El Orador
francysestrada14 de Noviembre de 2013
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1. El orador, cualidades:
El orador: Es aquel que se encarga de comunicar claramente el mensaje, pero antes que nada, ¿qué es comunicar?, comunicar no es más que poder transmitir una idea claramente a través de un medio, como es en nuestro caso, el habla. Entonces comunicación sería todo el proceso para transmitir un mensaje adecuadamente.
Cualidades: Para cumplir con efectividad el papel de comunicador u orador, se tiene que mejorar y practicar las habilidades de comunicación oral para poder trasmitir un mensaje de la forma más clara y concisa. Las habilidades que debemos reconocer en nosotros, para manejarlas con pleno dominio, son las ligadas con el modo de actuar y hablar que reflejamos en el momento de la comunicación. Los elementos visuales que podemos manejar con todos aquellos que la gente percibe al momento de comunicarse tales como, los gestos, la postura, la imagen, la vestimenta, etc. Los elementos vocales son los que manejamos con la voz; los matices, el tono, ritmo, velocidad y el énfasis, son factores que desarrollan esta habilidad. Las habilidades verbales se refieren al desarrollo y el uso que damos al lenguaje, desde la generación de una idea hasta la expresión oral ante las escuchas, con cierto tipo de vocabulario, la forma de organizar las ideas y el estilo personal de decir el mensaje. Tales habilidades se relacionan con la preparación, los conocimientos, la inteligencia y la convicción de ideas para lograr el interés y entendimiento del mensaje por parte de los receptores.
Actitud del orador:
Todo orador debe estar imbuido de actitud mental positiva para realizar sus exposiciones con entusiasmo y mucho optimismo; ello se logra a través de la autosugestión y del correcto uso de las técnicas de respiración y de relajamiento.
Todo esto a que el orador ha de adoptar ciertas actitudes que le son necesarias para cumplir con su función social se debe ejercer en bien de la comunidad.
El orador, por simple hecho de pronunciar un discurso en el que desarrolla un tema, está ejerciendo la nobilísima profesión de instruir. La función social de todo comunicador docente es instruir pronunciando discursos didácticos. El verdadero orador se dirige a un auditorio heterogéneo, no solo a un grupo de personas que pertenecen a un mismo nivel, sino que está capacitado para hablar a un grupo complejo de personas de distinta índole; hombres, mujeres, jóvenes, estudiantes, obreros, empleados, profesionales, ricos, pobres, políticos, burgueses, burócratas o aristócratas. Un orador que escogiera su público o su auditorio no sería un auténtico orador.
Cualidades morales:
• Honradez: la honradez es la primera virtud que debe cultivar un orador; aunque hubieron famosos oradores que no lo poseían; es indudable que en igualdad de circunstancias, el orador virtuoso aventajaran al que tiene que simular dicha virtud porque la ficción nunca iguala a la realidad.
• Serenidad: es de suma importancia que el orador se ejercite en la práctica de la serenidad hasta lograrlo al grado máximo.
• Sensibilidad: es necesario tener una sensibilidad pero no muy suave ni flaquear sino fuerte y profunda, buscando la vehemencia que debe infiltrar en los oyentes.
• Modestia: es necesario la humildad en el orador pero no debe confundirse con dignidad, mucho menos que resulte contrario la confianza y la firmeza de sus convicciones.
Cualidades intelectuales:
Estas cualidades están relacionadas con la facultad para conocer, comprender y razonar; implican un conjunto de características inherentes que todo orador debe desarrollar y utilizar con eficacia. Estas cualidades propias de la actividad mental, están al alcance de todos y sólo requieren de decisión para aplicarlas.
• Memoria: El poder recordar nombres, rostros, situaciones y la ubicación exacta de documentos o cosas, constituye un requisito indispensable en la labor del orador, ello le permite evocar con facilidad, información que se necesita en lo inmediato. El llamar a las personas por su nombre, luego de haberlos reconocido, constituye una muestra de especial deferencia hacia el público con el que tratamos. Recordar la ubicación de documentos y cosas, nos permite realizar las labores con mayor rapidez. La memoria se ejercita a través de la observación minuciosa, la retención y la evocación.
• Imaginación: Consiste en la facultad de reproducir mentalmente objetos ausentes; de crear y combinar imágenes mentales de algo no percibido antes o inexistente. El término imaginación, incluye dos características básicas: la renovación o "experimentación" de lo ya vivido (memoria), y la creación de imágenes mentales que antes no existían (imaginación). Los psicólogos distinguen entre imaginación pasiva, que recupera imágenes previamente percibidas por los sentidos y la imaginación activa, constructiva o creativa, mediante la cual la mente produce imágenes de sucesos o de objetos poco o nada relacionados.
