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Español Salvadoreño

maldaditas27 de Octubre de 2013

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VIGENCIA Y VITALIDAD

DE LOS ANDALUCISMOS

EN EL ESPAÑOL SALVADOREÑO

RESUMEN

La teoría andalucista es una de las más controversiales en lo que se refiere al génesis reconstruido en torno al español de América, en específicamente de El Salvador. Sin embargo, a pesar de esto muchos son los rasgos encontrados en el español salvadoreño provenientes de los andaluces, rasgos fonéticos que Canfield claramente expuso en sus trabajos de campo realizados en hablantes del país durante el siglo XIX; por lo que se pretende con este pequeño estudio es demostrar la vitalidad de los andalucismos en la actualidad.

PALABRAS CLAVES: Teoría Andalucista, fonética, español salvadoreño, español de América.

INTRODUCCIÓN

La teoría andalucista, es una de las tantas teorías consideradas al momento de explicar los fenómenos fonéticos característicos del español salvadoreño; dicha teoría a pesar de todas las controversias que giran en torno a ella existen posibilidades de que hasta la fecha sea viable encontrar en el habla salvadoreña algunos rasgos procedentes de la región andaluz de España.

Lo que se pretende con esta pequeña investigación, es demostrar la presencia de estos fenómenos andaluces en el español salvadoreño actual, por mínimos que estos sean. Para esto, se tomo como base los fenómenos expuestos por L. Canfield en su artículo Andalucismos en la pronunciación salvadoreña, centrándonos específicamente en la relajación, la ultracorrección y los arcaísmos.

La zona territorial para la administración de las entrevistas fue la zona occidental, departamento de ahuchapán, durante el mes de septiembre del 2013.

MARCO TEÓRICO

Desde el siglo XIX, los lingüistas se han enfrentado a la problemática del origen y de la gestación de la verdadera base y de los elementos que han contribuido a la conformación de la lengua española hablada en el Nuevo Mundo (Quesada Pacheco, 2002). Todo esto a raíz del contacto generado entre Europa y América en 1942, ya que la Conquista permitió el establecimiento de regímenes coloniales en América, que implicaron la asimilación cultural de los indígenas y su sometimiento a las potencias coloniales por diversas vías, una de ellas fue la imposición del uso de lenguas europeas.

El español llegó al continente americano a través de los viajes de Colón y los colonizadores que buscaban en América nuevas oportunidades. Además, tanto los conquistadores y misioneros recurrieron a fomentar el uso de las llamadas lenguas generales, es decir, lenguas que por su alto número de hablantes y por su aceptación como forma común de comunicación. Cabe mencionar también que la influencia de la Iglesia fue muy significativa en este proceso, especialmente a través de los franciscanos y jesuitas, ya que realizaron una intensa labor de evangelización y educación en los pueblos indígenas mediante la construcción de escuelas y de iglesias. Así de esta forma el español comenzó a ganar terreno desplazando las lenguas indígenas.

Según Quesada Pacheco (2002), diversas teorías se han propuesto con el fin de explicar los orígenes del español americano y por ende, el español salvadoreño. Estas teorías se han ocupado más que todo del nivel fonético de la lengua y los rasgos en juego son: seseo, yeísmo, aspiración de de /-s/ implosiva y final, perdida de /-d/ final, entre otros rasgos. Sin embargo, una de las teorías que ha causado más controversias es la teoría andalucista.

Desde el siglo XVI ya se venían escuchado opiniones diversas de personas de peso, quienes afirmaban que el español de América tenía cierta influencia andaluz. Pese a esto, como lo expone Quesada Pacheco (2002) nadie se lo había planteado en términos históricos lingüísticos, hasta que en 1920 M.L. Wagner, refuta la teoría sustratista afirmando que la influencia de las lenguas indígenas en el español americano se limitaba solamente al léxico, ya que las divergencias fonéticas son comunes a toda América y a grandes regiones, por lo tanto, no pueden ser producto de tal sustrato. Wagner sustenta este postulado afirmando que los primeros pobladores de América eran en su mayoría andaluces, con lo cual inicia una polémica en cuanto al influjo andaluz en el español de América.

Rafael Lapesa (1980, citado en Quesada Pacheco) sustenta la opinión según la cual si se quiere demostrar el andalucismo en América, habrá que determinar las fechas de los fenómenos en cuestión, el índice de pobladores peninsulares y diversos factores socioculturales para determinar si hay andalucismo o no. De esta manera, Lapesa se dio la tarea de investigar en manuscritos medievales y llegó a demostrar que los fenómenos andaluces se daban antes del siglo XVI.

