El diálogo: elemento esencial para la comunicación

El diálogo: elemento esencial para la comunicación

En la actualidad se insiste constantemente en promover la “sociedad del diálogo” como muestra del progreso, el desarrollo y la civilidad en la sociedad del Siglo XXI. En distintos ámbitos se escucha hablar del diálogo como vía para la paz, para incentivar la “sociedad” del conocimiento y sobre todo, para la resolución de conflictos. Es decir, en estos tiempos, el diálogo se ha convertido en un recurso valioso para mediar la diversidad de saberes.

Es un hecho que existe un avance al incluir el dialogo en la vida social; sin embargo, pocos entienden lo que el diálogo implica. Se cree que sólo es conversar con otra persona y dar las opiniones personales con respecto a un tema en específico y, aunque el dialogo sí incluya estas características no lo explica en su totalidad.

En su sentido etimológico existe una gran confusión en torno a este concepto, ya que se cree que dialogo se refiere a dos significados. No obstante, este término proviene del latín dialogus y en su justa expresión significa a través de la palabra o de los significados, pues el prefijo dia no es dualidad sino una locución que señala una mediación entre distintas partes.

De igual manera, se considera que dialogar es lo mismo que comunicar. Como lo vimos en el capítulo uno la comunicación es el espacio donde los saberes son compartidos. Como bien sabemos, hay comunicación se articula en diversos medios expresivos: oral, escrita, por medio de símbolos o signos y es existente en toda la naturaleza (investigaciones científicas evidencian la comunicación entre animales).

Por tanto, dentro de la comunicación el diálogo coexiste; el diálogo es una de las infinitas maneras de comunicar. Como lo veremos líneas abajo, el diálogo se caracteriza principalmente por ser un intercambio comunicativo respetuoso y equitativo bajo una interacción equilibrada de actores que hace uso de la palabra.

2.1.1 Teoría Dialógica de la Comunicación

Una de los aportes que las Ciencias de la Comunicación han realizado es la Teoría Dialógica de la Comunicación (TDC) desarrollada principalmente por Álvaro Abellán de la Universidad Francisco de Vitora. En su texto Teoría Dialógica de la Comunicación: devolver al hombre con el hombre al centro de la investigación (2011), expresa las principales directrices de esta propuesta: 

Si autores como Sócrates, Platón, Aristóteles, Agustín de Hipona, Tomás de Aquino, Buber, Jaspers, Mounier, López Quintas y tantos otros propusieron expresamente –o demostraron con su forma de vida- que es justo el diálogo auténtico lo que nos hace más humanos, una teoría de la comunicación que toma como modelo esa forma de diálogo no sólo será mucho más que humana, sino que promete inspirar una comprensión mayor de lo que sucede (p. 216).

Para la Teoría Dialógica (TDC), la comunicación es una interacción que a su vez supone: un vínculo entre dos entidades (realidades), reciprocidad entre esta unión (horizontalidad), retroalimentación (aprendizaje) y por último, la creación de un nuevo saber (heurismo). Por tanto, las relaciones de dominio, posesión y unilateralidad no se instalan en la dinámica comunicativa vista desde el dialogo.

Esta perspectiva teórica ubica al ser humano como sujeto libre, creativo y transformador de su propio contexto. Decimos sujeto no como aquel que se encuentra atrapado en el sistema, sino aquel que está vinculado a una comunidad, cultura e historia particular. Al mismo tiempo, participa con la otredad para deferir el logos que da sentido y orden a la realidad, al pensamiento y a la expresión. De esta forma, el dialogo se vuelve un recurso medular para la comunidades humanas. Abellán comenta:

El diálogo auténtico es profundamente creativo, pues nos ayuda no sólo a comprender la realidad que está fuera de nosotros, sino a clarificarnos y a comprendernos a nosotros mismos en relación con el mundo, con los otros hombres y con lo que allí intuimos pero nos trasciende. El hombre mismo forma parte de ese logos (no está fuera de la realidad), si bien su condición de ser racional y libre le sitúa a cierta distancia, es en la comunicación como el hombre es capaz tanto de mantener esta distancia como de entrar en relación creativa con su realidad circundante. El diálogo es por lo tanto, un viaje desde el logos, en el logos y hacia la profundización del logos. (2011, p. 132)

No obstante, para ser un auténtico diálogo se debe cumplir con ciertas características:

1. La escucha activa.
2. La presencia intencional de los participantes donde la interpretación así como la expresión en cada uno juega un papel importante.
3. La existencia de un logos compartido.
4. El intercambio de saberes y opiniones.
5. La creación colaborativa de un conocimiento en torno al logos.

La TDC integra de manera sutil diferentes líneas de pensamiento, teorías y perspectivas filosóficas como la mayéutica,  la lingüística, el constructivismo, el heurismo y demás. Aunado a esto, uno de los méritos de esta teoría es que vincula la reflexión teórica con nuestra experiencia práctica en el diálogo y por tanto, en la comunicación. Es decir, el objeto de estudio no es ajeno a la cotidianeidad de las personas, no es una problemática lejana o ausente sino que está presente en todo momento y es lo que nos hace ser seres humanos.

2.1.2 El pensamiento de Bajtín en torno al dialogismo

Mijaíl Bajtin (1895-1975), teórico ruso perseguido y exiliado por el régimen de Stalin, reflexionó a lo largo de su vida la naturaleza dialógica y la polifonía de la producción literaria. Su obra se ha convertido en un referente importante no sólo para la lingüística y los estudios narrativos sino para las ciencias sociales en general, ya que enlaza al lenguaje con toda manifestación social.

Bajtín comprendió al lenguaje no como un conjunto de códigos o repertorios discursivos heredados sino como una compleja situación social en la que cada enunciado se inserta de un modo único en una realidad en la que ya se ha hablado.  Este mundo lleno de enunciados se construye en sintonía con los contextos específicos; es decir, cada enunciación que surja por cualquiera es una respuesta a otra.

...