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El Sr. Ulbrecht Ritter


Enviado por   •  18 de Noviembre de 2015  •  Apuntes  •  1.953 Palabras (8 Páginas)  •  121 Visitas

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Era 7 de noviembre de 1943, el reloj marcaba las 6:45 de la tarde, pero aún le faltaban 3 horas de trabajo a Ulbrecht Ritter, hombre de 39 años de edad, padre de 3 niños: varones de 5 y la menor de 3 años. El Sr Ulbrecht Ritter trabajaba en una fábrica de armamentos del ejército nazi, pero que los aliados tenia registrada como una fábrica de zapatos.  

El Sr Ulbrecht  solo pensaba en la hora de llegar a casa para poder abrazar a sus hijos y darle un gran beso a su esposa; sin embargo aún faltaban varias horas de trabajo por un pago miserable de 3 pequeñas altas de avena, un jabón, algún medicamento que el ejército no necesitaba y 10 chelines por semana, que a fin de cuentas no alcanzan para nada… Dejar de trabajar era lo que dentro de sí el Sr Ulbrecht pensaba;  sin embargo ese pensamiento era consumido por la cruel realidad de la situación económica del país.

Muchos factores influenciaban una gran cantidad de pensamientos que llevarían a un hombre desesperado a realizar cualquier atrocidad, entre estos se encontraba el Sr Ulbrecht… el pago injusto, la escases de alimentos, la escases de carbón para la chimenea, la encases de medicinas y la gran cantidad de enfermedades que se producían por la deplorable situación de las letrinas; no era nada fácil… Cualquiera se viene abajo

Eran las 10 de la noche y cuando termino la jornada de trabajo por ese día, el Sr Ulbrecht se va a su casa con los ánimos por el suelo, pero con aun esperanza de llegar a su casa ver a sus hijos dormidos y darles un beso en la frente de buenas noches, y en su mesa encontrar un plato de caldo de pollo; sin embargo al llegar encuentra a su hijo menor con mucha  fiebre; en la casa no hay medicina para la fiebre y debido a la escases de los mismos ya nadie se atreve siquiera a regalar una cuchara de jarabe para la tos. Su esposa, madre de los tres hijos, está preocupada por la salud de su hija, ella cree que se debe a la gran cantidad de agua que se ha colado desde la calle hasta el interior de la casa… la letrina se ha desbordado por la torrencial lluvia que cayó desde la 1 de la tarde hasta de 8:45 de la noche.  

No pueden llevar a su hija a un hospital  y tampoco pueden salir a pedir ayuda, porque a partir de las 10:30 de la noche se decreta toque de queda y todo aquel que sea encontrado en las calles será fusilado.

A las 12:18 de la noche muere la pequeña, a las 6 de la mañana cuando han levantado el toque de queda es que el Sr. Ulbrecht puede salir a comprar el ataúd para su hija, que cuesta 36 chelines, perdiendo así el  Sr. Ulbrecht  todo el dinero que había recogido en un mes que era para pagar al casero la renta del mes pasado. A las 7 de la mañana se le daría sagrada sepultura, sin embargo a las 6:55 de la mañana el Sr. Ulbrecht tiene que estar presente en la fábrica sino seria despedido por abandono de puesto y sería enviado a un campo de concentración o al frente de batalla.

El señor Ulbrecht no pudo asistir al entierro de su hija, sin embargo después de otro largo día, vuelve a llegar a su casa como de costumbre, sin embargo ahora la noticia es que si no tienen dinero para pagar la renta para el día siguiente los echarían a la calle, y como si fuera poco ya no hay carbón, se acabaron las latas de avena y solo tiene sopa de lechuga para comer.

El señor Ulbrecht sabía que el panadero prepara el pan del día siguiente a las 11 de la noche, para que así estuviera asentado en la mañana y sabía exactamente en qué lugar colocaba el dinero, ya que él había trabajado en la panadería hacía ya un par de años atrás. Por lo cual decidió entrar a la panadería a las 1 de la mañana justo cual es panadero se iba a dormir, el plan que el Sr Ulbrecht había elaborado era tan perfecto ante su vista desesperada, que había olvidado el toque de queda y que siempre había un guardia vigilando las panaderías, farmacias, hospitales y mercados, solo para garantizar que estos estuvieran a salvo. Sin embargo el panadero siempre dormía con un cuchillo debajo de su cama, había optado por hacer eso desde que una vez intentaron robarlo.

El Sr. Ulbrecht a la 1 de la mañana se dispuso a entrar a la panadería, por una pequeña ventana que estaba del lado trasero y dicha ventana llevaba directo al sótano, lugar donde el pan se quedaba reposando para el día siguiente; introdujo varios panes a una bolsa que llevaba siempre consigo, tomo tres latas de sopa y una de avena, además tomo también pastillas para el dolor, jarabe para la fiebre y la tos; sin embargo el Sr Ulbrecht iba por el dinero que necesitaba para pagar la renta el día siguiente, pero el dinero se encontraba en la habitación donde el panadero dormía. El Sr. Ulbrecht se dirigió hasta el segundo piso, entro a la habitación del panadero con mucho cuidado, pero a pesar del cuidado del Sr. Ulbrecht había algo que podría despertar al panadero y era la puerta, así que trato de abrir la puerta sin que esta rechinara por lo oxidadas y faltas de aceite que estaban las bisagras. El Sr. Ulbrecht se dirigió hasta un estante con muchas fotos y detrás de las fotos encontró una lata de galletas, lugar donde el panadero colocaba el dinero de las ganancias de la panadera. Sin darse cuenta el Sr. Ulbrecht el panadero le ataco por detrás y empezó un forcejeo ente el panadero y el Sr. Ulbrecht, ya que el panadero quería pasar en cuchillo por la garganta al sr. Ulbrecht, como este era más fuerte que el panadero logro quitarle el cuchillo y para evitar investigaciones mato al panadero de varias cuchillas en el estómago. El Sr. Ulbrecht regreso a su casa y al día siguiente se dirigió como de costumbres a la fábrica en donde trabajaba, su esposa ese día pago la renta al casero, sin saber ella de donde había sabido salido el dinero con el que ella estaba pagando. A las 10 de la mañana cuando se suponía la panadería ya debía estar abierta, un guardia del ejército alemán pateo la puerta y reviso cada rincón de la panadería, hasta que llego al cuarto y fue cuando vio al panadero tirado en la habitación, todo ensangrentado y con un cuchillo incrustado en el abdomen. Esto genero de inmediato gran alarma en las calles 1, 2,3 y 4 cuyo nombre, por mera casualidad, era Heinrich. La policía del distrito  llego de inmediato e iniciaron una serie de investigaciones que al cabo de dos semanas no dieron ningún resultado concreto, pero había una serie de pistas que podrían dar paso a hallar al asesino; aunque el caso seguía abierto, las investigaciones pasaron a ser una serie de vigilancias que pasaban desapercibidas.

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