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Erotismo y moralidad en Decamerón, de Giovanni Boccaccio y Justine o los Infortunios de la virtud, del Márquez de Sade


Enviado por   •  9 de Marzo de 2018  •  Ensayos  •  1.969 Palabras (8 Páginas)  •  207 Visitas

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Universidad de La Habana

Facultad de Comunicación

Trabajo de Literatura General

Tema: Erotismo y moralidad en Decamerón, de Giovanni Boccaccio y Justine o los Infortunios de la virtud, del Márquez de Sade.

Autor: Yandry Fernández Perdomo

Dos obras marcaron sus respectivas épocas históricas. Una revolucionó el modo de pensamiento en búsqueda de una apertura hacia el entendimiento de la persona humana por medio del amor y el placer como parte natural que conforma nuestra naturaleza y el otro escrito tenía una mirada en el hombre como un ser perverso, de insaciable rencor que rompe los esquemas del virtuosismo y evoca a una individualidad perenne en su ser. También, la primera se vio enmarcada en la era de la apertura al cambio y la segunda, en los tiempos donde la victoria sobre la base de la igualdad, la fraternidad y la libertad se había vuelto un verdadero fracaso en cuanto al verdadero sentido de la espiritualidad humana. Se trata de Decamerón, de Giovanni Boccaccio, ubicada en el contexto del Humanismo que cobra auge en Florencia, Italia durante finales del siglo XV y Justine o los Infortunios de la virtud, del Márquez de Sade, escrita en las mareas rebeldes de la Revolución Francesa de 1789.

Respecto a la cuestión de este estudio, es importante decir que la temática de lo erótico está presente en una parte importante de la literatura occidental, en especial, de la que concierne a la etapa posterior del Renacimiento donde el hombre secularizado de las realidades divinas y con plena libertad e individualidad propia, se realiza en su paraíso terrenal, otroramente considerado como un valle de lágrimas.

Para que un erotismo sea plenamente concebido en una obra literaria, según destacan los estudiosos de este tema como Ruth Michelle Montesino y Víctor E Mejía, tiene que verse como una necesidad existencia y, por tanto, da la oportunidad de crear y destruir en un instante. También grafica el discurso en imágenes y se centra en una búsqueda desesperada y urgente de la otredad, es decir, del reconocimiento del otro en un deseo sin fin un deseo sin fin. [1]

Por otro lado, muchas veces para mostrar un elevado sentido del erotismo en las obras literarias se rompen las normas morales de una sociedad en determinada época. Para definir a la moral, tomaré como objeto de análisis la definición del investigador italiano Antonio María Baggio que dice así:

Moral deriva del latín mos, moris (las costumbres, el modo de comportarse que es enseñado por la familia). Estos términos desarrollan la misma función en dos civilizaciones y por siglos son usados en modo análogo. Se entiende por moral como el conjunto de las normas prácticas en base a las cuales una persona libre actúa, mientras la ética se convierte en el estudio de la moral.[2]

Decamerón: la búsqueda de una sexualidad natural

Para la investigadora y crítica literaria Mayerín Bello, las temáticas sobre "Dios", "alma", "resurrección de la carne", "infierno", "diablo", conceptos todos propios de la esfera elevada de la ideología, aparecen rebajados en la obra Decamerón, Giovanni Boccaccio, en estrecha coexistencia con el ansia de acoplamiento sexual.[3]

Esta obra, dividida en diez jornadas, cada una compuesta por un decenio de cuentos, contiene un gran sentido del valor de la sexualidad en la vida humana, en especial, de la mujer. Sin embargo, las representaciones e historias de sus personajes transgreden el sentido moral de ese erotismo que otroramente miraba la función sexual de los individuos como un simple hecho de la reproducción.

También hay que tener en consideración que la mujer es en la obra de Boccaccio su objeto de dedicación. La influencia de la mujer en los cuentos está representada simbólicamente por el espacio femenino del jardín cercado pues Boccaccio está interesado en la mujer primariamente más que el relato acerca de los hombres. [4]

Por otro lado, según el investigador Rich Auerbach, lo erótico lleva en este libro un germen de problema y conflicto muy apto al desarrollo, un punto de practico arranque para el movimiento contra la cultura cristiano medieval que empieza a marchar ahora, pero de momento, la erótica carece de fuerza propia suficiente para plasmar trágica o problemáticamente la realidad.[5]

La Enciclopedia de Literatura Erótica, escrita por Gaetan Brulotte y John Philips, refleja que los cuentos del Decamerón son realistas y domésticos: ellos tratan sobre gente ordinaria, que se establecen en lugares reales. Mientras algunos de los cuentos son moralistas, tienen tendencia a ir hacia lo irónico. También añade que alrededor de dos tercios de los cuentos de la colección se centran en una relación sexual ente mujeres y hombres, se hay que se muestre a grandes rasgos un intenso sentido de lo erótico. [6]

En este sentido, por medio del empleo del tono burlesco, Boccaccio propone en sus argumentos mostrar una moral natural que buscaba defender a la naturaleza y la rebelión moderna contra sus doctrinas y formas de vida encuentre su fuerza práctica y su efectividad propagandística en la esfera de la moral sexual y, en este campo, es donde se hizo agudo el conflicto entre voluntad de vida mundana y la resignación cristiana ante la vida tan pronto como esa voluntad cobró conciencia de sí misma. [7]

En consecuencia, a lo largo del Decamerón, Boccaccio muestra un tono un tanto justificante a las críticas que le hacían respecto a su obra y de ahí parte su argumento de defensa de la moralidad natural:

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