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“El Extranjero” de Albert Camus


Enviado por   •  5 de Noviembre de 2022  •  Tareas  •  2.281 Palabras (10 Páginas)  •  56 Visitas

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(Camus, 1942)Antes de comenzar a describir la experiencia y la reflexión del encuentro con el clásico literario El extranjero de Albert Camus, hago una breve referencia a un artista plástico quien en sus obras plasmo sus emociones dándole a cada una de ellas un tono singular que le daban significancia a etapas de su vida, Pablo Picasso.

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En el siguiente escrito trato de materializar la experiencia de lectura que tuve con la obra, la cual emergió de mi unos sentimientos y vivencias los cuales, al igual que Picasso, di un tono particular a cada uno.

Opuestos

Elizabeth Hómez Varón

Literatura, experiencia y formación

Maestría en pedagogía de la Literatura.

Este ha sido el primer encuentro con la obra literaria de “El Extranjero”, es la primera vez que la escucho nombrar. Narrar la experiencia de lectura de este clásico no fue fácil, pues al principio creí tener una conexión con él; pero durante el recorrido me daba cuenta que el personaje y yo éramos totalmente opuestos.

 No quise buscar en la red información sobre él, pues quería dejar en la incertidumbre a qué hacía referencia este libro. Lo primero que pensé o más bien me pregunté era si tal vez se trataba de un viajero, un turista que provenía de otro lugar y que llegaría tal vez a disfrutar unas vacaciones a un lugar paradisiaco lleno de arena, brisa, mar y sol. Imaginé, con tan solo mirar la carátula, un hombre de traje, con sombrero y maleta de viaje que llegaba a un lugar el cual le era desconocido.

LA MUERTE

Al pasar las primeras hojas en blanco, llegar a la primera página y comenzar a leer; las primeras palabras que leo y no puedo evitar que calen en mí son: “Mamá se ha muerto hoy” y es inevitable sentirme identificada con él, con el Extranjero, pues mi mamá también ha muerto. Siento tristeza, nostalgia, rabia, todo un huracán de sentimientos que se revuelven en mi vientre y me traspasan. Cierro el libro e imagino que esto que me produce esas primeras palabras es lo mismo que sintió el Extranjero al saber que su madre había muerto, tal vez su mundo alrededor se tiñó de ese manto oscuro que produce y nos hace sentir la muerte; donde los sentidos se adormecen y quisieras que ese momento fuera un sueño del cual despertarías y no sentirías la realidad dolorosa que produce perder una madre. Después de llorar por un instante, compruebo que el Extranjero no es el tipo de extranjero que imaginé; pero entonces ¿Por qué El Extranjero?

Abro de nuevo el libro, pues espero encontrar en él la razón o las razones de por qué se llama El Extranjero, cuál fue su reacción tras conocer la noticia del fallecimiento de su madre. Continúo leyendo: “O puede que ayer, no lo sé”. Me sorprendo, pues ¿cómo puede ser posible no tener claro en la noción del tiempo que día fue que murió su madre? Yo tengo muy tatuado en mi mente y mi alma el día que mi vida se fragmentó en dos: antes con ella y después sin ella. Continúo leyendo y al avanzar en ello no encuentro aquello con lo que me quisiera encontrar, palabras y demostraciones de dolor y tristeza de Meursault, así se llama el Extranjero, tras la muerte de su madre. Más sorprendida y contrariada me sentí al enterarme de que solo quería que todo pasase rápido y volver a su agitada cotidianidad, en la que no vivía con su madre, pues ella vivía en un asilo. ¿cómo era posible todo esto? Si yo hubiera querido que el tiempo no llegase nunca a donde estaba; hubiera querido detenerlo para que no llegará jamás el momento de tener la certeza que nunca más la volvería a ver, que no hubiera la despedida física y terrenal que tanto dolor produce. Yo vivía con mi padre, mi hijo y mi madre y hubiera querido vivir eternamente así.

Decido cerrar el libro para no tener que comparar mi dolor con el de él, pero es algo inevitable compararme, tal vez para Meursault era su forma de vivir y escapar del dolor, además no soy nadie para juzgarlo. Quizás el próximo encuentro con El extranjero sea un poco menos contrariado por mí misma y la experiencia del encuentro sea distinta.

Han pasado muchos días y he decido después de una larga y extenuante jornada de trabajo frente al computador, retomar mi pausada lectura de El Extranjero. Es raro porque no he sentido el deseo y la necesidad de volver a leerlo; tal vez para no encontrarme en oposición a Meursault, quien después de enterrar a su madre vuelve a su cotidianidad. Describe lo que parece ser un fin de semana, pero un fin de semana poco común, pues regresa a su casa como si nada hubiera pasado, no siente la ausencia de la esencia de su madre, solo dedica tiempo a observar por la ventana el ir y venir de la vida de los demás un domingo. Aquí vuelvo y me comparó con Meursault; pues también del sepelio de mi madre vuelvo a casa, no a mi cotidianidad por que la mía si cambió, y a diferencia de él si siento la ausencia, no encuentro como llenar el vacío, evito llorar, pero no lo logro, como tampoco logro esquivar sentir el nudo en la garganta que se siente antes de llorar, ese que casi no permite hablar y respirar. Al mirar por la ventana dirijo una mirada al cielo y cuestiono ¿Por qué ella? ¿Por qué así? Pero nadie responde........

El Amor

Aunque me parece raro, Meursault tiene un amor, Marie, quien fue compañera de trabajo de él y con la que vive una apasionante relación de pareja. Marie le demuestra afecto, amor con sus actitudes y palabras; pero él parece vivir solo el momento con ella, parece no importarle ni lo que ella siente por él ni lo que él siente por ella, a tal punto que ella le pregunta si la ama. Responde que no, que eso no importa. Hasta le pide matrimonio. Para él no representa nada, pero acepta.

Yo también al igual que Meursault, he vivido el amor, a ratos bonito, a ratos feo. Pero fue el amor quien hizo llegar a mi vida aquella persona que cambió mi perspectiva de vida y es por él por quien sacrificó todo, lo físico y lo emocional, todos los días. Tal vez no tenga una pareja, pero sé que el amor impulsa, motiva, alimenta de bienestar; pero también conlleva sufrimiento, tristeza y malestar cuando no es correspondido o cuando es mal entendido.

Definitivamente al leer el Extranjero no puedo evitar la comparación. Me digo a mí misma o tal vez también a Meursault, ¿cómo es posible la insensibilidad? Qué le pasa a este hombre tan absurdo.

El amor es un sentimiento poderoso, pero también misterioso. Nos impulsa, nos motiva y cambia nuestra vida. Es inevitable rendirse a sus efectos.

LA AMISTAD

Tras mi lectura y mi encuentro con Meursault, noto que como cualquier persona goza de relaciones, no solo amorosas sino de amistades también. Aparece Raimundo quien es, a todas luces, un truhan, con quien entabla una amistad, aunque para Meursault la amistad tampoco es relevante a tal punto que le es indiferente el trato que éste le da su mujer.

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