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El Principe


Enviado por   •  29 de Septiembre de 2012  •  1.334 Palabras (6 Páginas)  •  343 Visitas

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EL PINCIPE

De la liberalidad y de la avaricia un príncipe debe ser liberal en proporción a la temeridad que pudiera perder. Ahora bien, la liberalidad no se encuentra reñida con la suntuosidad de un gobierno operante. Sin embargo, resulta necesario recordar que el excesivo gasto de la corte, producirá una subida de impuestos que no serán vistos con buenos ojos por los súbditos. A la postre, el odio hacía el príncipe se extenderá por todos los rincones de su reino. La avaricia descubierta de un rey, no lo tomará por sorpresa si el príncipe prevé a sus gobernadores, existe ejército para la defensa, y sobre todo, no se sufre de. La avaricia es uno de los vicios que aseguran el reinado.

Se dice que para un rey más vale ser temido que amado. Un príncipe, apunta Maquiavelo, debe aspirar a que se le repute por clemente y no por cruel, sin embargo, el mal uso de la clemencia puede traer consecuencias indeseadas. El mandatario se hará temer sin caer en el horror, esto producirá un respeto por la mano dura pero necesaria, de igual manera, el ejército mantendrá coherencia y fidelidad ante un líder enérgico que sabe lo que quiere.

Además, se punta que para defenderse, el príncipe hace uso de dos recursos: la ley y la fuerza. Uno de orden intelectual y otro proveniente del lado irracional, y como nunca bastará con el primero, se recurre al segundo. la fe dada de los príncipes- se lee: No hace falta que un príncipe posea todas las virtudes, pero conviene que aparente poseerlas.

También recomienda no apartarse del bien y saber obrar mal cuando no quede otro recurso. De alguna manera, Maquiavelo escribió un completo tratado del poder, siguiendo con el capítulo, recuerda que además de las virtudes, un príncipe necesita también, de una religión.

Maquiavelo dedica un capítulo a la manera como un príncipe debe evitar ser aborrecido y despreciado. Evitar la rapacidad es básico por ello no resulta recomendable usurpar propiedades de súbditos, o perseguir mujeres ajenas. Las condiciones para que un monarca sea menospreciado son que adopte una actitud variable, ligero, afeminado, pusilánime, e irresoluto.

Sólo a dos cosas debe temer el príncipe: a) la gestación de una rebelión interna y b) el ataque de alguna potencia extranjera. Lo segundo lo evita fomentando fuertes alianzas y fortaleciendo a su ejército. Lo primero lo tiene que prevenir evitando ser un soberano aborrecido por su pueblo. Los conspiradores pensarán dos veces su acometida si se enfrentan a una reacción popular en contra de los perpetradores. Un rey amado siempre será extrañado.

Lo útil o vano que resulta la construcción de fortalezas con respecto a la seguridad del estado, Maquiavelo enumera las posibilidades del príncipe. Ningún príncipe que se

respete a desarmado a sus súbditos. Al armarlos, arma su población y adquiere nuevos fieles que anteriormente, desconfiaban de él. Desde luego no arma a todos, sino aquellos que sabe obtendrá favores. Aquel que desarma a sus súbditos, no sólo manifiesta su absoluta desconfianza, también, que sospecha de cobardía y poca fidelidad. No así en el caso de un principado nuevo, aquí conviene abiertamente desarmarlos a todos salvo a los abiertos partidarios que tuvo. Está primera garantía, seguida del apoyo popular, garantiza tranquilidad en el sueño del príncipe. La construcción o destrucción de fortalezas, no será un factor decisivo en tiempos de tragedia, de manera que alaba o no tal opción. La mayor fortaleza con que puede contar un príncipe es no ser aborrecido de sus pueblos.

A continuación, Maquiavelo habla sobre la manera de conducirse de un príncipe, con el propósito de adquirir alguna consideración. Las grandes empresas y las acciones raras y maravillosas son la forma más inmediata de ganarse aprecio y respeto. Por el termino “grandes empresas”, se entiende la expansión y enriquecimiento de todo el estado o la invasión exitosa a otros países.

Por otra parte, el príncipe debe honrar a cualquier súbdito que sobresalga en alguna disciplina, estimular a

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