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Essay Hermeneutica


Enviado por   •  12 de Agosto de 2014  •  1.365 Palabras (6 Páginas)  •  221 Visitas

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Entre gustos no hay disgustos?

Como bien establece el famoso dicho “entre gustos no hay disgustos”. Existe público para todo, a algunos les gusta el café con azúcar, a otros les gusta el café con crema o hay quienes ni siquiera les gusta el café. Si bien se llena un estadio cuando hay un concierto de rock, también se llena cuando hay un concierto de baladas románticas; mientras que algunos deciden comprar un carro blanco, otros optan por el color verde, rojo, azul, etc. Es innegable que somos parte de una sociedad de consumo donde el capitalismo nos brinda infinitas opciones a la hora de adquirir un producto, la pregunta es: qué hace que decidamos escoger el producto A y no el producto B o el C? Su precio? La moda? La influencia de la publicidad?

Otra frase cliché afirma que ¨todo entra por lo ojos”, que nuestra sociedad es completamente superficial y que por lo general es lo exterior lo primero que nos llama la atención ya sea sobre una persona, un producto, un alimento, etc. Esta frase argumenta a favor del gusto, no obstante, claro está que no a todos nos gusta o nos llama la atención lo mismo siendo ello una de las características que hace interesantes a una sociedad: su diversidad.

Entonces, qué podríamos entender por gusto? Existe buen gusto o mal gusto? Qué hace que algo nos guste y que algo no nos guste? Es una facultad o una capacidad adquirida y condicionada por la cultura? . Estan son preguntas que vienen abriendo debates desde hace mucho tiempo; para Kant “el juicio de gusto no es un juicio de conocimiento, no es lógico sino estético; pues mediante el mismo no se señala nada del objeto de la representación, sino cómo se siente afectado el sujeto por la representación. En este sentido el gusto es la facultad de juzgar un objeto o una representación mediante una satisfacción o un descontento, sin interés alguno” (Crítica del juicio, 1790).

Kant distingue entre lo agradable, lo bello, lo bueno, y designa así tres relaciones de sentimientos aunque solamente “lo bello” hace referencia al gusto. Dado que el juicio no se basa en conceptos sino en el sentimiento de cada quien, no es posible justificar una pretensión de validez universal. Sin embargo, Kant asegura que poseemos una idea de lo bello, un modelo arquetípico según el cual juzgamos y hace posible la existencia de un sentido común. Para este autor lo opuesto al “buen gusto” es “no tener gusto” y el buen gusto se entiende como un conjunto de preferencias que contribuía de manera decisiva a la integración de la sociedad burguesa, es el ideal de la sociedad cultivada.

Hume es el antecedente más próximo a Kant que ha vinculado procedimientos equivalentes a lo que éste denomina sentido común con el gusto. En su libro Sobre la norma del gusto, David Hume nos dicta que el gusto es un sentimiento subjetivo pero a su vez nos impone la certeza de que ciertas obras de arte son objetivamente superiores. Para resolver esta contradicción, Hume reconoce que existe gran variedad de gustos y opiniones. Sobre los gustos, resulta evidente que los sentimientos de los hombres con respecto a la belleza o deformidad de cualquier objeto difieren a menudo entre sí, pues la belleza no es una cualidad de las cosas mismas sino que existe sólo en la mente de quien las contempla, así que cada mente percibe una belleza diferente. Sin embargo, establece que existe una especie de sentido común que se opone a esta concepción y viene a quebrar el principio de la igualdad natural de gustos, ,creando ciertas reglas generales de aprobación o censura respecto del gusto estético que pueden obtenerse de la experiencia, de la observación general de lo que universalmente complace a los hombres y, por ende, existe la posibilidad del juicio crítico.

Otro de los grandes representantes de la estética empirista es J. Addison. En su obra Los placeres de la imaginación (1991) señala que el gusto no es más que un placer de la imaginación. En este sentido, el sentido del gusto “es una facultad que siente la belleza con placer y las imperfecciones con disgusto”. Según el autor, las impresiones del gusto son inmediatas y se captan a través de tres cualidades: lo novedoso, lo sublime y la belleza; y dado a que la imaginación se crea a partir de experiencias individuales, el gusto es poco generalizable.

El escritor español Baltasar Gracián denominó

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