El Crono-tropo En La Novela De Osvaldo Soriano

“Una Sombra Ya Pronto Serás” envuelta en un laberinto

Claudia Ximena Restrepo

En la novela Una Sombra Ya Pronto Serás (1990) del escritor Argentino Osvaldo Soriano, se evidencia un solitario y desierto viaje circular que sufre el protagonista, como uno de los motivos mas paradigmáticos de la novela, y es esta confusión, la hace que el personaje de esta historia termine envuelto en un laberinto, un laberinto del que nunca podrá salir, pues terminara llevándolo al mismo punto.

El propósito fundamental de este ensayo es demostrar a partir de marcas textuales, como en la novela el protagonista de esta historia empieza un arduo y desolador viaje, sin un rumbo fijo, yendo a la deriva como una sombra, una sombra, que termina por envolverse en un mundo laberintico y en una profunda travesía hacia si misma y que a la final hace que llegue al mismo punto donde inicio su partida, haciendo que el fracaso y la derrota simbolicen un viaje completamente circular.

1. “El Gordo” entre la Sombra de Osvaldo Soriano

Osvaldo Soriano, “El Gordo”, apodado así por sus amigos y lectores, fue un escritor y periodista argentino nacido el 6 de enero de 1947 en Mar de Plata. Hijo de Aracelis Lara Mora y Alberto Francua y fue debido al duro trabajo de su padre como inspector de obras sanitarias que Soriano anduvo deambulando en provincia y provincia.

Se mudo a Tandil en su adolescencia donde vivió solo y fue allí donde empezó a escribir, a los 21 años, consiguió su primer trabajo como periodista en el diario matutino “EL ECO DE TANDIL”. En 1961 decidió viajar a Buenos Aires donde trabajo en la revista “Semana Grafica” y “Panorámica” y en 1971 se logro ubicar trabajando en el Diario La Opinión.

Publico su primera novela, Triste solitario y Final en 1973, que fue traducida a doce idiomas y ganadora del Oso de plata en el festival de cine de Berlín. En 1983 publico, Cuarteles de invierno, considerada la mejor novela extranjera por los italianos. En 1984 aparece Artistas, locos y criminales, y en 1988 Rebeldes, soñadores y fugitivos, obras que trataban historias de vidas. Así mismo, en ese mismo año publica A sus plantas rendido un león, que obtuvo gran éxito editorial. En 1990 escribe Una sombra ya pronto serás, que fue llevada al cine en 1994 por Héctor Olivera y que es una gran descripción de la Argentina en los años 80, a través de aventuras de perdedores que se encuentran en una larga, desolada y confusa lucha personal con su propia sombra.

En 1989, fundo el Diario Página/12, que le permitió ganar muchos lectores jóvenes. Dándose cuenta que a sus lectores les llamaba la atención y se veían reflejados en los fracasos y desconcertantes vidas de sus personajes, similar como el personaje de Una sombra ya pronto serás; esto hizo que Soriano se diera cuenta que sus obras eran el perfecto pretexto para entender la realidad de su país y así, en 1993 publico Cuentos de los años felices, historias cortas que tuvieron mucho éxito. Las novelas Triste, solitario y final, No habrá más penas ni olvido, Cuarteles de invierno y A sus plantas rendido un león han sido publicadas en veinte países y traducidas a los idiomas inglés, francés, italiano, alemán, portugués, sueco, noruego, holandés, griego, polaco, húngaro, checo, hebreo, danés y ruso.

Soriano se sentía atraído por el internet, el mundo de la informática y sentía una gran devoción por los gatos. En la mayoría de sus obras quiso reflejar con irónica objetividad la realidad de su país y fue por esta razón que es un personaje importante en la historia de este país.

Murió el 25 de enero del 2001 en Buenos Aires a causa de un cáncer de pulmón. Después de su muerte toda su obra fue reditada y se logro publicar en forma de relatos “Memorias de Míster Peregrino Fenandez y otros relatos” (2002).

En cuanto a sus obras se puede destacar la novela que se caracterizo por describir la realidad de Argentina en los años 80, época de exilio de Osvaldo Soriano, “Una Sombra Ya Pronto Serás”, cuyo titulo proviene de la letra del tango “Caminito” de Juan de Dios Filiberto, donde nos relata un confuso y circular viaje de un pobre argentino que viene desde Europa, debido a que no le ha ido muy bien con su profesión de ingeniero informático; su viaje esta cargado de sucesos extraños y se hace evidente una notoria degradación del personaje, que lo llevan a un enfrentamiento con la crisis de un país del que ya no queda nada ni a nadie por salvar; que solo lo lleva a pueblos abandonados, carreteras desiertas, rutas, estaciones, pueblos fantasmas, gasolineras destruidas y a encontrarse con otros viajeros que se encuentran en su misma situación y estado de ausencia del ingeniero informático. Todos y cada uno de estos personajes tratan de lograr un sueño y pareciera que en este país andar por las calles estuviera de moda, recorriendo largas y desoladas carreteras, sin embargo; ninguno de ellos logra llegar a ningún sitio, por lo contrario, al personaje de esta historia le ocurre un fenómeno tan absurdo y circundante, que al final de la historia termina sentado en un tren que lo mas probable es que nunca partirá, un tren sin conductor, sin pasajeros, ni destino, haciendo que todo se torno oscuro y da vez mas confuso y triste para él, pues es evidente que el auxilio nunca llegará.

