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El Curriculum


Enviado por   •  8 de Marzo de 2013  •  1.403 Palabras (6 Páginas)  •  339 Visitas

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La relación educativa que existe entre maestro y alumno en el proceso enseñanza-aprendizaje para mi es fundamental y relevante para la construcción de los conocimientos.

El alumno es considerado un sujeto constructor de su propio conocimiento y aprendizaje, por lo cual es necesario fomentarle un ambiente de libertad y autonomía que propicie su participación activa y continúa en el proceso de enseñanza-aprendizaje.

El profesor, por su parte, es concebido como un profesional de la educación que interviene en este proceso de manera consciente y responsable; éste dotado de una formación específica.

El docente requiere, sin duda alguna, de cierta organización, planeación y una serie de estrategias de enseñanzas para lograr el objetivo, pues de la improvisación no se obtienen grandes cosas.

El aprendizaje básicamente es la apropiación consciente de contenidos y formas de conocer, hacer, convivir, criticar, experimentar, según la experiencia acumulada por el hombre a lo largo de su historia y de su entorno social. Sin embargo, coincido con la tesis de la autora del tema, Leticia Barba Martín, quien dice que la relación de dependencia en el proceso enseñanza-aprendizaje es perjudicial para el acto educativo. Y propone que sea sustituida por actitudes de ayuda, incluso, por relaciones amorosas en el ámbito pedagógico, mediante un cambio de paradigma; donde el objetivo primordial es llegar a la construcción de una pedagogía, en la que impere la cordialidad y el amor.

En este sentido, podría afirmar que en la actualidad esta relación de ayuda no se implementan en las escuelas y el papel del maestro cada día se está perdiendo más y más, sin que éste lo retome nuevamente.

La verdadera esencia del maestro se ha ido perdiendo y la imagen que muchos de nuestros padres, abuelos, tíos, etc., tenían de ellos, es completamente diferente a los de la actualidad.

En este ensayo haré un breve relato de la diferencia que se tenía sobre la verdadera vocación, el humanismo y el espíritu de enseñanza; la labor tan importante que para ellos significaba, pero sobre todo la entrega y el amor con que impartían sus clases.

Remontándome a la época de estudiante de mi padre, él recuerda su infancia, su etapa de estudiante. Dice que fue muy difícil estudiar y salir adelante como la gran mayoría de los seres humanos, que quieren y sueñan con tener un mejor futuro.

Comenta mi padre, que él tenia muchas ganas de estudiar para ayudar a su madre y que su única ilusión era ir a la escuela para superarse, forjarse un camino, una profesión y con eso apoyar en el hogar.

Pero por las dificultades en aquellos tiempos, que se caracterizaban por las familias numerosas, de ocho o diez hijos, era casi imposible si no es que nula poder brindarles una educación a todos, y principalmente proporcionarles el mismo amor y dedicación a cada uno.

Pienso que el cariño, el amor, la afectividad y sobre todo la educación se empiezan y se va construyendo en casa. Desde los primeros años de vida el niño necesita experimentar el afecto de sus padres, es el modo de adquirir su autoestima y la seguridad necesaria que le permita alcanzar su autonomía personal.

Dar al niño el afecto que necesita no significa ser excesivamente tolerante con él, ni sobreprotegerle. El niño puede sentirse querido, a pesar de que se le reprenda con rigidez, siempre que note que se hace con cariño. Es importante premiar los logros, esfuerzos y conductas correctas que el niño va realizando, a fin de reforzar conductas, pero al mismo tiempo sancionar aquellas que pueden ser nocivas para su desarrollo psicológico y social.

Pero continuando con la historia de estudiante de mi padre, una frase que se me quedó grabada “el querer es poder”. El con muchos, pero muchos esfuerzos logró asistir a clases. No importó los cuadernos reciclados, el morral y alpargatas de medio uso; su gran ilusión de ir a la escuela y superarse. Soñaba con ser licenciado o maestro, cosa que veía muy lejos y sólo se limitó a terminar la secundaria para poder trabajar y ayudar a su madre.

Para ingresar a la escuela contó con la ayuda de dos maestros. Uno de nombre Mauricio, que para él representaba el papel y la autoridad de su padre, el que imponía reglas, el que lo

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