Entre Monstruos

Sophia Blanco_21-01, Jimena Cárdenas_21-02, Fernanda Cuevas_21-06,

Carlos Gaitán_21-09, Emilo Gamboa_21-0  , Mariana Moreno_21-23 y

Juan Sanchez_21-  .

Entre Monstruos

Antes de que yo entrara a la gran escuela de Monster's High School en Monsterland, UK, la mejor escuela para monstruos en todo el mundo, había tres grandes monstruos conocidos por ser los más terroríficos y sociables en toda la escuela. Ellos eran super queridos por todos, al igual que admirados y envidiados. El líder de este grupo es Slondy, un fantasma solitario que no ha vuelto a ver a sus padres desde que murió, es muy misterioso, aunque todo el mundo sabe su historia. Es reconocido el silencio desgarrador que poseé. Sus mejores amigos y fieles secuaces en su grupito son Douglas muy reconocido por ser el mejor jugador de basquetbol de toda la escuela, y Sr. Lastaca y pues bueno él, él es especial. Este grupito es buena onda con todos en la escuela, bueno casi todos.

Había otro grupito, uno de monstruos “tiernos”, sacaban malas calificaciones, los “buenos”, los que simplemente no eran verdaderos monstruos. Nadie los quería porque los grandes monstruos decían que ellos no tenían porque estar en la mejor escuela si ellos no eran verdaderos monstruos, eran unos impostores. En fin, este grupo estaba conformado por tres alegres y coloridos monstruos: Ice Vani Choco Fres Cream Santa Clara una dulce y cariñosa monstruo, a quien molestaban por ser super empalagosa. También estaba Pali-Colores un monstruo muy juguetón que cambia de colores, a quien molestan por ser coloridamente juguetón. Y Elias sobrino de un famoso basquetbolista que salía en la tele llamado Wildo, el se parece mucho a su tío solo tiene una cola, no es buen basquetbolista y da gracia, segun todos no es buen monstruo porque le gusta contar chistes y hacerse el payaso.

Pero bueno, a diario en la escuela nuestros monstruos buenos eran molestados por los grandes y reconocidos monstruos a diario, si no era burlándose de su aspecto, actitudes, lo que hacían y en lo que fallaban los molestaban poniéndoles apodos muy ofensivos para un monstruo como: el mosquito espanta colores, a Pali-colores; el poste espanta balones, a Elias; o la dulce espanta lagrimas, a Ice; todos inventados por la gran mente creativa para ofender a los demás con apodos de Sr. Lastaca. El siempre tiene apodos nuevos para todo.

Los molestaban tanto, tanto, que al principio los trataban de calmar ya que ellos nunca se habían metido en problemas con nadie y no merecían que los trataran así, no funcionó. Luego intentaron decirle a los maestros pero, como ellos no sacaban buenas calificaciones y los grandes monstruos eran los favoritos de todos, nunca les hicieron caso. Al final terminaron ignorándolos, aunque les doliera  lo que decían. Así siguieron hasta que, una noche que recuerdo muy bien, ya que era mi primer noche de clases...

Estaban Slondy, Douglas y Sr. Lastaca muy a gusto platicando con un grupo de monstruos a fuera de el tenebroso auditorio que se encuentra, aislado de la escuela, a lado del huerto de calabazas. Ahí no hay mas luz que la de los faroles. A lo lejos se podían distinguir a Ice con Pali-Colores y Elias caminando muy a gusto  alrededor  de la luminosa cancha que está muy cerca sel huerto.

- Ya vieron quienes están por allá.- dice burlonamente Douglas.

- El trío de abejitas de primavera.- dice fastidiado Sr. Lastaca, ya que unos segundos antes fue interrumpido por Douglas.

- Ya se como iniciaremos nuestra noche.- dice Slondy tan misteriosamente y seriamente que a todos los presentes les causó un escalofrío, como solo el lo hacía. Douglas y Sr. Lastaca soltaron unas risitas sabiendo maso menos de lo que Slondy hablaba y lo siguieron, al igual que los demás ya que si lo decía Slondy era algo que nadie quería perderse. Y todos entraron al auditorio.

Mientras tanto, Ice, Pali-Colores y Elias hablaban muy a gusto sobre el olor de las flores, hasta que se apagaron las luces. “¿Qué pa...” fue lo único que Ice pudo alcanzar a decir antes de que una fuerza muy extraña los jalara quien sabe donde. Todo era demasiado obscuro que no podías ver tus manos aunque estuvieran pegadas a tu cara y las sintieras. Se podía percibir un extraño olor a calabaza y hierbas. Los tres estaban mudos del miedo, no pudieron ni emitir un solo grito.

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