Las particularidades evocadas acerca del andalucismo conciernen básicamente a la pronunciación. Las características históricamente relacionadas con el andaluz son el seseo, la /s/ predorsal, el yeísmo, la debilitación de la /s/ implosiva, la neutralización de /l/ y /r/ implosivas, la aspiración de /s/ [h] y la pérdida de /d/ en posición intervocálica. A esto se podría añadir la abertura vocálica en final de palabra que es consecuencia de la perdida de la /s/ final (Noll, 2005).

En correspondencia a esto podemos decir que la población hispana que llegó a colonizar el territorio americano, provenía de distintas regiones de España, ya que según Barón Castro (citado en Canfield, 1960) la mayor parte de los pobladores originales eran de Extremaduría y de Andalucía, pero no presenta datos concluyentes. No es hasta con Peter Boyd-Bowman que se sabe que gran parte de los pobladores del Caribe entre 1492 y 1519 pertenecían también a Andalucía principalmente de la región de Sevilla y Extremadura. Esta mayor proporción de andaluces, que se asentó sobre todo en la zona caribeña y antillana en los primeros años de la conquista, y es precisamente esa influencia andaluz otorgó características especiales al español americano. Razones por las que podemos considerar que el andalucismo es uno de los diversos elementos que entran en la formación del español de salvadoreño.

Canfield (1960) en su trabajo titulado Observaciones sobre el español salvadoreño nota ciertos rasgos fonéticos y léxicos que saltan al oído extranjero, que pueden representar una etapa importante en la evolución del español, ya que El Salvador al ser un territorio conquistado por los españoles no es de extrañarse que guarde ciertas semejanzas con el español hablado en España, especialmente el andaluz. De ahí que Canfield (1952) en su artículo Andalucismos en la pronunciación salvadoreña, presenta los rasgos fonéticos obtenidos en las observaciones hechas en hablantes salvadoreños durante los años de 1951 y 1952, dichos rasgos el autor los califica de procedencia meridional española.

Canfield (1952) expone que el español salvadoreño tiene tres caracteres psicológico-fonéticos básicos como resultado de una desviación fonológica del español normal, estos fenómenos son: (1) la relajación; (2) la ultracorrección; y (3) el arcaísmo. El autor dice que la ultracorrección es resultado natural de la relajación, es decir, las personas de articulación consonantal relajada tienden a “auto corregirse” sustituyendo sonidos que se creen omitidos o mal pronunciados.

Los elementos de relajación citados por Canfield (1952) son los siguientes:

1. Las vocales ante nasal seguida de otra consonante se convierten en vocales nasales y “se come” la n.

2. Las vocales finales después de consonante sorda se ensordecen, especialmente en el habla de la mujer.

3. Se hacen diptongos de combinaciones de vocales fuertes.

4. Se hace velar la n final de palabra si no le sigue elemento alveolar, dental o labial.

5. Las combinaciones cultas con n también se pronuncian velares.

6. La f es muchas veces bilabial y se confunde con la j ante u y o; siendo la j mera aspiración.

7. La b fricativa se debilita a w y asimila el elemento velar propio de dicho sonido español.

8. La y o ll intervocálica se debilitan.

9. La s y la z se articulan como dorsodentoalveolares tan cerca de los dientes que se hace muy a menudo corono-inter-dental, semejante, pero no tan fuerte como la z de España.

10. La jota se pronuncia tan suave que se confunde en sonido con la s aspirada y con la h que todavía se aspira entre campesinos.

Como testimonio de lo arcaico tenemos los siguientes fenómenos:

1. La b o v, que ya son iguales en todo el mundo hispano, se mantienen oclusivas no sólo después de m o iniciales, sino también después de l, s, r.

2. La d también se mantiene firme como oclusiva bajo condiciones raras para el español de los demás países. Igual sucede con la g.

3. La h antigua se aspira en el campo y en los pueblos.

4. Arcaismos de forma, como vide, lamber, agora.

5. El español antiguo convirtió el acto en auto, pero en El Salvador todavía se oye la k.

En cambio de la ultracorrección puede decirse que es una tendencia natural de reacción donde la tensión articulatoria tiende a ser algo débil.

1. Como la y o ll intervocálica son algo débiles, el que habla pone a menudo una y donde no la hay para corregir su tendencia natural.

2. Siendo algo débil la g fricativa entre vocales, se siente la necesidad de sustituirla.

3. Debido a ciertos arcaísmos arriba citados de ct y bd y la dificultad de los diptongos au y eu,

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