• Sensibilidad: Es la facultad de sentir física o moralmente los sentimientos de alegría, pena, dolor, compasión y ternura. Es una cualidad propia de los seres humanos, pero no por ello todos los tienen desarrollados en la misma medida. Existen algunos oradores que parecieran insensibles al dolor ajeno, dan la impresión de no interesarles para nada los sentimientos de sus congéneres. A la larga, estas personas se hacen odiar y son públicamente vilipendiadas. En cambio, un orador que demuestre sensibilidad en su trato y en sus acciones se ganará el cariño y estima de las personas con las que trata.
• Iniciativa: Es el ideal que nos mueve a realizar algo por voluntad propia sin que nadie nos lo diga, ordene o motive. Involucra la acción de adelantarse a los demás en hablar u obrar, es una cualidad personal que inclina a las personas a realizar acciones para alcanzar una ventaja competitiva. En la mente de todo orador debe estar presente siempre la frase: «la iniciativa es del interesado», si anhelamos lograr un objetivo, no podemos confiar sólo en la voluntad divina o en la buena voluntad de las personas; sino que, como interesados, debemos intervenir directamente para su concretización.
Cualidades físicas:
Estas cualidades tienen que ver con la apariencia personal del orador, no involucra que sea hermoso o de físico impresionante. Implica el cumplimiento de una serie de pautas sencillas que le permitan resaltar su personalidad, de tal forma que constituya un conjunto armonioso y estético ante los ojos de los demás.
• El aseo personal:
Es la limpieza, cuidado, compostura y buena disposición de nuestro cuerpo. Ello transmite una agradable impresión a través del sentido visual y olfativo. El acicalamiento en nuestro peinado, maquillaje y perfume permiten un buen acercamiento de los oyentes hacía nosotros. El no bañarse o no cepillarse los dientes, a la larga van produciendo un hedor insoportable o un aliento nada agradable que pondrá una barrera entre nosotros y las personas con las que tratamos. Es recomendable el baño diario, el cambio de ropas con la misma frecuencia, el corte de uñas y de cabello en forma periódica.
• El vestido:
Es la cubierta que nos ponemos en el cuerpo para abrigo o adorno. Involucra el conjunto de piezas que sirven para cubrir nuestro cuerpo, pueden ser formales o informales según la ocasión en la que tengamos que utilizarlo. Constituye la prenda exterior completa de una persona y en el caso de los oradores constituye su uniforme de trabajo; esta vestimenta debe ser la adecuada para cada reunión oratoria debiendo primar los principios de elegancia, limpieza y una correcta combinación de prendas y/o colores. Recordemos que el vestido resalta nuestra personalidad, formalidad y pulcritud.
• La actitud mental positiva:
Es la condición subjetiva de nuestra mente; ésta nos permite tener una actitud mental positiva que nos impulsa a realizar lo anhelado o en su defecto, una actitud mental negativa que sólo apunta a buscar excusas para no realizar lo deseado.
• Gozar de buena salud física:
Un orador con dolor de muela, dolor de cabeza o fuerte dolor de vientre, no podrá realizar con eficacia sus exposiciones, el dolor lacerante lo pondrá de mal humor o lo indispondrá para sus tareas. Lo recomendable es que periódicamente se acuda al médico para un chequeo general y evitar desagradables sorpresas. La labor un tanto estresante, conlleva a padecer de una serie de dolencias que al no ser atendidas o al ser mal curadas, pueden convertirse en crónicas y mortales. Se debe combinar una buena dieta con ejercicios matutinos para evitar el sedentarismo y las enfermedades psicosomáticas.
• Gozar de buena salud psíquica:
La mente también se enferma y puede producir lamentables estados de distorsión de la personalidad; paranoia, esquizofrenia y aún, psicopatía. Lógicamente una persona con desbarajustes mentales no podrá realizar a satisfacción su labor como orador, casi siempre tendrá problemas con sus superiores, compañeros de trabajo y más aún, con el público oyente. Una visita al psicólogo o psiquiatra es recomendable, pues a diferencia de las enfermedades físicas estas no se manifiestan pasivamente, sino a través de un accionar desequilibrado que perjudica el buen desempeño del orador.
2. Oratoria y liderazgo.
La oratoria y liderazgo son términos que van fuertemente relacionados. La oratoria es el arte de la palabra, hablar con elocuencia influyendo en los demás.
Covey Stephen en su libro el 8 habito define el liderazgo de la siguiente forma: Consiste
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