2. Laberinto y Viaje Circular productos de una realidad.

Para Sarrochi (1998), tanto el laberinto como el viaje circular, son unos de los procedimientos mas utilizados en la novela contemporánea y son evidentemente productos de la realidad del hombre, pues los misterios de la vida llevan a este a preguntarse el donde y para donde vamos, es así que esta se ha convertido en una de las grandes preocupaciones de nuestro frustrado y largo camino de la vida y es aquí, en este preciso momento donde nace la mística idea de un mundo lleno de laberintos por el que todos los seres humanos solemos recorrer : “El laberinto se convirtió en el símbolo de nuestras vidas, la incógnita del destino, los múltiples caminos, los laberintos burocráticos, los laberintos de la mente humana, los laberintos de nuestra existencia profunda como los laberintos de la soledad” (Sarrochi. 1998). La palabra laberinto, viene desde muchos atrás, debido a que su origen comienza, desde las primeras historias de los faraones, pues AMENEBRAT (faraón de la III dinastía), fue sepultado en el centro de un edificio en una pirámide de ladrillos, de la cual era imposible salir de allí, pues era según la historia natural, un monumento que sobresalto la grandeza de Egipto, que tuvo por nombre: LAPI/RO/HUNT, lo que ha conseguido hoy en día acercarnos a la idea de la raíz griega LABIRINTHOS.

Así mismo, Jorge Luis Borges uno de los clásicos de la literatura Universal, escritor contemporáneo quien dedica una atención exclusiva al tema y que además incluye en la mayoría de sus cuentos esta estructura telarañosa y laberíntica, no solo nos acerca a la idea de laberinto a partir de su escrito “La casa de Asterion”, sino que además lo hace a partir de la historia de la ciudad de Babilonia donde se pueden hallar y conocer ciudades con disposiciones tipográficas y urbanas. En este sentido, se podría llegar a pensar que la idea que tiene Borges de los laberintos urbanos se identifica o tiene alguna relación con el pensamiento de Soriano y esto podría verse reflejado en un poema de 1969 que Borges dedica a Buenos Aires, el mismo país al que Soriano describe en su novela:

Y la ciudad, ahora, es como un plano

De mis humillaciones y fracasos;

Desde esa puerta he visto los ocasos

Y ante ese mármol he aguardado en vano.

Aquí el incierto ayer y el hoy distinto

Me han deparado los comunes casos

De toda suerte humana; aquí mis pasos

Urden su incalculable laberinto.

Aquí la tarde cenicienta espera

El fruto que le debe la mañana;

Aquí mi sombra en la no menos

vana Sombra final se perderá, ligera.

No nos une el amor sino el espanto,

Será por eso que la quiero tanto.

Este poema nos permite comprender como el hombre o el personaje que nos muestra Soriano, tiende a perder su visión y la realidad de su mundo, ya que para él, los sucesos por los que pasa serán fenómenos extraños, que posiblemente se quedaran o perduraran fuera del tiempo- espacio en el cual todos estamos inmersos, y es de esta manera que todo llega ha convertirse en situaciones de vida, muerte, luz y sombra y permanecen en esta última por el solo hecho de que en esta no somos capaces de notarlo, pero que en realidad logramos hallar de algún modo si nos detenemos en nuestra frustrante realidad.

En nuestra cultura occidental el mito del minotauro de Creta, es el más claro y representativo ejemplo de laberinto, según García (2008: 22), las estructuras laberínticas diseñadas por Dédalo con el fin de encerrar este monstruo con cuerpo de hombre y cabeza de toro , fueron asombrantes, por el solo hecho de sus incontables pasillos entrecruzados, donde la única salvación de salir de allí fue el uso de un ovillo de hilo que le permitiera a Adriana( la hija del rey) y a Teseo mostrar el camino que iban recorriendo para enrollar y matar al monstruo, logrando encontrar el camino hacia la salida.

Si tomamos en cuenta este importante y significativo mito de nuestra cultura, relacionándolo con “La casa de Asterión” de Borges y con el concepto que aparece en el diccionario de la Real Academia Española: “El laberinto es un lugar formado artificiosamente por calles

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