El Principe
mazha1232 de Octubre de 2012
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El Príncipe es considerado un tratado de doctrina política. Al leer este libro nos damos cuenta de que podemos hacer, y de hecho haremos, una clara diferenciación en la temática del libro.
Los Principados.
En una primera parte del libro Maquiavelo nos habla sobre los principados, especialmente de los tipos que hay y los principales riesgos que existen a la hora de elegir entre ellos. Maquiavelo establece dos diferenciaciones a la hora de dividir los principados. Estos se dividen en hereditarios y nuevos, existiendo dentro de los segundos varias posibilidades a la hora de existir. En cuanto a los estados hereditarios, estos son aquellos en los que una misma familia los ha gobernado durante varias generaciones y por lo tanto los ciudadanos están acostumbrados a una misma familia real.
Según Maquiavelo estos estados son más fáciles de conservar ya que el príncipe únicamente necesitará respetar las leyes y adaptarse a los acontecimientos para ello. Si a pesar de ello el príncipe ve como su trono es usurpado por un enemigo siempre podrá recuperar el poder ya que conservará el favor del pueblo que verá con malos ojos al nuevo gobernante por no ser de la familia real. “…en Italia, el duque de Ferrara, a quien no pudieron arruinar los ataques de los venecianos, en 1484, ni los del papa Julio, en 1510, por motivo único de que su familia se hallaba establecida en aquella soberanía, de padres a hijos, hacía ya mucho tiempo.”
En segundo lugar nos encontramos con los principados nuevos, dentro de los cuales podemos apreciar diferentes tipos. Los principados nuevos pueden ser aquellos que nacen como tal, por ejemplo cuando se unen diferentes regiones de una zona, o bien aquellos principados que no son enteramente nuevos sino miembros añadidos a otros principados antiguos que ya se poseen de antemano. A estos últimos Maquiavelo los llama principados mixtos. En estos estados la labor de reinar es muy dificultosa ya que el príncipe ha de mantener el favor del pueblo y de todos aquellos que lo rodean.
La principal característica de estos estados es que los súbditos están acostumbrados a cambiar de gobernante por lo que no dudarán en destituir a un príncipe con el objetivo de ver mejorada su suerte o por que este no ha cumplido las expectativas deseadas. “… Luis XII, después de haber ocupado a Milán con facilidad, lo perdió inmediatamente. Y, para quitárselo aquella primera vez, bastaron las tropas de Ludovico, porque los milaneses, que habían abierto sus puertas al rey, vieron defraudada la confianza que pusieran en los favores de su Gobierno, así como las esperanzas que habían concebido para lo futuro…” Otra distinción dentro de los principados nuevos que se hace en el libro es entre aquellos principados nuevamente adquiridos que se unen con otros estados en los que se habla el mismo idioma y se poseen las mismas costumbres y los que no.
En cuanto a los primeros Maquiavelo afirma que son fáciles de conservar siempre que el príncipe respete dos cosas, la primera, que se extinga el linaje del príncipe que gobernaba; y la segunda, que el príncipe nuevo respete las costumbres del pueblo, no altere sus leyes, ni aumente los impuestos. En cuanto a los segundos, es decir, aquellos estados nuevamente adquiridos en los que no se tiene la misma lengua ni las mismas costumbres ya que el príncipe encontrará numerosas dificultades para mantenerlos. La solución a esto es que el príncipe establezca su residencia en el nuevo estado pues de esta forma los súbditos podrán tomarle aprecio o temor al tenerle más cerca y confiarán mas en él al poder tratar los asuntos directamente con el soberano en lugar de con su representante. Además podrá solucionar los problemas que surjan más rápidamente al encontrarse en el estado.
