo se veía su cabeza. No era impaciente y no metía prisas mientras Talia se iba acostumbrando. Era luminoso como si tuviera una bombilla dentro. Se volvía intensamente

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