Otra opción son las colonias con las cuales se gana el odio de aquellas personas cuyos bienes y tierras han sido robados para ser entregados a los nuevos habitantes quedando los primeros inhabilitados para vengarse, por ello el resto del pueblo no tomará represalias a causa del miedo a perder sus bienes. En vez de colonias, se pueden tener tropas en los nuevos estados lo que supone unos costes muy altos ya que hay que alojar a dichas tropas y los habitantes se sentirán incómodos convirtiéndose en enemigos potenciales. Maquiavelo también analiza el caso de las provincias, respecto de las cuales dice que el príncipe deberá proporcionar protección a aquellos príncipes menos poderosos que él mismo procurando que estos no adquieran el poder necesario para derrocarle.
Además deberá hacer lo posible para minar la fuerza de aquellos príncipes más poderosos. Por último, nos explica el caso de aquellos principados que antes de ser gobernados por un nuevo príncipe se regían por leyes propias; para conservarlos propone que se han de fragmentar con el objetivo de debilitar al pueblo para que este no suponga una amenaza. En definitiva, de esta primera parte del libro podemos observar cuán importante debe ser el favor del pueblo para conservar la prosperidad del principado.
Siguiendo con los principados, en los siguientes capítulos Maquiavelo nos muestra como se obtiene un principado y al igual que en los capítulos anteriores nos muestra diferentes posibilidades. En primer lugar nos muestra aquellos principados adquiridos por méritos propios y el valor personal, estos son difíciles de conseguir, sin embargo son muy fáciles de conservar pues el único problema son las leyes nuevas que se dicten ya que estas podrían perjudicar a aquellos que se beneficiaban de las leyes antiguas. Otra opción de adquirir un principado es por medio de la fortuna y las armas ajenas. A diferencia de la opción anterior, ésta permite una mayor facilidad a la hora de conseguir el nuevo principado, sin embargo es bastante más difícil el conservarlo, ya que este tipo de principados son, normalmente, adquiridos por dinero u entregados por otra persona.
Para concluir este primer tema del libro Maquiavelo nos muestra otros dos tipos de principados, los principados civiles y los eclesiásticos. Los principados civiles se dan cuando el que llega a ser príncipe lo hace únicamente con la ayuda de sus conciudadanos, sin utilizar la violencia ni los crímenes, es decir, únicamente usando su astucia.
En cuanto a la llegada al poder en los principados civiles, esta puede ser gracias al apoyo del pueblo o gracias al apoyo de los grandes, es decir, de los nobles o personas poderosas. Si los que te han llevado al poder han sido los grandes, la tarea de mantenerse en él es mucho más difícil, ya que el príncipe se encontrará rodeado de personas a las que, al considerarse iguales que tú, no puedes gobernar de la misma manera y con las por lo tanto correrá más peligro. Sin embargo, si el príncipe es elegido por el pueblo, este tendrá desde un principio el favor de los ciudadanos, siendo muy pocos los que querían verle derrocado.
Además será mucho más fácil defenderse de los grandes si el príncipe cuenta con el apoyo del pueblo. Por otro lado tenemos los principados eclesiásticos, cuya adquisición y conservación carecen de dificultad ya que el príncipe se encuentra en ellos por orden de la iglesia. Los príncipes los gobiernan sin tener la obligación de defenderlos ni gobernarlos puesto que los Estados, aunque indefensos, no les son arrebatados, y los súbditos, aun careciendo de Gobierno, no se preocupan de ello.
Los ejércitos y el arte de la guerra.
En la tercera parte del libro, Maquiavelo nos habla de los conocimientos militares que ha de tener un príncipe, en cuanto a los diferentes tipos de milicia existentes y las técnicas de combate más apropiadas. El autor afirma que un Estado sólo es libre y seguro si dispone de un ejército propio bien organizado sobre la base del reclutamiento del ciudadano. Sin embargo hay que tener mucho cuidado a la hora de elegir las personas que componen los ejércitos. Pudiendo ser este mercenario, auxiliar, propio o mixto.
En primer lugar tenemos a los ejércitos mercenarios. Estos son totalmente desechados ya que son, y cito textualmente, carentes de unión, ambiciosas, indisciplinadas,
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